sábado. 20.04.2024

(Pandemia franquista) Pandemia sobre pandemia y sobre pandemia una…

PP y VOX están compitiendo en abordar simultáneamente las distintas áreas que han de integrar una estrategia golpista según los más elementales manuales de la técnica del golpe de Estado
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En estos días de confinamiento y distanciamiento social parecen solaparse la pandemia del covid 19, que está exigiendo el esfuerzo del Gobierno y de toda la sociedad para atajar un mal generalizado de origen sanitario y con consecuencias sociales y económicas nunca antes conocidas, con maniobras pregolpistas en palabras de Carlos Elordi o preparatorias de un golpe de Estado. La oposición absoluta y radical de PP-VOX a colaborar en la resolución de tan graves problemas, incluida la adopción de las prórrogas del estado de alarma y de medidas de confinamiento y desescalada, y la asunción de una oposición de principio cuya única finalidad es el desgaste del Gobierno y la convocatoria de elecciones en el 2021, es algo que carece de parangón en nuestro contexto europeo. Olvídense de que convocatoria de elecciones y golpe de Estado sean conceptos antitéticos, para lo que bastaría recordar que el ascenso nazi se produjo en las elecciones de 1930 en que el NSPD consiguió alzarse con el segundo lugar con un 18,75% de los votos, tras el SPD. Merced a su entendimiento con los conservadores (que aquí parece garantizado no sólo porque comparten ose apoyan en Gobiernos territoriales y municipales, objetivos y usan el mismo lenguaje sino porque son hijos de la misma madre).

Más cuando la oposición no se limita a políticas negativas de no colaboración que empujan al Gobierno a pactos que luego censuran como extravagantes, sino que está practicando políticas activas como la convocatoria o el apoyo a manifestaciones públicas en un momento que resulta difícil entender que sea el más apropiado, la crítica inoportuna en estos momentos o el llamado sabotaje judicial (inflar a querellas, ya son cuarenta y cinco, a quienes gestionan la crisis y carecen de tiempo hasta para defenderse, sembrando inquietud y hastío e intentando provocar el error a sabiendas que los errores en la lucha contra la pandemia no son cifras en un balance económico, que también, sino vidas).

Las políticas, las proclamas y los llamamientos a la toma de la calle, las apelaciones al poder judicial y los pronunciamientos de los sectores más reaccionarios de éste, a las fuerzas Armadas y a la policía y la guardia civil, difícilmente se cohonestan con la lealtad constitucional. En realidad ni son previas ni preparatorias de un golpe de Estado sino constitutivas, en sí mismas consideradas, de un proceso golpista ya iniciado, en marcha. PP y VOX están compitiendo en abordar simultáneamente las distintas áreas que han de integrar una estrategia golpista según los más elementales manuales de la técnica del golpe de Estado:

-La apropiación de los símbolos comunes 

-La asunción de facto de una representación general que no les corresponde en proporción a sus resultados electorales ¿Habrá que recordar que Casado obtuvo en las pasadas elecciones los peores resultados del PP en la historia de la democracia española y que de esa debacle personal y colectiva le salvaron los pactos con Cs y VOX? ¿Habrá que recordar que la Sra. Diaz Ayuso obtuvo los peores resultados electorales en la Comunidad de Madrid y no obstante está en el Gobierno salvada por la campana?

-La representación política en las instituciones elegibles para utilizarlas como altavoz,

-La apropiación o alineación de medios para la creación de opinión pública y fomentar el descrédito del gobierno (incluida granjas de bots y fakes en internet),

-La creación de un aparato de propaganda para difusión de sus consignas, confrontar y difamar a los demás agentes políticos,

-El establecimiento de lazos y conexiones fluidas y sólidas con el poder económico y la Iglesia,

-La infiltración y manipulación de los poderes e instituciones del Estado, y destacadamente el Ejército, las Fuerzas de Seguridad del Estado y los servicios secretos,

-El establecimiento de redes de financiación y apoyo internacional,

-La toma de la calle,

-La creación de fuerzas de choque,

-El ejercicio de la  violencia,

-Los actos de provocación incluso violenta para imputarlos a sus adversarios…

Sobre la guerra informativa y cultural voy a permitirme la transcripción de un retuit de una de esas cabezas huecas que pululan en las redes en busca de la atención y el cariño que no le debieron prestar sus padres, porque creo que es definitorio: “Sus espacios. Sus himnos. Sus símbolos. Sus términos. Sus marcos y relatos. Y cuando logremos apropiarnos de todo ello, usarlo contra ellos mismos” (dudosamente será el autor de tan descriptiva cita).

