jueves. 28.03.2024

Aguirre, monumento nacional

NUEVATRIBUNA.ES - 5.3.2010...Estos últimos, los peores, siempre están buscándole el rabo al toro, como esos malos banderilleros que tratan de entrarle al morlaco por detrás, traicioneramente, para clavarle o más bien engancharle las banderillas a distancia y luego salir corriendo a refugiarse en el burladero más próximo. ¡Que tome nota el Candidato! Así se hacen las cosas y no diciendo lo uno y lo contrario al mismo tiempo.
NUEVATRIBUNA.ES - 5.3.2010

...Estos últimos, los peores, siempre están buscándole el rabo al toro, como esos malos banderilleros que tratan de entrarle al morlaco por detrás, traicioneramente, para clavarle o más bien engancharle las banderillas a distancia y luego salir corriendo a refugiarse en el burladero más próximo. ¡Que tome nota el Candidato! Así se hacen las cosas y no diciendo lo uno y lo contrario al mismo tiempo. Impasible el ademán, siempre en la misma línea, para que sepan todos lo que vale lo español. Porque esto del toro desangrándose en la plaza, es más que un espectáculo. Es el paradigma de una nación capaz de conservar la raza milenaria de hombres que guardan en su virilidad orgullosa, así carguen a derechas como a izquierdas, la esencia y la potencia de “la patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del sol”. Y por eso hay que entrarle a la fiera por lo diestro y ponerle el trapo en los ojos, una buena verónica para que el tendido se hechice, contenga el aliento, mientras solo se escucha el roce de la piel del morlaco sobre la taleguilla que dejará impregnada en sangre. Y luego, a hacer faena con pases de pecho, revoleras, chicuelinas. Erotismo puro ¡oiga! Para producir una erección a media plaza y un derrame emocional a la otra media. Ahí solos, dos machos, con la vida y la muerte, vista, oída, olida, sentida, en directo, sin mentiras, aunque hábiles barberos hayan afeitado a la bestia - ¡pelillos a la mar! - la tragedia siempre al quite, en cualquier momento. Como España, como los españoles.

Es la misma representación que simboliza nuestra historia: valentía, fe, dolor y sangre, mucha sangre. Por eso ha sido y será la Fiesta. La que fascinó a Hemingway, entre copa y copa, león y leona. La que hizo llorar a Lorca. La que retrató Goya e inspiró a Picasso. Por eso es la oportunidad de poner las cosas en su sitio y dejar una vez más en espantoso ridículo a Rajoy, que, al fin y al cabo es periférico y de taurino apenas si tiene el puro. Y ahora todos girarán en corro, como dice el himno de Madrid que nadie canta. Los socialista, ellos siempre en la barrera, se pondrán como hidras, otra vez Aguirre les saca unas cuantas portadas de distancia y hasta Gómez tendrá que decir algo. Los de IU, claro, traerán a colación al obreraje y hablarán de parados. ¡Qué parados, si son de Zapatero! Incluso Gallardón, hará equilibrios, como siempre, en el alambre, lo progre y lo moderno, blando, sin fuste ni energía. Pero dará igual, el ruedo ibérico ya tiene su heroína, monumento nacional, debía decirse. Manuela Malasaña, Agustina de Madrid, tea en la mano: “¡no pasará el separatismo ecologista!”. Repicarán las teles digitales, todas al son que ella les marca y algún comentarista, algo pasado, gritará desde el sillón de su tertulia: “¡Cataluña es culpable!”. Tiempo habrá después de templar gaitas, brindar con cava catalán en Nochebuena, tampoco es cuestión de apabullar, que allí también hay votos. Y así, de toro en toro, bien picados, rematar la faena allá por mayo del año que viene, si Dios quiere, y dejar en el suelo de nuevo, cual guiñapo, a una oposición inerme, poniendo nuevas miras, más lejanas, más allá de Sol, en la Moncloa.

Pedro Díez Olazábal participó en la fundación del Sindicato de Enseñanza de CC.OO y ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales. Ha desempeñado los cargos de Alcalde de Arganda del Rey, diputado de la Asamblea de Madrid y Vicepresidente Tercero, portavoz en la Comisión de Medio Ambiente y Presidente de la Asamblea de Madrid.

Aguirre, monumento nacional
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