sábado. 18.05.2024

Alemania... España, Europa

Ahora, con la “política de austericidio” de la Sra. Merkel, parecemos encaminarnos a “otra ruta”, alejada de aquella Europa Social, democrática, solidaria...

“Alemania recibió ayudas tras el nazismo”, recordaba Steinbrück, candidato del SPD a las próximas Elecciones Presidenciales alemanas, en defensa de Europa, el pasado 12 de septiembre en un mitin electoral en Dresde.

En efecto, según Wikipedia: En 1953, cuando una Alemania, endeudada por la Primera Guerra Mundial y devastada por la Segunda Guerra Mundial se encontraba sumida en una gran crisis que le imposibilitaba pagar sus deudas, que ascendían a unos 38.800 millones de marcos de la época (que en cifras de hoy podrían multiplicarse por 3 o por 4). El Estado se encontraba al borde de la quiebra. Ante esta situación, los principales 25 acreedores del país germano (entre los que se encontraban Grecia, Irlanda, Italia o España), liderados por Reino Unido, Francia y Estados Unidos se reunieron en Londres para tratar de buscar una solución a ese enorme problema. Las negociaciones se extendieron entre el 27 de febrero y el 8 de agosto de 1953 y tuvieron como resultado el llamado “Acuerdo de Londres”, que redujo la deuda (quita) alemana en un 62,6 % y determinó un calendario de pagos para los 14.500 millones de marcos restantes. El 3 de Octubre de 2010 Alemania terminó de pagar esta deuda pendiente.

Esto no solo permitió que el país se recuperase rápidamente, sino que muy pronto lo situó a la cabeza del crecimiento económico del continente. Sin embargo, los alemanes, seis décadas después, parecen olvidar aquella reciente etapa de su historia y, en lugar de plantear la dura crisis de la deuda de los “países del Sur” (a la que ellos mismos han contribuido con los altos tipos de interés) y apoyar “medidas europeas” como la mutualización de la deuda, eurobonos o acelerar la Unión Bancaria, han decidido aplicar“austeridad tras austeridad”, evitándoles regenerar su economía y abocándoles a una quiebra casi segura.

Algunos intelectuales como Jürgen Habermas (“Cuando las élites fracasan”, EL PAIS 20 Agosto de 2013) alertan sobre este “error histórico” ante la situación de emergencia que vive Europa: “En lugar de eso, deberían hablar claramente a sus conciudadanos, que se sienten inquietos y que jamás se ven confrontados como electores con cuestiones europeas de peso. Deberían dirigir un debate sobre alternativas que siempre tienen un coste. Tampoco deberían callar por más tiempo los negativos efectos redistributivos que deberían asumir a medio y corto plazo los “países donadores” como resultado de la única solución constructiva de la crisis, aunque ello redundará en su propio interés a largo plazo”

En este contexto, España ha pasado de ser uno de los países más europeístas a formar parte de los más euroescépticos, junto con otros países del Sur, castigado por las políticas neoliberales de la Unión Europea (UE), lideradas por Alemania. Desde el franquismo, Europa era nuestra estación de llegada a la modernidad, las libertades, la cultura, los derechos humanos y sociales… el progreso. Ahora, con la “política de austericidio” de la Sra. Merkel, parecemos encaminarnos a “otra ruta”, alejada de aquella Europa Social, democrática, solidaria… Los recortes sociales que conllevan pobreza y desigualdad, las “contrarreformas” (en castellano,  pérdida de derechos), el desempleo, la “renacionalización” y la tecnocracia… ¿Nos alejan de forma irreversible de la Europa de Jean Monet, Schumann, Delors…?

Por el contrario, la Europa Social de los ciudadanos, la Europa Federal, progresista, con cohesión social, comprometida con los derechos humanos y el progreso de todos los pueblos está todavía a nuestro alcance, si luchamos con determinación, organizadamente aquí, en Alemania y en todos los países de la UE. El próximo 22 de Septiembre y, sobre todo, las próximas EleccionesEuropeas de Mayo de 2014, pueden y deben ser el “punto de inflexión”, la recuperación de lo mejor de Europa. No es fácil la tarea. Sobre todo, es necesario superar el actual “déficit democrático” y recuperar la política, el pensamiento crítico, la convergencia de esfuerzos entre los progresistas.

Quizás, preocupado por este proceso, Steinbrück en el citado mitin de Dresde, decía apelando a la  razón: “Por muy fuertes que seamos no podemos avanzarsolos”, y al bolsillo: “Si los vecinos se hunden, quien nos va a comprar coches,si esto sigue así, nos vamos también abajo” (EL PAIS 13 Septiembre 2013).

El resultado de las elecciones alemana decidirá no sólo el futuro destino de los alemanes, sino el de Europa y los europeos. Confiamos que, todavía, “Otra Alemania, otra España y otra Europa sean posible”…!

Alemania... España, Europa