viernes. 19.04.2024

¿Qué hacía en la India?

Esta vez, las bombas el terror, la muerte, el golpe ciego del terrorismo, se ha cebado en Bombay. Esa ciudad gigantesca y desordenada, pujante y desigual, de más de 20 millones de habitantes, uno de los motores del crecimiento económico de la India.La magnitud del golpe, con más de cien muertes y cientos de heridos, traslada y amplifica, en otro lugar del planeta, el poder monstruoso del terrorismo.
Esta vez, las bombas el terror, la muerte, el golpe ciego del terrorismo, se ha cebado en Bombay. Esa ciudad gigantesca y desordenada, pujante y desigual, de más de 20 millones de habitantes, uno de los motores del crecimiento económico de la India.

La magnitud del golpe, con más de cien muertes y cientos de heridos, traslada y amplifica, en otro lugar del planeta, el poder monstruoso del terrorismo. Un poder que todos los días se exhibe sin medida en países como Irak, Afganistán o Paquistán.

Esperanza Aguirre estaba en uno de los hoteles atacados. Cuando tuvimos noticia del atentado, llamé inmediatamente a la Presidenta de la Comunidad, que tenía el teléfono fuera de servicio, al Presidente de la Patronal madrileña y al Vicepresidente de la Comunidad, para interesarme por su situación tras el atentado. Al día siguiente hemos iniciado el acto sindical con los Rectores de las Universidades Públicas madrileñas, para defender unos presupuestos universitario decentes en tiempos de crisis, guardando un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del atentado y sus familias, para rechazar la violencia terrorista y repudiar a los violentos.

Dicho esto, lo importante, lo esencial, surge una pregunta secundaria, ¿qué hace Esperanza Aguirre, con una delegación de empresarios madrileños, en la India?

Siguiendo al gabinete de Prensa del Gobierno Regional, la Presidenta parece que ha empezado por rendir homenaje floral a Gandhi por su amor a la Libertad, la Justicia y la Paz. Ha donado libros a la Universidad de Delhi. Ha visitado, orfanatos y ha pronunciado hasta una conferencia sobre el papel de la mujer.

La docena de empresarios que la acompañaban, a los que se sumaron otros 20 que ya andaban por allí, buscarán negocio y nuevos mercados en la India. Al tiempo que la Presidenta y su equipo intentan atraer inversiones indias a Madrid.

No se encuentra injustificada, parece, la visita, si consigue alentar la economía madrileña. Con la que está cayendo en España y en Madrid, la Presidenta podría priorizar otras necesidades en su agenda, pero es su decisión y su responsabilidad. No voy a cuestionar tampoco los gastos ocasionados en las arcas madrileñas y, desde luego, lamento y repudio las circunstancias terribles que han clausurado la visita.

Tan sólo dos consideraciones que me rondan la cabeza. Cumplimos en estos días 30 años de Constitución. Treinta años de construcción de “Estado Autonómico”, que es un eufemismo para denominar a un “Estado casi federal”, que ha dado lugar a 17 Comunidades Autónomas y 2 ciudades también autónomas como Ceuta y Melilla.

¿Es bueno que cada Comunidad se comporte como Estado-Región y se dedique a viajar por su cuenta por el mundo sin orden ni concierto? No cuestiono que lo hagan. Me pregunto si no sería bueno buscar instrumentos de federalidad que nos permitieran una mayor coordinación y articulación de nuestra presencia internacional, para ahorrar esfuerzo, trabajo y dinero.

Lo segundo afecta al cómo y con quién. Si vivimos una crisis mundial que afecta a la economía, al empleo, a las sociedades y tenemos claro que tras esta crisis no bastará recomponer el sistema financiero, sino resolver un modelo de desarrollo humano, sostenible y más justo, Esperanza Aguirre desenfoca el tiro haciéndose acompañar sólo de grandes empresarios en busca de mercados y captadores de capitales mundiales.

Si Madrid quiere “competir” o, mejor aún, “cooperar” con países como la India, tendrá que vender empresas capaces de construir infraestructuras, pero deberá exportar potencial universitario, investigador, modelo social, cultura y derechos laborales y sociales. El mercado por sí solo, a cualquier precio, sin límites ni condiciones, genera desigualdades que terminan alentando la existencia de respuestas no democráticas, cuando no violentas.

El mundo se encuentra en la encrucijada de civilización o barbarie. Democracia o terror. Libertad o dictaduras explícitas o barnizadas. ¿No debería Esperanza Aguirre hacerse acompañar de algún Rector de Universidad, alguna entidad investigadora, cultural, ecologista, deportiva, vecinal, defensora de los derechos humanos, o exportadora de derechos laborales?

Se me ocurre que una India pujante en lo económico, pero con un tejido social, cultural, sindical, que promuevan la no explotación de los recursos, ni de las personas, en la sociedad o en el trabajo, sería un magnífico socio para la cooperación en la construcción de un mundo más justo, equilibrado y democrático y eso es mucho más que regalar lotes de El Quijote, hacer donaciones a ONG’s que, por otra parte, merecen todo ni respeto y nunca serán suficientes, o depositar ofrendas florales ante el Mausoleo de Gandhi, al que nunca honraremos lo suficiente.

Que conste que no tengo interés personal alguno en viajar por el mundo. Que con Madrid y mi gente me basta y me sobra y que, tal y como está el planeta, no es cosa de correr riesgos. Que conste que hablo de otra cosa que a todos nos debería preocupar e interesar.

Francisco Javier López Martín
Secretario General CCOO de Madrid

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