viernes. 29.03.2024

7 de octubre: Una cita por el trabajo decente

Volvemos al trabajo en este Madrid aún atenazado por el dolor de la tragedia de Spanair, tras unas vacaciones �los que hemos podido tenerlas- en las que, además de seguir las Olimpiadas, hemos estado muy atentos a eso que llaman la coyuntura económica y en las que nos hemos impuesto una mayor prudencia en el consumo, conscientes de que el año que se avecina será duro, que nadie sabe cuanto va a durar esta bicha que ha transitado de desaceleración a crisis, pasando
Volvemos al trabajo en este Madrid aún atenazado por el dolor de la tragedia de Spanair, tras unas vacaciones �los que hemos podido tenerlas- en las que, además de seguir las Olimpiadas, hemos estado muy atentos a eso que llaman la coyuntura económica y en las que nos hemos impuesto una mayor prudencia en el consumo, conscientes de que el año que se avecina será duro, que nadie sabe cuanto va a durar esta bicha que ha transitado de desaceleración a crisis, pasando por otros eufemismos como ralentización, sin llegar a alcanzar la cota de recesión (por el momento).

Volvemos al trabajo con una cita de la nueva Central Sindical Internacional, (CSI) que aglutina a la gran mayoría de las organizaciones sindicales del mundo. El día 7 de octubre los trabajadores, en todo el planeta, se movilizarán por el trabajo decente. Es su respuesta a la globalización. A las transformaciones económicas aceleradas, la financiarización de la economía, la interdependencia e interrelación entre economías y sociedades, a la transformación de las estructuras empresariales, la libre circulación de capitales, la precariedad laboral, la desregulación de las relaciones laborales, las deslocalizaciones. No podemos pensar en un sindicalismo en un país sin tomar en cuenta las cuestiones internacionales.

El congreso fundacional celebrado en Viena en 2006 aprobó una propuesta de diversas organizaciones, entre las que se encontraba CCOO, de convocar una Jornada Mundial por el Trabajo Decente. El Consejo General de la Confederación Sindical Internacional, reunido en Washington en diciembre de 2007, acordó la fecha del 7 de octubre de 2008 y fijó los objetivos de la misma. La universalización de los principios y derechos fundamentales del trabajo y del trabajo decente acordados por la Organización Internacional del Trabajo. El cumplimiento de los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas como medio para combatir la pobreza y la desigualdad. El fomento de la solidaridad internacional.

En cada lugar del planeta la lucha por el trabajo decente cuenta con condicionantes y problemas específicos. Por eso las movilizaciones en España, teniendo en cuenta estos objetivos generales, se centrarán en un trabajo dignamente retribuido, con derechos laborales asegurados y protección social. En la eliminación del trabajo sometido a explotación y precariedad laboral. En la reducción de la temporalidad, que afecta a uno de cada tres trabajadores. En la lucha contra la siniestralidad laboral.

El continente europeo pasa por ser uno de los lugares del planeta donde más se respeta la dignidad del trabajo y los derechos laborales. Sin embargo, algunas directivas recientes de la Unión Europea en torno a jornada de trabajo, sobre desplazamiento de trabajadores o sobre retorno de inmigrantes, junto a sentencias del Tribunal de Justicia de la Comunidades Europeas en los casos de Viking, Laval, Rüffert o el Estado de Luxemburgo, hacen prevalecer la libre competencia entre empresas y la libertad de mercado sobre los derechos laborales y la negociación colectiva de las condiciones de trabajo. Por eso, la Conferencia Sindical de Capitales Europeas reunida en Madrid el pasado mes de junio decidió que estos temas formaran parte de las reivindicaciones sindicales en esta jornada mundial.

Los trabajadores somos de la misma raza: la humana

Trabajo decente quiere decir que la libertad y la democracia no se quedan a las puertas del centro de trabajo. Quiere decir igualdad, seguridad, dignidad humana en el empleo. Quiere decir un proyecto del sindicalismo mundial que confluye con las exigencias sociales frente a la economía y una cierta forma infame de entender el poder político. Quiere decir la exigencia de que el trabajo y sus derechos imperen en el mundo. Supone solidaridad con todos los trabajadores del mundo y lucha por el respeto a los derechos laborales en cada país.

¿Sabías que la mitad de los trabajadores del mundo gana menos de 2 dólares al día? ¿Qué 200 millones de niños menores de 15 años trabajan en lugar de ir a la escuela? ¿Qué cada año 2’2 millones de personas mueren en un accidente laboral?

Cuando el Congreso de París aprobó en 1889 la convocatoria del 1� de Mayo nadie sabía hasta dónde llegaría esta convocatoria. Sabía que la reivindicación de las 8 horas merecía la pena en un mundo donde los trabajadores vivían sometidos a jornadas interminables, al poco descanso, a la penosidad de los trabajos, a los accidentes frecuentes, a la protección inexistente para ellos y sus familias.

Casi 110 años después, los trabajadores tenemos una cita con el trabajo decente. Con el derecho de las personas a vivir y trabajar dignamente. Con el empleo, los derechos, la protección y el derecho a negociar nuestras condiciones de trabajo y de vida. Una cita en todo el mundo. Porque los trabajadores de la India, de Rusia, de Colombia, Estados Unidos, Senegal o España somos de la misma y única raza, la humana. Y es la hora de reivindicar la humanización del trabajo.

7 de octubre: Una cita por el trabajo decente
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