jueves. 25.04.2024

Ante Artajerjes

La política, digan lo que digan, es injusta casi siempre. No da demasiadas satisfacciones, aunque �hay que reconocerlo- a veces da dinero. Pero un dinero que hay que ocultar, con lo que, al final, tampoco sirve moralmente de mucho. Pero el ejercicio de la política acaba en muchos casos en la amargura y la soledad.En política uno se hace pronto viejo. Sobre todo ahora, cuando el mejor aval es la juventud y los pocos años.
La política, digan lo que digan, es injusta casi siempre. No da demasiadas satisfacciones, aunque �hay que reconocerlo- a veces da dinero. Pero un dinero que hay que ocultar, con lo que, al final, tampoco sirve moralmente de mucho. Pero el ejercicio de la política acaba en muchos casos en la amargura y la soledad.

En política uno se hace pronto viejo. Sobre todo ahora, cuando el mejor aval es la juventud y los pocos años. En el PSOE ha llegado la hora de los jóvenes. No es para criticarlo. El problema �y a lo peor uno habla por la herida- es que ese afán juvenil puede acarrear la pérdida de otros valores.

Dicen que José Luis Rodríguez Zapatero ha optado, principalmente, por la juventud a la hora de conformar Gobierno y que ha confirmado a aquellos de los que no podía prescindir sin grave quebranto. A saber: Solbes y Rubalcaba. Los hay malintencionados que aseguran que ambos no terminarán esta legislatura. Son especulaciones que, seguramente, nada tienen que ver con lo que de verdad piense el Presidente.

Pero es cierto que en el PSOE empiezan a aparecer damnificados. Socialistas de pro que observan como los jóvenes cachorros, con escasa experiencia y corta vida en el partido, van ocupando los puestos de mayor responsabilidad. Siempre es difícil llevar a cabo el cambio generacional. Y, aunque sólo fuera por eso, la apuesta de Zapatero no deja de ser interesante.

Hace relativamente tiempo que en la empresa privada ha vuelto a valorarse la experiencia como un grado. Y las últimas tendencias apuntan a retrasar en lo posible la edad de la jubilación en la idea de que la sabiduría se adquiere con los años y es un despilfarro despreciar lo aprendido.

A tenor de lo que parece saberse del PSOE, la experiencia se aprecia poco en el partido. Y aunque puede haber dirigentes cuyo pasado no interesa a la organización, hay otros, incluso de una cierta juventud, de los que nada se sabe y que, al menos de momento, han sido condenados al ostracismo. Y no porque hayan desempeñado mal los papeles que en su día se les encomendaron, sino porque han quedado descolgados entre luchas, intereses o compromisos internos.

El reparto de responsabilidades en el Parlamento es un buen ejemplo. Basta con escuchar los rumores que circulan por el viejo Palacio de la Carrera de San Jerónimo para comprobar que no va a haber ni cargos para todos ni, lo que es peor, reconocimiento a sus posibles virtudes. Pero aceptarán lo que sea, porque ellos, dicho sea con todos los respetos, pueden decir con Constantino Cavafis:

¡Qué lástima! Cuando estabas hecho
para las grandes y hermosas hazañas,

este destino tuyo, injusto siempre
te niega el estímulo y el éxito.

Y qué terrible el día en que cedas
(el día en que te rindas y claudiques),

y te pongas en camino para Susa
y te acojas al gran Rey Artajerjes,
que, magnánimo, te aceptará en su corte

y te ofrecerá satrapías y todos los honores.

Todo esto te dará Artajerjes,
todo esto encontrarás en la satrapía;

y sin ello, qué vida vas a hacer.

Ante Artajerjes
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