viernes. 29.03.2024

¿Marzo Mujer?

Estamos, un año más, en marzo. Ese mes en el que, gracias a Clara Zetkin y, como no, a Naciones Unidas, las mujeres, durante unos días, somos protagonistas de la vida pública. Bueno. No es exactamente así. El 8 de Marzo, cada vez más mujeres celebramos un día de una lucha que aún no ha calado en la sociedad, por mucho que vaya avanzando, lentamente.

Estamos, un año más, en marzo. Ese mes en el que, gracias a Clara Zetkin y, como no, a Naciones Unidas, las mujeres, durante unos días, somos protagonistas de la vida pública.

Bueno. No es exactamente así.

El 8 de Marzo, cada vez más mujeres celebramos un día de una lucha que aún no ha calado en la sociedad, por mucho que vaya avanzando, lentamente.

Los medios de comunicación, fundamentales para la visibilización de la transformación social que supone la igualdad entre mujeres y hombres, recogen análisis, estudios, entrevistas, artículos, recordatorios. El 8 de marzo, no el resto del año, que seguimos siendo invisibles salvo para la crónica social y de sucesos, y en la que luego ni nos recuerdan en la plasmación de las manifestaciones que con este motivo se convocan.

Los gobiernos -nacional, autonómicos, locales- con sus mociones, actos, mucho marketing, sobre todo en este año electoral. Sin cuestionar por qué han reducido las partidas presupuestarias en lo concerniente a las políticas de igualdad, qué efectos tienen las supresiones de organismos de gestión y de interlocución, y que insisten en el incumplimiento de sus propios acuerdos, como son los planes de igualdad.

Y el cuestionamiento de una panda de listos y listas, que insisten año tras año en el manido ‘¿para qué un día de la mujer?, esto si es discriminación’. Que digo yo que a nadie se le ocurriría decir que el Día de Medioambiente o el 1º de Mayo también lo son o si lo dicen, siempre hay alguien que lo rebate.

Yo, sinceramente, me pregunto si entre discurso y discurso alguien, de esas personas que tienen algo de poder, se plantea si podría hacer algo para cambiar la situación de la discriminación estructural que vivimos las mujeres en la sociedad, en el mercado laboral, en la toma de decisiones. Si recuerdan que somos la mitad de las tasas de desempleo pero no la de las tasas de ocupación; si piensan que habría que regular con más contundencia la prohibición constitucional de discriminación por razón de sexo, para que no tengan que seguir escuchando que cobramos una media del 25% menos que los hombres por hacer el mismo trabajo; que seguimos encontrando obstáculos insalvables para acceder a determinados puestos de trabajo; que nos ocupamos casi en exclusividad de la necesidades de atención familiar (o eso parece, una vez que sabemos que las ‘beneficiarias’ del 98% de las excedencias por atención familiar son trabajadoras –y el 2% trabajadores-) y eso tiene un efecto negativo en nuestra calidad de vida y en nuestra trayectoria laboral.

Y me sigo preguntando por qué no hemos respondido, las mujeres, con más contundencia a la reforma del mercado laboral y a la reforma de las pensiones, que harán mucho más difícil acceder a una paga tras la finalización de nuestra vida productiva. Pero no hay problema, luego los mismos que firman reformas harán discursos sobre el drama que supone la feminización de la pobreza.

Y recuerdo a los millones de mujeres, en nuestro país, anónimas, invisibles, olvidadas, porque no han tenido la posibilidad de acceder al mercado laboral, reducidas a su denostada función de ‘amas de casa’, madres e hijas cuidadoras, esposas trabajadoras sin horario para mantener el núcleo social básico, perpetuadoras de un orden establecido por el patriarcado a las que ni se les da la oportunidad de decir si eso es lo que quieren y que, en un mañana, verán reconocido su trabajo con la nada (o una pensión de viudedad que sigue siendo la mitad de la pensión que cobraba el muerto hasta pasar a ese estado).

Sin embargo, bienvenido sea el 8 de Marzo. Aunque el 9 volvamos a ser inexistentes, seguiremos cuestionando un poder y una estructura social que nos niega y que aún no ha descubierto que mientras no nos reconozca, su capacidad de sobrevivir en esta situación de crisis económica y social es, como poco, dudosa.

¿Marzo Mujer?
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