miércoles. 24.04.2024

¿Democracia? ¿What democracia?

NUEVATRIBUNA.ES - 21.3.2010Hablar con grandilocuencia de la democracia no la hace más grande. Ni apelar al Estado de Derecho concede el derecho a vulnerar la justicia electoral en beneficio del apaño partidista. Si es cierto que dos no discuten si uno no quiere, cuando no quieren ninguno de los dos es que les han elegido para negociar la reforma de la ley electoral.
NUEVATRIBUNA.ES - 21.3.2010

Hablar con grandilocuencia de la democracia no la hace más grande. Ni apelar al Estado de Derecho concede el derecho a vulnerar la justicia electoral en beneficio del apaño partidista. Si es cierto que dos no discuten si uno no quiere, cuando no quieren ninguno de los dos es que les han elegido para negociar la reforma de la ley electoral. No deja de ser bochornoso que, ni con siglos por delante, se pudiera atisbar un acuerdo entre socialistas y Partido Popular para salir de la crisis y, en cuestión de minutos, ambos logren que se perpetúe este mangoneo institucional. Ya sé que antes de ello, con el fin de justificar la mascarada, ha habido reuniones y subcomisiones y partes contratantes de las primeras partes.

Lo que no sé, aunque se podría calcular, es cuántos crucigramas tuvieron que rellenar sus señorías para hacer tiempo antes de dictaminar lo que ya todos sabíamos. Que no hay voluntad de cambiar la ley a ver si con la tontería vamos a conseguir que el Congreso refleje justo aquello que vota el ciudadano ¿Qué tipo de democracia sería esa?

Aquí la única sospechosa es la de Chávez ¿verdad don Mariano? Mucho más saludable ésta que obliga a algunos partidos a pagar los mendrugos de pan a precio de caviar mientras otros se llevan las ofertas tres por uno ¿Para qué complicar las cosas? Mejor sólo con dos partidos acaso aderezados con algunos jaleos nacionalistas. Con esto de la recesión, el paro, las hipotecas y el no llegar a fin de mes cuántos menos quebraderos de cabeza demos al ciudadano mejor que mejor. No me digan que no conmueve tanto altruismo. Y por si fuera poca esta generosidad se nos dice que uno de los motivos es velar por la austeridad del dinero público. Es decir, que esa reforma supondría más diputados y, por tanto, más salarios. No tendría por qué. Igual bastaba con pagar el jornal sólo a aquellos que se lo ganen con su trabajo. Menudo ahorro.

De momento no es el caso porque, digo yo, que tampoco parece que sea para darles un plus en la nómina que, después de tanta sesuda reunión, el Senado haya alumbrado que lo que hay que hacer es cambiar la papeleta. Debe ser que o leyeron a medias ‘El Gatopardo’ o que se quedaron en ‘El Gato con botas’ porque aquello de que ‘todo cambie para que todo siga igual’ se supone que iba más lejos de esta minucia. Para ese viaje hubiera bastado con llamarme. Conozco una papelería que tiene unas ofertas bárbaras de folios Galgo, pero, aún siendo una de las iniciativas de mayor enjundia de la Cámara Alta, motivo que explica, entre otros, el afán de Leire Pajín por ocupar uno de sus sillones, no se antoja el problema fundamental salvo, eso sí, que se te despunte el boli a la hora de marcar a tus representantes políticos.

Por esto y alguna cosa más que omito por si algún zagal lo lee en horario infantil decirle al señor Zapatero y a su amigo en estas lides aunque enemigo en otras muchas (me refiero a Rajoy, no a Jordi Sevilla) que la próxima vez que se pongan el terno de estadistas y engolen la voz para hablar de democracia sepan que no dan cuenta de una realidad sino que piden un acto de fe. Hasta que no haya reforma a mi no me convencen de lo contrario. Ni a Rosa Díez. Y aún así lo mantengo. Fíjense si me tendrá cabreado la cosa.

Germán Temprano es escritor y periodista

JAULA DE GRILLOS

¿Democracia? ¿What democracia?
Comentarios