sábado. 20.04.2024

Almunia

Desayunaba yo tranquilamente mientras escuchaba las noticias de la mañana cuando, de repente, se me atragantó el café. Almunia, miembro del equipo económico del gobierno europeo, socialista, afirmaba rotundo, que España es el ejemplo a seguir "no sólo de dificultades, si no de coraje, valentía y decisión a la hora de afrontar con ajustes duros pero necesarios" y enfatizaba: “ese es el camino”.

Desayunaba yo tranquilamente mientras escuchaba las noticias de la mañana cuando, de repente, se me atragantó el café. Almunia, miembro del equipo económico del gobierno europeo, socialista, afirmaba rotundo, que España es el ejemplo a seguir "no sólo de dificultades, si no de coraje, valentía y decisión a la hora de afrontar con ajustes duros pero necesarios" y enfatizaba: “ese es el camino”. Añadía que el sistema financiero español está haciendo lo que le manda el Banco Central Europeo, que es lo que hay que hacer, “una reforma ambiciosa”. Lo decía con ese tono desenvuelto y un poco “cheli” que le caracteriza, pero traducido en román paladino no ofrecía duda: el gobierno del PP lo está haciendo de puta madre y la banca española es cojonuda. Eso sí, así como de pasada y para compensar, citaba el mantra que últimamente repiten todos estos (incluido Sarkozy) de que también hace falta “crecimiento”, aunque ni está ni se le espera.

Bueno, para ser franco mi estupefacción duró poco, porque a renglón seguido recordé otra visita oficial suya, en pleno acoso al gobierno Zapatero, cuando éste intentaba capear el temporal económico, en medio de una ofensiva por tierra mar y aire de la derecha nacional y europea. Vino en aquella ocasión a decir que Zapatero tenía que dejar de vacilar y orientarse hacia la recta vía que marcaba la banda neoliberal europea. Entonces le vino a echar una “manita” a Zapatero y ahora se la viene a echar a Rubalcaba.

¿Cómo es posible que, cuando la clase trabajadora española se las tiene que ver con una situación sin precedentes en democracia y el PSOE se esfuerza en combatir las políticas brutales de la derecha, venga este “compañero” a decirnos que ese es el camino: el de los despidos masivos, el del recorte de los derechos sociales, el de regar con dinero público a unos bancos depredadores que se llevan la pasta sin abrir de ninguna manera el crédito, mientras la economía cae sin límite? ¡Y parece que le han traído además a dar una conferencia a los socialistas para contarles cómo se sale de la crisis!

Verdaderamente el caso de Almunia plantea un problema de fondo y es de cuál es el papel que está jugando la socialdemocracia europea, que participa de la política de un gobierno europeo, al que llamamos “Bruselas”, presidido por cierto por uno de los miembros de la escuadra de las Azores, que apoya al presidente del Banco Central Europeo, uno de los que desataron la crisis como dirigente de Goldman Sachs, encargados de bombear las políticas que están hundiendo la economía europea y llevando hacia la decepción a millones de ciudadanos.

Todo lo cual nos trae en este momento a que la cuestión no es solamente que Hollande gane en Francia – condición absolutamente necesaria, pero no suficiente – sino que los socialistas de Europa rompan de manera clara con el modelo de gestión de la crisis que está imponiendo el gran capital financiero a través de sus capataces: Merkel, Sarkozy, “Bruselas” y Draghi. Que asuman su papel histórico y cambien de discurso y de actuación en las instituciones europeas, que apoyen e impulsen la movilización social y electoral de la mayoría progresista de Europa para cambiar hacia una política diferente, que es posible y necesaria, que vuelva a poner a Europa en el camino de la democracia, de la creación de empleo y de la restauración del estado del bienestar. La Europa de la libertad, la unidad y el progreso, no la de la “anschluss”, la insolidaridad y la pobreza, caldo de cultivo para los nuevos nacionalismos excluyentes.

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