jueves. 28.03.2024

Actuación salvaje

NUEVATRIBUNA.ES - 29.6.2010El subsuelo de Madrid ha dormido en silencio durante muchas horas. Los trenes no han acudido a su cita diaria, las máquinas no han tirado de los coches, los raíles han estado silenciosos y solitarios. La huelga de metro ha sido un éxito. Durante horas el silencio ha reinado estruendosamente en el subsuelo de Madrid. Los trabajadores del metro han impuesto su voluntad democrática y han ejercido su derecho de huelga.
NUEVATRIBUNA.ES - 29.6.2010

El subsuelo de Madrid ha dormido en silencio durante muchas horas. Los trenes no han acudido a su cita diaria, las máquinas no han tirado de los coches, los raíles han estado silenciosos y solitarios. La huelga de metro ha sido un éxito. Durante horas el silencio ha reinado estruendosamente en el subsuelo de Madrid. Los trabajadores del metro han impuesto su voluntad democrática y han ejercido su derecho de huelga.

Los trabajadores han respondido con el arma más importante que tienen a una agresión absoluta del Gobierno de Madrid. Los trabajadores de Metro tienen un convenio colectivo, un buen convenio colectivo, un convenio que doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha decidido no respetar, saltándoselo de manera salvaje.

Frente a esta forma de actuar de la señora Aguirre, los sindicatos y los trabajadores han respondido con la mejor de sus armas, con la huelga, y de manera democrática han decidido, como si de un solo hombre se tratara, ir a la huelga. Y Madrid hoy no ha tenido metro.

Esperanza Aguirre recuerda mucho con sus maneras a la dureza empleada por Margaret Thatcher. Después de todo ambas damas tienen en común su afición por la desregulación, por la flexibilización del mercado laboral, por la privatización de las empresas públicas, por el deterioro de la sanidad… Tal vez, como la 'dama de hierro' inglesa, la Sra. Aguirre y Gil de Biedma busca dar una lección de cómo tratar a los trabajadores del metro y a sus representantes sindicales y, aprovechando la crisis, reducir derechos, limitar y a ser posible anular la eficacia de la negociación colectiva. Si esto es así, ¿qué espera, que unos trabajadores con derechos y con unos salarios dignos se transformen, sin pelear, en trabajadores sin derechos, sin convenio, sin leyes?

No nos engañemos, ni nos dejemos engañar. Lo que Esperanza Aguirre y Gil de Biedma busca no es sólo recortar los salarios, es recortar los derechos. Y no es sólo reducir los derechos de los trabajadores del metro de Madrid, es reducir el derecho a la negociación colectiva de los trabajadores de España.

La batalla que hoy se libra en Madrid no es pequeña. La solidaridad de los ciudadanos de Madrid tiene que ser visible. Los trabajadores del metro tienen que saber y sentir el calor y el apoyo de los ciudadanos de Madrid.

Amalia Álvarez - Escritora

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