29 de septiembre de 2010, 16:20
NUEVATRIBUNA.ES - 8.12.2009
...y culpar de ello al Gobierno español, si finalmente se produjese el horroroso desenlace. Lanzo este grito: ¡Salvad a Aminatu! No podemos consentir que, en nombre de ninguna causa, por justa que sea, alguien como esta admirable mujer se deje morir ante los teje manejes de unos y de otros.
Está claro que Marruecos es quien ha desatado el nefasto proceso en el que estamos y quien tiene bloqueada hasta el momento de escribir este artículo, toda posible solución al conflicto. Pero el Gobierno español ha hecho y está haciendo lo que puede. Porque parece ignorarse que fueron policías marroquíes los que obligaron a despegar al piloto con Aminatu a bordo y que ni el piloto, ni el Gobierno español hubieran podido negarse, so pena de afectar a la tripulación y a los viajeros, que nada tenían que ver en todo el asunto.
El Gobierno de España, que bastante problema tiene con liberar a los secuestrados en Mauritania, ha de hacer frente ahora a la cerrazón de Marruecos, que no es nueva, y a la cabezonería redentora de todos los que jalean a esta mujer que se está dejando morir y que no acepta ninguna solución: ni estatus de refugiada, ni pasaporte español para intentar luego entrar en Marruecos, ni nada. ¿Qué más se le puede exigir a Moratinos, a Zapatero o incluso al Rey? ¿Cambiaría algo la muerte de esta mujer? Alguno de los exaltados animadores que en estos días toman la palabra desde el aeropuerto de Lanzarote ha llegado a decir textualmente que hay que “obligar” a Marruecos a aceptar a Haidar. Pero ¿cómo? ¿La mandamos con una bandera de la Legión? Me parece que cuando la adrenalina y la histeria sustituyen a la razón, los resultados suelen ser un desastre y de ello solamente pueden sacar provecho los partidarios de la violencia, marroquíes o saharauis.
Al Gobierno marroquí no le viene mal esta bronca y sacar pecho frente a la España “colonial” (¿les suena Ceuta y Melilla?). Al Polisario le sirve para justificar una posible y desesperada vuelta a las armas, con la que acaba de amagar. Por otra parte a los colegas europeos esto se la trae al pairo y ya han dicho que es “cosa bilateral”. Y de San Obama no podemos esperar mucho, ahora que va a apalear a los talibanes en Afganistán no está la cosa como para cocer bollos en el horno de un país aliado en el mundo musulmán, que ejerce de valladar al islamismo yihadista. ¿Qué más queremos que haga al Gobierno español, con casi seiscientos mil marroquíes viviendo con nosotros y una frontera a tiro de patera? ¿Que rompa relaciones con Marruecos? La cosa no va de broma y no se puede jugar con las emociones y menos aún dejarse llevar de ellas.
Somos muchos los que defendemos la lucha legítima del pueblo saharaui, pero que no apoyaríamos una vuelta a la violencia bajo ningún concepto. También los que admiramos a Aminatu Haidar y por eso le decimos: ¡basta ya! Has llegado muy lejos, has puesto el conflicto saharaui en la agenda mundial, pero tú sola, con tu vida no vas a resolver un problema que solamente tendrá salida en la mesa de negociaciones, cediendo por ambas partes y teniendo en cuenta que siempre será mejor un mal acuerdo que una buena guerra. Hoy le decimos también: preserva tu vida para tus hijos y para tu pueblo. Y a los que se desgañitan echándole la culpa de todo al Gobierno español: ya está bien de culpabilizarnos a nosotros mismos por lo que hizo el último Gobierno de Franco. La cesión del Sáhara fue una vergüenza, pero la Democracia española no tiene la culpa de lo que hicieron los prebostes del Régimen moribundo, como no tiene la culpa de los fusilamientos de Hoyo de Manzanares. Apoyar al pueblo saharui es una cosa y querer repetir la tragedia de Sidi Ifni o la comedia de Peregil, otra.
Ahora, la principal obligación de todos debe ser salvar la vida de esta mujer, incluso pese a su voluntad. Debe cesar ya la huelga de hambre y de ello la debemos convencer entre todos. Por lo demás, el Gobierno español tiene la obligación de evitar que muera, aplicando, si es preciso, los tratamientos médicos necesarios. No hay ninguna duda de que se encuentra bajo su responsabilidad y dependencia directa. Hay jurisprudencia más que de sobra y el interés de los españoles, de la propia Haidar y de la estabilidad de todo el Magreb lo requieren.
Pedro Díez Olazábal participó en la fundación del Sindicato de Enseñanza de CC.OO y ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales. Ha desempeñado los cargos de Alcalde de Arganda del Rey, diputado de la Asamblea de Madrid y Vicepresidente Tercero, portavoz en la Comisión de Medio Ambiente y Presidente de la Asamblea de Madrid.
