viernes. 29.03.2024

Prensa repugnante

El ABC es el paradigma de todo esto, sólo que ahora se siente portavoz de ese rescoldo gigantesco del franquismo que es el Partido Popular.

Si hay algo que recuerda al franquismo y que más necesita una transición a la democracia y a los códigos deontológicos de la libertad de expresión es la prensa escrita generalista. Sin hacer un análisis también generalista, pondré algunos ejemplos de esta prensa que cada vez pierde más lectores y se pregunta cómo ello es posible. Algunos sociólogos de cabecera de los partidos y de la propia prensa lo achacan a la escasa vocación lectora de los españoles. No lo creo, aunque sea verdad que España no sale bien parada en la comparación internacional de los índices de lectura. La prensa escrita generalista adolece de varios defectos que la alejan del posible público lector: 1) Es escasamente crítica con el poder. 2) Es fundamentalmente de derechas, por lo que no puede ser crítica con el poder porque este, desde 1975, es de derechas –antes era un poder fascista, que es el éxtasis de la derecha–, poder que ha sido de derechas incluso cuando gobernaba el PSOE. 3) No cumple en su mayoría el código deontológico que se enseña en las facultades de las llamadas ciencias de la información –llamar ciencia a algo parece que le da otro marchamo–, y que nos dice que hay que separar información y opinión. 4) De los cuatro periódicos de prensa escrita con vocación generalista en cuanto al ámbito territorial – El País, El Mundo, La Razón y el ABC-, tres de ellos compiten por constituirse en órganos de expresión del Partido Popular. 5) Algunos de los responsables de estas tres cabeceras compiten también entre sí en cobardía, porque se comportan como influyentes políticos pero escondidos en sus redacciones. El caso más paradigmático fue el del tal Pedro J. Ramírez en El Mundo hasta su despido. Este periódico ha protagonizado –y todavía no se ha bajado del burro– el caso más espectacular de afinidad al partido que gobernaba en ese momento en el caso de los atentados de Atocha –y el Pozo– cuando ha defendido, con ninguna prueba solvente y después del juicio y condena de sus autores, que era ETA quien estaba detrás del atentado. Incluso yendo más lejos, insinuaba que había un oscuro autor intelectual que era ¡el mismo PSOE! Hay que decir, porque le honra, que en el ABC, que también participó en esta tesis porque estaba las elecciones generales a los dos días del atentado, su director, el Sr. Zarzalejos, se apeó a los pocos días de esta tesis y ello le costó su puesto. 6) Y una última causa de esta desafección a la lectura es el escaso nivel intelectual de los periodistas. En general, el escaso conocimiento de materias sobre las que opinan cuando no se limitan a informar. El mejor periodista es el que se conforma con ser nada más –pero nada menos– que un reportero. Deberían aprender del Nóbel Gabriel García Márquez cuando hacía de periodista. Creo que los mejor sería convertir las facultades llamadas de “ciencias de la información” en lugares donde se dieran másteres de periodismo y que los futuros periodistas se formaran previamente en el grado en las facultades de conocimiento generalista, como las de Derecho, Económicas, Ciencias, etc., aprovechando algún aspecto positivo que tiene lo de Bolonia. Pero vayamos a algunos ejemplos –de este mismo año– sobre prensa repugnante que esgrime sin rubor algunos de estos defectos:

