jueves. 18.04.2024

Adiós, Acebes, adiós

Se marcha Ángel Acebes. Y se va sin demasiadas lágrimas de quienes contemplan su marcha. Fue, posiblemente, el primero que se empeñó en buscar en ETA a los autores de los horribles atentados del 11-M. Ha permanecido en toda esta larga lucha del PP en un silencio que uno no sabe cómo calificar. No sabemos a donde va. De momento, dimite como secretario general que es algo que, todo hay que decirlo, hasta le honra.
Se marcha Ángel Acebes. Y se va sin demasiadas lágrimas de quienes contemplan su marcha. Fue, posiblemente, el primero que se empeñó en buscar en ETA a los autores de los horribles atentados del 11-M. Ha permanecido en toda esta larga lucha del PP en un silencio que uno no sabe cómo calificar. No sabemos a donde va. De momento, dimite como secretario general que es algo que, todo hay que decirlo, hasta le honra.

No creo yo que la marcha de Ángel Acebes ponga fin a un viejo modelo de partido, ni sea el punto final a una política de crispación. Creer eso supondría pensar que el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha sido, hasta ahora, prisionero de sus propios generales. Y no me parece a mí que Rajoy haya estado secuestrado por su estado mayor.

Acebes, cuya intervención en el día mismo del 11-M y días posteriores, pasará a la historia sucia de este país, actuó con el refrendo del presidente en funciones, José María Aznar y con el refrendo del sucesor Mariano Rajoy. Porque ahora no hay que olvidar que, después de esa fecha, ha habido cuatro años en que se han mantenido las mismas actitudes, las mismas mentiras, y la crispación y el furor no sólo no ha decrecido, sino que ha ostentado sus más altas cotas.

Si el PP hubiera ganado estas últimas elecciones, Acebes estaría, si no en el Gobierno de Rajoy, sí en algún puesto de relumbrón. Acebes se va porque no ha ganado su líder y porque éste �a la fuerza ahorcan- no ha tenido más remedio que revisar unas estrategias que le han llevado a la derrota.

No seré yo quien lamente la decisión de Acebes. Ni tengo por qué. Pero creo necesario expresar que no me parece a mí ni el único culpable de la derrota popular, ni siquiera el único defensor de la teoría de la conspiración, aupada y mantenida por los medios afines al PP. Dicen ahora que Rajoy rompe amarras con esos medios y con los que los utilizaron desde su partido para desgastar al PSOE e intoxicar a la opinión pública.

Me parece, sin embargo, de justicia recordar que durante estos cuatro años lo que dijo, hizo y calló Acebes y lo que esos medios difundieron no fue en ningún momento desautorizado por su jefe de filas. Es decir, por Mariano Rajoy. Si consintió, él sabe que se peca tanto por acción como por omisión. Y, puestos a decir todo, el presidente del PP pecó por acción tanto o más que sus subordinados.

Se va Acebes. Y no sé yo si eso traerá nuevas crisis al PP. Pero ni se acaba una etapa ni el PP es ahora un partido distintos al que era hace cuatro años. Dios me perdone, pero, en realidad, estoy convencido de que en las filas populares no es el propósito de enmienda la mayor de las virtudes.

Acebes, tal vez, pueda con San Juan de la Cruz decir:

“Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,

que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado

de un entender no entendiendo.

toda ciencia trascendiendo”.

Pero, vamos, que, sin duda, trascendía toda ciencia.

Adiós, Acebes, adiós
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