En realidad, estamos hablando de una pandemia dentro de otra pandemia. No en vano el término pandemia se refiere etimológicamente a la enfermedad o mal que afecta “a todo el pueblo” (pan: todo, demos: pueblo). Y esto no es excepcional, las más desgraciadas situaciones de enfermedad, hambruna… son las situaciones más propicias a movimientos de cambio social, revolucionarios o involucionistas.

Es fácil de ejemplificar, las Revoluciones francesa y rusa siguieron a gravísimas hambrunas,  contra regímenes opulentos que desatendían a sus súbditos. Hasta el punto de que el pueblo inicialmente sólo pedía pan.

O la ascensión nazi en las elecciones de 1930, vinculada ciertamente a la derrota en la I Guerra Mundial y las condiciones impuestas a Alemania a resultas de la misma, pero también a la recesión mundial provocada por la debacle económica y social de 1929 y la incidencia en toda Europa de la llamada gripe española en 1919, como recientemente reseñaba Juan Torres. Aunque pudiere parecer distanciada en el tiempo hay un hecho intermedio que conecta ambos: el previo intento de golpe de Estado de Múnich, en 1923.

La actual pandemia del covid-19 ya ha determinado un parón insólito en la economía y va a dar lugar a una recesión económica brutal con un alza de precios en los productos de primera necesidad,  que hay quien se aventura a decir que superará la de 1929. El proceso ya está ocasionando paro, cierre de empresas, hambre… Y en este contexto hay desalmados que apuestan por la oportunidad de involución.

No se sabe bien hasta qué punto todos los que empujan al país hasta ese precipicio son absolutamente conscientes de lo que están haciendo. Seguramente algunos no.

spinela Casado CayetanaNo parece que personajes tan anodinos y estúpidos como Casado o Díaz Ayuso, “macarios” de su respectivo ventrílocuo (Aznar y Fernández-Lasquetti, respectivamente, la FAES), presten algo más que su imagen y su voz, y con dificultad, al proceso. Pero evidentemente hay una maquinaria política, mediática…, trabajando sistemáticamente en esa dirección. Es posible, lo desconozco, que una parte de la derecha que representa Casado no desee una involución al franquismo, entre otras cosas porque no es posible volver a aquello en que en buena medida estamos, y sólo pretendan recuperar el Gobierno de acuerdo con la convicción de que no habiendo abandonado el poder real y efectivo en ningún momento desde 1939, no tienen por qué ceder los poderes formales del Estado, legislativo y ejecutivo, en virtud de la alternancia pactada en 1981-1982.

No es fácil creer que Casado pueda creerse un Caudillo para una nueva España (propia de la primera cincuentena del siglo XX). Más bien parece un sujeto aterrorizado por la posibilidad de la repetición del fracaso electoral ya sufrido que le obligaría a dar paso a otro candidato, que ya se postula, más capacitado, experto y a la altura de los tiempos. Más teniendo en cuenta que su acceso a la Presidencia del PP se efectuó por descarte, siendo el tercero en discordia. El “sobrero”. Con ello acabaría a tierna edad su apenas iniciada carrera política en primer plano especialmente teniendo en cuenta que la maquinaria corrupta que dirige precisa ineludiblemente una inmensa bolsa de cargos y de dinero para colocar y satisfacer a la masa generada de profesionales de la política.

Por el contrario, no hay más que ver a los sujetos que dirigen VOX para concluir que, pese a su notoria falta de cualquier cualidad y que no resisten la comparación con los líderes fascistas históricos como José Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera, Gil Robles o incluso Manuel Fraga Iribarne, se consideran sujetos aptos para redimir a los españoles de lo que sólo a ellos les parece mal, depurar a quienes no están conformes con ellos e instaurar un Imperio grandioso, que sólo existió en los Libros escritos por historiadores paniaguados. Todo ello envuelto en banderas, pulseras, relojes, bufandas y otro merchandising españolista y aderezado con un lenguaje grandilocuente, ampuloso y absolutamente hueco, de otra época francamente.

Sin embargo, su nicho de votos se vincula a sectores en regresión: los toros (según los últimos números unos 170.000 aficionados); la caza como afición, que no como industria, cuyas licencias se han reducido a la mitad en los últimos años; el caballo español, un caballo de paseo campestre para el pastoreo de vacas en competencia con los aficionados al caballo deportivo (de pura sangre, de pura raza, anglo-árabe…), en un sector también minoritario; y sobre todo una pequeña burguesía rústica vinculada al franquismo, en claro retroceso, etc.

En resumen una mezcla de Bertín, Arévalo y C. Rivera. Con música de Manolo Escobar.

(Pandemia franquista) Pandemia sobre pandemia y sobre pandemia una…