1) En el diario El País salía el día 17 de marzo la noticia de que el juez Ruz “calcula que el PP defraudó al fisco 220.167 euros”. Luego informaba que a juicio de Hacienda “los partidos no tienen que pagar por donaciones, aunque sean ilegales”. Discutible esto último, pero la noticia fundamental en cualquier caso era que un juez acusaba al PP –y no a alguien en particular– de fraude fiscal. Sin embargo, para el ABC la noticia era que “Hacienda no ve delito fiscal en las donaciones en B al PP y las compara con pagos de Cáritas o a la Cruz Roja”. No es que no sea verdad y por más estupefacción que pueda dejar –incluso a los votantes del PP– que algún funcionario de Hacienda y el propio Cristóbal Montoro comparen a los partidos políticos, especialmente al suyo, con las ong. Dejando aparte lo repugnante de la comparación, lo que es reseñable de la noticia del ABC es que este diario presenta en primer lugar como información la opinión de Hacienda sobre un hecho que, en segundo lugar, todavía no había informado, que era el auto del juez Ruz. Recuerda ello a la televisión valenciana, que salía al paso de las críticas de las noticias a los casos de corrupción de los Mata, Fabra, caso Gürtel, etc., sin haber informado previamente de los casos de corrupción. Volviendo al ABC, esta forma lacayuna de entender el periodismo recuerda más a la prensa del Movimiento de la época franquista, con el PP como heredero de todo aquello. Veremos más casos.

2) En un mismo día –el 18 de marzo– aparecían los siguientes titulares sobre Venezuela y/o América latina: “Nicolás maduro acusa a Estados Unidos de estar intentando “recolonizar” Venezuela”; “Venezuela tiene hoy más pobres que antes de la llegada de Hugo Chávez al poder”, “Sólo Raúl Castro se salva de la “crisis de los sucesores” que recorre Iberoamérica”; “Marcela Turati activista mexicana: donde se instala el silencio está ganando la muerte”; “¿Porqué los cubanos temen el deterioro de las relaciones entre Washington y Caracas?”; “Nuevo golpe a Rouseff tras la acusación a su tesorero por el escándalo de Petrobas”; “Monedero se vio el 3 de marzo en Ginebra con emisarios chavistas”; “Nelson Socorro: si Podemos gobierna hará lo que aprendió en Venezuela: robar”; “Bronca entre Willy Toledo y “En Tierra Hostil” por el reportaje sobre Venezuela”; “Nicolás Maduro acusa a Estados Unidos de estar intentando “recolonizar” Venezuela”. Pues bien, por más que lo parezca, no se trata lo anterior de una recopilación de noticias de los diferentes medios de comunicación, sino son todas “noticias” dadas ¡por un mismo periódico en un mismo día! Ese periódico es el ABC. Una posible explicación: se acercaba las elecciones andaluzas y la derecha tenía mucho miedo a un posible sorpaso del partido de Pablo Iglesias. Previamente el ABC y la mayoría de la prensa escrita habían denigrado a Podemos, algunas veces con algún fundamento; las más, con mera opinión tertuliana sin fundamento. Comentario aparte sobre las palabras del opositor Nelson Socorro. Este tipo tiene todo el perfecto derecho a criticar al gobierno de Venezuela, pero resulta asqueroso que haga juicios de valor sobre lo que hará si llega al poder un partido que no está en Venezuela y que no ha gobernado aún nunca. Con esa oposición no es de extrañar que el gobierno de Maduro no se sienta en peligro, salvo de los posibles intentos de golpe de Estado.

3) Noticia del 23 de marzo en ABC: “Podemos pagó 6.000 euros por traer a España a Tsipras”. Decir que Tsipras no es cualquier tertuliano extranjero sino el presidente actual de Grecia. La noticia la presenta el diario sin más comentarios. Es de agradecer, pero es de suponer que pretende que el lector del ABC haga un juicio negativo de tal acto por su coste. Si se compara esta cifra con las que cobra Aznar o Felipe González en sus intervenciones en instituciones públicas y privadas en el extranjero la cifra es ridícula, pero la intención es la comentada, esperando que el supuesto bajo nivel intelectual del lector del ABC haga su efecto. Que no la comente el propio diario no es por afán de cumplir el código deontológico ya comentado de separar información y opinión, sino porque era imposible criticarla. Tanto el ABC como el PP tratan muy mal a sus lectores y votantes, esperando sacar de ellos lo mejor de su estulticia. La noticia la remata supuestamente de forma crítica porque el presidente de Grecia trajo consigo a su esposa y “tres asistentes”. Habría que agradecer que un jefe de Estado sólo cueste ese dinero por dos días de estancia en país ajeno, y que sólo necesite tres asistentes, incluso aunque sean de su propio partido. Compárese esto con la cohorte que llevan nuestro presidente o nuestro jefe de Estado cuando sale de la piel de toro. O sin salir de ella. Lo dicho, el ABC considera cretinos a sus propios lectores. Allá el diario, pero en los controles de difusión no para de perder lectores.

