3 de septiembre de 2009, 4:34
NUEVATRIBUNA.ES - 31.5.2009
No crean que ha sido fácil. Tras una exhaustiva investigación periodística me siento capacitado para participar esta revelación. Josemari iba a los mítines del PP levitando desde Moncloa. Eso sí, como toda previsión es poca, llevaba un bonobús en la riñonera, financiado por la patronal, por si, a medio camino, cesaba ese trance místico. A ver si aprende ZP. Y no crean que esto es fácil. Que se lo pregunten a Santa Teresa que no lo consiguió ni con un curso CCC. Este monumental escándalo, que deja al Watergate a la altura de un chismorreo de porteros, ha servido por lo menos para centrar esta campaña electoral. Ya era hora. De no ser por ello no se extrañen si en algún acto se hubiera hablado de Europa. Hasta ahí podíamos llegar. En unas elecciones a Europa hablar de Europa ¿Nos toman por noruegos?
Nadie en su sano juicio cuestiona que Aznar fuera en helicóptero a un acto de su partido –y mira que por tamaño le hubiera bastado con agarrarse a un molinillo de viento– pero que ZP utilice un avión militar para ir a Astorga, pongamos por caso, es intolerable. Mariano también lo hacía hasta que se indigestó con el percance junto a Espe y le cogió manía. Digo al helicóptero. A Espe ya se la tenía antes de subir. No les digo nada después. Lo suyo sería que, con crisis y siendo sociata, Zapatero fuera a las reuniones del G-20 en el Interrail o que le llevara en el sidecar el ministro del ramo.
Cosa bien distinta es que Josemari trasladara en calesa a su Anita a las puertas de El Escorial ¿Va a ser ella menos que Sissí? ¿ Y él menos que un emperador cuando hasta un filete lleva ese nombre? Tampoco olviden que en la despedida de solteros de Anita y Agag (lástima que no regalen el vídeo del festejo con una caja de La Estepeña) se cortó una calle principal de Madrid para que aparcaran los mamarrachos de sus pijicoleguis los cuatro por cuatro a la puerta de Gabana. Eso no es prepotencia. Eso es una cuestión de Estado.
No lo es menos, aun enmarcada en el ámbito autonómico, que consejeros y altos cargos del gobierno valenciano utilicen el coche oficial y a su chofer para llevar o traer paellas o para ir a misa. Que el presidente del gobierno llegue tarde a un mitin tiene un pase pero que le llegue frío el bogavante a un sobrino segundo de Camps es absolutamente inaceptable. En este escenario se comprende pues que los altos vuelos del Falcón dejen en evidencia los vuelos rasantes de algunos políticos.
Con sinceridad no me he parado a reflexionar sobre si es o no correcto que ZP vaya en avión militar o en monopatín. Me ha llevado demasiado esfuerzo pensar si merecemos que unos tipos con estas dosis de bochornosa hipocresía cobren un sueldo con la parte alícuota de mis impuestos. Que Cospedal diga que los españoles no entienden que en tiempo de crisis ZP utilice un avión militar para sus desplazamientos es no entender lo que es una crisis. A buen seguro porque su bolsillo no la padece. Quizás a muchos españoles, a mi por lo menos, les irrite más sopesar que al señor Mayor Oreja le paguen un sueldo de fábula por aparecer por el Parlamento Europeo para zamparse los canapés de la copa de Navidad. Es normal que no vaya. Con lo que hablan ahí dentro no hay quien duerma. Yo le entiendo.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS
No crean que ha sido fácil. Tras una exhaustiva investigación periodística me siento capacitado para participar esta revelación. Josemari iba a los mítines del PP levitando desde Moncloa. Eso sí, como toda previsión es poca, llevaba un bonobús en la riñonera, financiado por la patronal, por si, a medio camino, cesaba ese trance místico. A ver si aprende ZP. Y no crean que esto es fácil. Que se lo pregunten a Santa Teresa que no lo consiguió ni con un curso CCC. Este monumental escándalo, que deja al Watergate a la altura de un chismorreo de porteros, ha servido por lo menos para centrar esta campaña electoral. Ya era hora. De no ser por ello no se extrañen si en algún acto se hubiera hablado de Europa. Hasta ahí podíamos llegar. En unas elecciones a Europa hablar de Europa ¿Nos toman por noruegos?
Nadie en su sano juicio cuestiona que Aznar fuera en helicóptero a un acto de su partido –y mira que por tamaño le hubiera bastado con agarrarse a un molinillo de viento– pero que ZP utilice un avión militar para ir a Astorga, pongamos por caso, es intolerable. Mariano también lo hacía hasta que se indigestó con el percance junto a Espe y le cogió manía. Digo al helicóptero. A Espe ya se la tenía antes de subir. No les digo nada después. Lo suyo sería que, con crisis y siendo sociata, Zapatero fuera a las reuniones del G-20 en el Interrail o que le llevara en el sidecar el ministro del ramo.
Cosa bien distinta es que Josemari trasladara en calesa a su Anita a las puertas de El Escorial ¿Va a ser ella menos que Sissí? ¿ Y él menos que un emperador cuando hasta un filete lleva ese nombre? Tampoco olviden que en la despedida de solteros de Anita y Agag (lástima que no regalen el vídeo del festejo con una caja de La Estepeña) se cortó una calle principal de Madrid para que aparcaran los mamarrachos de sus pijicoleguis los cuatro por cuatro a la puerta de Gabana. Eso no es prepotencia. Eso es una cuestión de Estado.
No lo es menos, aun enmarcada en el ámbito autonómico, que consejeros y altos cargos del gobierno valenciano utilicen el coche oficial y a su chofer para llevar o traer paellas o para ir a misa. Que el presidente del gobierno llegue tarde a un mitin tiene un pase pero que le llegue frío el bogavante a un sobrino segundo de Camps es absolutamente inaceptable. En este escenario se comprende pues que los altos vuelos del Falcón dejen en evidencia los vuelos rasantes de algunos políticos.
Con sinceridad no me he parado a reflexionar sobre si es o no correcto que ZP vaya en avión militar o en monopatín. Me ha llevado demasiado esfuerzo pensar si merecemos que unos tipos con estas dosis de bochornosa hipocresía cobren un sueldo con la parte alícuota de mis impuestos. Que Cospedal diga que los españoles no entienden que en tiempo de crisis ZP utilice un avión militar para sus desplazamientos es no entender lo que es una crisis. A buen seguro porque su bolsillo no la padece. Quizás a muchos españoles, a mi por lo menos, les irrite más sopesar que al señor Mayor Oreja le paguen un sueldo de fábula por aparecer por el Parlamento Europeo para zamparse los canapés de la copa de Navidad. Es normal que no vaya. Con lo que hablan ahí dentro no hay quien duerma. Yo le entiendo.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS