miércoles. 17.04.2024

¿Existe el síndrome postvacacional?

NUEVATRIBUNA.ES - 8.9.2009 En 1989 presenté a los medio de comunicación un Informe sobre costes sociales del empleo y desempleo. En dicho infirme se hacía referencia a los determinantes sociales del tiempo de trabajo y dentro del mismo al concepto “ síndrome de la vuelta al trabajo”. A partir de entonces todos los años en el mes de septiembre se viene repitiendo los supuestos efectos en la salud derivados del fin de las vacaciones.
NUEVATRIBUNA.ES - 8.9.2009

En 1989 presenté a los medio de comunicación un Informe sobre costes sociales del empleo y desempleo. En dicho infirme se hacía referencia a los determinantes sociales del tiempo de trabajo y dentro del mismo al concepto “ síndrome de la vuelta al trabajo”. A partir de entonces todos los años en el mes de septiembre se viene repitiendo los supuestos efectos en la salud derivados del fin de las vacaciones. Todos los medios salen a la calle a preguntar por algo tan obvio que me ha hecho dudar sobre las bases científicas de dicho síndrome.

En los últimos años una serie de médicos, psicólogos y psiquiatras aparecen en medios de comunicación anunciando lo pernicioso que es volver al trabajo. Estos expertos, muy interesados en el negocio y la imagen y poco en la salud nos ofrecen datos, índices, estadísticas con la pretensión de medicalizar un problema social y laboral y nos proponen sesiones de terapia, consultas privadas, sauna, masaje, consumo de medicamentos, etc.

Llaman síndrome a lo más obvio: el secuestro del tiempo de trabajo. Volver a vender la fuerza de trabajo a cambio de un salario y de unas condiciones determinadas después de unas semanas que creiamos que nos pertenecían. Pero no, era una falsa ilusión y a partir de ahora (Septiembre) a esperar que llegue el fin de semana, el puente, las navidades, la semana santa, el verano; y mientras tanto a jugar a la lotería, la quiniela, la primitiva… para comprar eso que nos ¿pertenece?: el tiempo. Es el tiempo de trabajo o el tiempo de desempleo, fuente de sufrimientos, enfermedades y muertes, el que determinas el resto de tiempos de la existencia humana.

No existen bases científicas, médicas y epidemiológicas que confirmen la existencia del síndrome de la vuelta al trabajo. No es cierto que las mayores tasas de bajas por IT o absentismo laboral se produzcan en el mes de Septiembre y Octubre. Los meses de mayor incidencia de bajas por depresión, estrés, o alteraciones psicomotoras se dan entre los meses de Noviembre a Abril. Poco o nada que ver con síndromes postvacacionales y si mucho con unas condiciones de trabajo y desempleo provocadoras de enfermedades y muertes. El 50% de los trabajadores europeos padecen alteraciones musculoesqueléticas; otro 48% (unos 41 millones de trabajadores) padecen alteraciones psiquicas; por no hablar de la exposción a tóxicos y sustancias cancérigenas que afectan a más de 42 millones de trabajadores en la UE. Estas si son verdaderas epidemias y pandemias. Por otra parte en España padecemos el peor de los síndromes, que afecta a más de 4 millones de trabajadores en paro, en precario o sometidos a procesos de reconversión. Los problemas de pérdida de empleo o miedo a perderlo, la modalidad de contrato, la precariedad, la presión y exigencias del trabajo, la violencia y acoso dan lugar a la aparición y desarrollo de graves patologías y ayudan a ampliar la distancia entre la autoimagen actual y el “yo” ideal.

Frente a la configuración de grandes bolsas de desempleo, de trabajadores en precario, de epidemias de origen laboral, las autoridades sanitarias y algunos grupos de expertos se muestran anestesiadas y siguen considerando los lugares de trabajo como un ámbito privado. Es más cómodo culpabilizar a las víctimas, medicalizar un problema social a través del llamado “síndrome postvacacional”. La salud laboral o mejor dicho la salud de los trabajadores está totalmente marginada de las políticas de salud pública.

Si a esto unimos el miedo real o inventado de la gripe A, no se donde pretenden llevarnos. Seguramente a la ciudad de Erewhom donde la ley humana tiene la tarea de reforzar los decretos de la naturaleza. Quien sufre desdichas(paro) o enfermedades ( cáncer, o gripe aviar, porcina, de las vacas locas…) o quien pierde un familiar querido, será castigado por el Tribunal de Lutos de Erewhom hasta con la pena de muerte (fábula de Samuel Butler).

Cuando regreso de las vacaciones parece que efectivamente, vivo en Erewhom.

Ángel Cárcoba es activista sindical de CC.OO. y experto en salud laboral.

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