4 de febrero de 2011, 6:28
nuevatribuna.es | 02.02.2011
Estas medidas provocaron la huelga general de finales de septiembre por el tema de la reforma laboral (que ya ha demostrado su inutilidad) para a continuación seguir con el tema de las pensiones, la negociación colectiva, la privatización de las cajas de ahorros…
Todas las reformas que plantea Zapatero son nítidamente neoliberales. Su finalidad es la disminución del gasto público a través de bajar las prestaciones sociales para producir un ahorro, haciendo disminuir el estado del bienestar (que tanto molesta a los economistas neoliberales) y en el caso de las cajas de ahorro entregarlas a la iniciativa privada a precio de saldo.
¿Es posible otra alternativa?
Sí. Es la alternativa de la izquierda basada en principios keynesianos, que pasa por no bajar el gasto público si no por aumentar los ingresos ¿Es posible aumentar los ingresos? No solo es posible sino imprescindible para una salida equitativa de la crisis ¿Cómo aumentar los ingresos? Es imprescindible potenciar el Estado en lugar de debilitarlo. Cuando un país presenta niveles altos de economía sumergida y de defraudación fiscal, estamos hablando de países débiles, caso de España. En nuestro país tenemos una economía sumergida que ya supera el 25% de su PIB suponiendo unos 280.000 millones anuales que están fuera del control del Estado.
La defraudación fiscal española se estima en 80.000 millones de euros anuales. Sólo en el año 2010, la lucha contra la defraudación supuso más de 10.000 millones de recaudación no prevista.
Se necesita restaurar el impuesto de patrimonio, siendo éste un impuesto básico de justicia social, así como otros aspectos fiscales, como la declaración de la renta, basados todos en principios de mayor progresividad que el actual.
El PSOE de Zapatero ha renunciado a desarrollar este tipo de política económica keynesiana que es propia de la socialdemocracia por una política de radical neoliberalismo. Consecuencia de esta renuncia, destacan algunas frases como “bajar impuestos es de izquierdas“ o “sacare las reformas cueste lo que cueste”, lo que demuestra su obsesión por seguir el camino que le han marcado y el ha aceptado. Este tipo de actitudes suelen desembocar en catástrofes o en situaciones peores de lo que podrían ser con actitudes menos extraordinarias y más flexibles.
Acaban de llegar a acuerdos los sindicatos UGT y CCOO, la patronal CEOE y el gobierno, que nos presentan el pacto como un gran acuerdo social e imprescindible para nuestro futuro y pretenden sumar a este pacto a las fuerzas políticas.
La realidad, la pinten como la pinten es un fuerte recorte de prestaciones económicas y de derechos sociales ya conquistados y que ahora nos los reducen. Lo que han aprobado significa un descenso anual de pensiones de unos 30.000 millones de euros anuales. Es decir, calculan que para el año 2050, el gasto por pensiones será de un 15% del PIB hoy ronda el 8% y con la reforma que han acordado se quedará en un 12% del PIB.
La gran pregunta es ¿Por qué firman esto los sindicatos?
Los sindicatos son conscientes que Zapatero hará las reformas con o sin acuerdo, con unos niveles de dureza social muy fuertes. Al mismo tiempo son conscientes que la alternativa que propone el PP de Rajoy todavía supondría una mayor dureza social.
Por otro lado, son conscientes los sindicatos de la escasez de sus propias fuerzas, donde el pensamiento de izquierda está en claro retroceso. Dada la actual situación económica, la sociedad debería estar en plena ebullición social y política para alegría de la izquierda y sin embargo la gente calla, se resigna y protesta poco.
¿Por qué sucede está apatía? Desde mi punto de vista, no es un problema de alternativa económica y social de izquierda, sino que la izquierda está desaparecida tanto en el debate como en la calle. La izquierda no ha aprendido nada, sigue mirándose continuamente, llevando a categoría de dogma las diferencias existentes entre ellas y no buscando puntos de encuentros comunes que los hay y muchos. Es triste que Belén Estaban si hubiera elecciones sacaría más votos que Izquierda Unida ¿A dónde hemos llegado?
Ante esta situación, los sindicatos se plantean negociar para minimizar los daños sociales y de paso poner palos en las ruedas del PP en su llegada al poder. Es lo de siempre en nuestro país, hay que elegir entre lo malo (PSOE) y lo muy malo (PP). Ahora nos plantean lo mismo, debemos apoyar esta reforma social recortadora de derechos económicos y sociales porque si no lo que plantea el PP es peor.
Ya vale de tener que elegir entre lo malo y muy malo y no debe haber excusas para aprobar cosas que no son avances. Por todo ello, yo me opongo al acuerdo y pediría que la izquierda de este país que no lo apoye, pero al mismo tiempo también le pediría a esa izquierda que se una, la gente lo demanda.
¿Qué programa de izquierda sería unificador de todos?
Un programa que recoja a la izquierda reformista y alternativa en torno a un programa económico alrededor de lo planteado por ATTAC y en principios políticos, sociales y ecológicos básicos de toda la izquierda. Creó que la alternativa debe de pivotar en torno a IU por tener ya una estructura ya hecha. Pidiendo al PCE que entienda la gravedad actual y posibilite esta alternativa unitaria. Por eso pediría que alternativas como EQUO se integre en IU de la forma que quiera y que todos se sientan cómodos, en vez de dividir hay que unir.
El camino a seguir es el que se está dando en Navarra, donde a IU se le ha unido Baztarre (salido de Nafarroa Bai) y un grupo de independientes salidos del PSOE y de otras izquierdas. Creo que es el momento de sumar y de dejar proyectos todos muy interesantes y respetables. Este proyecto de izquierda no debe entenderse solamente como una marca electoral, sino que debe de ser un movimiento abierto para influir realmente en la sociedad, cosa que actualmente no hace. La izquierda debe levantarse y hacer una alternativa seria, económica, social y política de transformación de esta injusta sociedad. Tristeza da los 8 diputados escuálidos de la izquierda cuando en la calle somos muchos más.
Confió en que IU diga no al pacto aunque eso signifique no coincidir con los sindicatos. Difícil lo tienen estos para justificar este pacto, a pesar de todo seguiremos contando con ellos y con todos los demás sindicatos.
Edmundo Fayanás | Profesor y licenciado en Historia