...y culpar de ello al Gobierno español, si finalmente se produjese el horroroso desenlace. Lanzo este grito: ¡Salvad a Aminatu! No podemos consentir que, en nombre de ninguna causa, por justa que sea, alguien como esta admirable mujer se deje morir ante los teje manejes de unos y de otros.
Está claro que Marruecos es quien ha desatado el nefasto proceso en el que estamos y quien tiene bloqueada hasta el momento de escribir este artículo, toda posible solución al conflicto. Pero el Gobierno español ha hecho y está haciendo lo que puede. Porque parece ignorarse que fueron policías marroquíes los que obligaron a despegar al piloto con Aminatu a bordo y que ni el piloto, ni el Gobierno español hubieran podido negarse, so pena de afectar a la tripulación y a los viajeros, que nada tenían que ver en todo el asunto.
El Gobierno de España, que bastante problema tiene con liberar a los secuestrados en Mauritania, ha de hacer frente ahora a la cerrazón de Marruecos, que no es nueva, y a la cabezonería redentora de todos los que jalean a esta mujer que se está dejando morir y que no acepta ninguna solución: ni estatus de refugiada, ni pasaporte español para intentar luego entrar en Marruecos, ni nada. ¿Qué más se le puede exigir a Moratinos, a Zapatero o incluso al Rey? ¿Cambiaría algo la muerte de esta mujer? Alguno de los exaltados animadores que en estos días toman la palabra desde el aeropuerto de Lanzarote ha llegado a decir textualmente que hay que “obligar” a Marruecos a aceptar a Haidar. Pero ¿cómo? ¿La mandamos con una bandera de la Legión? Me parece que cuando la adrenalina y la histeria sustituyen a la razón, los resultados suelen ser un desastre y de ello solamente pueden sacar provecho los partidarios de la violencia, marroquíes o saharauis.
Al Gobierno marroquí no le viene mal esta bronca y sacar pecho frente a la España “colonial” (¿les suena Ceuta y Melilla?). Al Polisario le sirve para justificar una posible y desesperada vuelta a las armas, con la que acaba de amagar. Por otra parte a los colegas europeos esto se la trae al pairo y ya han dicho que es “cosa bilateral”. Y de San Obama no podemos esperar mucho, ahora que va a apalear a los talibanes en Afganistán no está la cosa como para cocer bollos en el horno de un país aliado en el mundo musulmán, que ejerce de valladar al islamismo yihadista. ¿Qué más queremos que haga al Gobierno español, con casi seiscientos mil marroquíes viviendo con nosotros y una frontera a tiro de patera? ¿Que rompa relaciones con Marruecos? La cosa no va de broma y no se puede jugar con las emociones y menos aún dejarse llevar de ellas.
Somos muchos los que defendemos la lucha legítima del pueblo saharaui, pero que no apoyaríamos una vuelta a la violencia bajo ningún concepto. También los que admiramos a Aminatu Haidar y por eso le decimos: ¡basta ya! Has llegado muy lejos, has puesto el conflicto saharaui en la agenda mundial, pero tú sola, con tu vida no vas a resolver un problema que solamente tendrá salida en la mesa de negociaciones, cediendo por ambas partes y teniendo en cuenta que siempre será mejor un mal acuerdo que una buena guerra. Hoy le decimos también: preserva tu vida para tus hijos y para tu pueblo. Y a los que se desgañitan echándole la culpa de todo al Gobierno español: ya está bien de culpabilizarnos a nosotros mismos por lo que hizo el último Gobierno de Franco. La cesión del Sáhara fue una vergüenza, pero la Democracia española no tiene la culpa de lo que hicieron los prebostes del Régimen moribundo, como no tiene la culpa de los fusilamientos de Hoyo de Manzanares. Apoyar al pueblo saharui es una cosa y querer repetir la tragedia de Sidi Ifni o la comedia de Peregil, otra.
Ahora, la principal obligación de todos debe ser salvar la vida de esta mujer, incluso pese a su voluntad. Debe cesar ya la huelga de hambre y de ello la debemos convencer entre todos. Por lo demás, el Gobierno español tiene la obligación de evitar que muera, aplicando, si es preciso, los tratamientos médicos necesarios. No hay ninguna duda de que se encuentra bajo su responsabilidad y dependencia directa. Hay jurisprudencia más que de sobra y el interés de los españoles, de la propia Haidar y de la estabilidad de todo el Magreb lo requieren.
Pedro Díez Olazábal participó en la fundación del Sindicato de Enseñanza de CC.OO y ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales. Ha desempeñado los cargos de Alcalde de Arganda del Rey, diputado de la Asamblea de Madrid y Vicepresidente Tercero, portavoz en la Comisión de Medio Ambiente y Presidente de la Asamblea de Madrid.