viernes. 19.04.2024

25 años de la huelga general del 20-J

NUEVATRIBUNA.ES - 28.6.2010Con motivo de la anunciada huelga general del próximo septiembre, en diversos medios se han numerado y glosado las anteriores huelgas generales. La mayoría han contado solo cuatro, comenzando en la más masiva del 14 de diciembre de 1988.
NUEVATRIBUNA.ES - 28.6.2010

Con motivo de la anunciada huelga general del próximo septiembre, en diversos medios se han numerado y glosado las anteriores huelgas generales. La mayoría han contado solo cuatro, comenzando en la más masiva del 14 de diciembre de 1988. Algunos han contado siete, incluyendo como huelga general la Jornada europea de movilizaciones por el empleo del 5 de abril de 1978, día en que hubo diversas acciones de paros y sobre todo de manifestaciones, pero que no alcanzaron, ni pretendieron, el grado de huelga general, ni en España ni en Europa. También hay quienes alargan aún más la lista metiendo algunos paros simbólicos de protesta contra las dos guerras en Iraq.

En propiedad debe hablarse de cinco huelgas generales en nuestro país desde la vuelta de la democracia en 1977: 20 de junio de 1985, 14 de diciembre de 1988, 28 de mayo de 1992 (media jornada), 27 de enero de 1994 y 20 de junio de 2002 (ésta con gobierno del PP).

La primera, y sin embargo la menos recordada, es la del 20 de junio de 1985 contra el proyecto de reforma (y de recortes) de las pensiones presentado por el gobierno de Felipe González. En parte el “olvido” se debe a que no fue una convocatoria de CCOO y UGT, sino de Comisiones Obreras con otras organizaciones menores, como la USO y la CGT lideradas por Manuel Zaguirre y José March, respectivamente.

Sin embargo no puede decirse que la protesta no tuviera del todo el consenso de la UGT, pues el día 4 de junio, en Madrid, UGT y CCOO llevaron a cabo una manifestación unitaria, muy concurrida por los trabajadores.

En la lucha contra el recorte de las pensiones se inició el despegue de UGT de la política antisocial del gobierno y la ruptura de Nicolás Redondo con González, llegando poco después a votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado y a presentar su dimisión como diputado. Esa misma coherencia con la trayectoria sindical y con los trabajadores, es al que veinticinco años después, ha llevado a otro secretario general (ex), de CCOO, y diputado, Antonio Gutiérrez, a romper la disciplina de voto en el Parlamento.

Al ser la primera acción de tanta envergadura (y la primera vez en que un sindicato se movilizaba contra un gobierno socialista) la huelga de junio de 1985 conllevó un enorme esfuerzo sindical, de preparación en todas las provincias que terminó en una gran concentración en la Plaza Mayor de Madrid en las vísperas del paro. Antes, durante semanas, hubo miles de asambleas en los centros de trabajo y en centenares de ciudades. El despliegue informativo, utilizando los propios medios, incluyó la distribución de centenares de miles hojas, boletines y carteles explicativos, fue enorme y superior incluso al que se hizo durante la tramitación de la Ley del Estatuto de los Trabajadores en 1979.

El reto mas importante para CCOO fue el de desmontar la campaña del miedo que los medios de comunicación llevaban a cabo para equiparar la huelga del 20 de junio con las huelgas revolucionarias del pasado. El gobierno había avisado de que emplearía a fondo a las fuerzas de seguridad para impedir coacciones, es decir para detener a los piquetes de huelga.

Pero la huelga se llevó a cabo de forma pacifica, más allá de algunos pocos incidente, que algunos medios antisindicales exageraron, y en ella participaron varios millones de trabajadores (cuatro según los sindicatos convocantes), algo que en aquellas circunstancias era bastantes relevante.

Entre todos los periodistas, tal vez fuera Pedro J. Ramírez, entonces director de Diario 16, quien mostrara su encono contra CCOO de forma más iracunda, y en un editorial del día 21 dedicado a la huelga (que había afectado a su periódico) lanzó graves insultos contra CCOO y Marcelino Camacho:

Algunos comunistas son capaces de pasarse por el arco del triunfo todas las reglas de la democracia y sustituirlas por las de una implacable, fetichista, ensotanada y curil inquisición (..) este es, irresponsable, frívolo, anticuado Marcelino Camacho.

Es bueno recordar la conducta de este personaje, pues pocos años después de estas vergonzosas palabras, algunos militantes de izquierda, de buena fe, veían a Don Pedrosota, ya director de EL MUNDO, como el más progre de los periodistas.

Las huelgas generales, y también las parciales, se llevan a cabo en contra de los propios deseos de los sindicatos, que solo las convocan cuando, como en estos mismos momentos, el poder económico y el poder político, les aboca inexorablemente a ello, tras agotar todas las vías de la negociación.

La del 20 de junio de 1985, fue obligada por la prepotencia de un gobierno que trataba al sindicato hermano UGT como sindicato primo, y a CCOO como un residuo del comunismo radical, cuando ya Felipe había aparcado el cambio prometido en 1982 y abrazado, con la fe de los conversos, el dogma del “gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones”… pero el queso que lo pongan los de siempre.

Juan Moreno es Consejero del Comité Económico y Social Europeo.

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