Falta convicción y se nota
El Partido Socialista sabe que le aguarda un mal resultado electoral el próximo día 22. Quizás el peor resultado o uno de los peores desde la instauración de la democracia.
La izquierda de este País está defraudada, cabreada…, y ahora atónita de que le pidan el voto defendiendo que, desde el gobierno, se ha hecho lo que había que hacer: o sea, recortar derechos de los trabajadores con la Reforma Laboral, alargar dos años la edad para poder jubilarse, bajar el salario a los funcionarios o congelar pensiones de ochocientos euros, es lo que había que hacer.
Como observador y persona preocupada por la política y por el descrédito que ha ido inundándolo todo, no salgo de mi asombro y perplejidad.
¿Es posible que no les preocupe la situación de la izquierda?
La izquierda de este País, digo de este País porque estoy hablando de las elecciones del próximo domingo, pero podríamos hablar perfectamente de la izquierda europea en general, de los trabajadores y de quienes menos recursos tienen, están defraudados, cabreados e indignados, de que una vez más tengan que pagar los efectos de una crisis que no han generado en absoluto. Y aquí en España, como les señalaba, además están atónitos e incrédulos de que los socialistas les pidan el voto con el discurso de que, desde el gobierno, se haya hecho lo que había que hacer…
Si pensaban desde el Partido Socialista que el discurso de que, el Partido Popular hará más recortes y empleará menores recursos para atender el gasto social, les podía atraer a votantes indecisos desde la izquierda, es sencillamente que no habían calibrado el grado de desafección provocado por las medidas emprendidas. Quizás también por eso se han estado equivocando tanto en el tono y en los mensajes de la campaña electoral.
El solo hecho de insinuar, como ha venido haciendo Zapatero en los mítines para convencidos a los que acude, que iban a darle la vuelta a las encuestas, ha seguido molestando tanto como para reafirmar a quienes dudaban de si acudir a votar o no, de que no entienden otra respuesta que un fuerte escarmiento en las urnas.
Porque había un sector de gentes de izquierda y progresistas que todavía esperaban y confiaban en una posición de autocrítica convincente desde el Partido Socialista y un “boceto de proyecto”, al menos, desde la socialdemocracia, que mostrara un camino alternativo a las “recetas” de la derecha ultra liberal aplicadas y que están dominando en estos momentos el proyecto de salida de la crisis en Europa.
Por eso, cada ratificación en lo hecho por parte del PSOE y de Zapatero, solo hace que incrementar el descontento y las ganas de castigar, en las urnas, ese comportamiento.
Entre tanto parece no haber nadie en el Partido Socialista consciente de que la ruptura producida con ese sector de la sociedad española, no puede “curarse” con una aspirina ni con cien mítines para convencidos.
Por eso les anticipo que a mi no me va a sorprender que los resultados del próximo domingo se confirmen como unos de los peores de la historia, para la izquierda, en elecciones Autonómicas y Municipales.