4) El Mundo daba la siguiente noticia el 21 de marzo: “Empresas españolas pagaron el 4,8%  de un contrato a un líder chavista”. En principio parece una crítica a esas empresas. En cuanto a su contenido lo es. Lo sospechoso de la intención es que encima justo de esta noticia y sin separación aparecía -¡oh casualidad!- una foto de Pablo Iglesias y algunos de sus líderes más conocidos de Podemos. No tenían otro lugar donde poner la foto. Este diario aún confía en la propaganda subliminal o cree que sus lectores son estúpidos. La foto ya ha desaparecido en las ediciones digitales y ahora se contempla un vagón de un metro conducido por Hugo Chávez en el ¡2006! Una noticia gráfica muy interesante y, sobre todo, muy actual.

5) El País daba la noticia el 22 de marzo de que hubo “tres detenidos por hacer propaganda de Stop Desahucios y Podemos”. Era el día de las elecciones andaluzas. Era verdad lo de la detención y que –hay que creer al diario– que hacían propaganda de la “Plataforma de afectados por la hipoteca”. Pero, ¿y lo de Podemos? Leyendo la noticia resulta que los representantes de esta plataforma también hacían “presuntamente” propaganda de Podemos. Lo de presuntamente lo dice el propio periódico. El diario no explica cómo relaciona a la Plataforma con el partido político. Es decir, los miembros de la Plataforma no exhibían nada que indicaran que eran miembros o que hacían propaganda del partido Podemos. El diario defiende la “noticia-opinión” porque los miembros de la Plataforma llevaban en la camiseta la frase “Sí se puede” y eso lo considera el diario propaganda del partido Podemos. Como si este tuviera la exclusiva de ese lema que surgió como un grito en las convocatorias del 15M en la Puerta del Sol. El diario hace un juicio de valor sobre un lema, se lo atribuye a Podemos y lo considera propagada del partido. Y este diario pasa por ser el más serio y que con más ahínco trabaja lo de la separación entre información y opinión. Pero estaban las elecciones andaluzas y el temor a una caída del bipartidismo, y eso no hay código deontológico que lo soporte para un medio de derechas, aunque pase por ser moderno y liberal. Lo cierto es que es el mejor, pero es que no tiene competencia.

6) En el reciente escándalo de las andanzas fiscales de Rato se han dado la siguientes noticias el 18 de marzo: “Hacienda halla evidencias contra Rato y pone la lupa en su ex-mujer” (La Razón); “Los agentes reclaman 20 años de documentación de las empresas Rato” (El País); “Rato posee un patrimonio de 27 millones y un hotel en Berlín” (La Razón); “Utilizó –se refiere a Rato– a sus tres hijos para ocultar 2,6 millones en Gibraltar” (El Mundo). Sin embargo para el ABC la noticia es: “Rodrigo está solo y hundido física y mentalmente”. Pobrecito. Son informaciones del mismo día. Más aún, leyendo ya el cuerpo de la noticia el ABC no informa de nada de esto. Al parece sólo le importa los sentimientos del presunto defraudador. El diario se hace eco de los sentimientos de traición del PP al ex-director gerente del FMI. Al ABC no le interesa el fondo de la cuestión, ni de qué presuntos delitos se le acusa, ni de sus propiedades, ni de cómo las ha obtenido. Nada de eso, como a si a los lectores del ABC no les interesara la verdad, como si necesitaran desviar la realidad. El ABC trata de estúpidos a sus propios lectores. Algunos de ellos ya no aguantan y se pasan a otro medio escrito o a ninguno.

Son algunas gotas, mero botón de muestra. Contemplamos muchas veces cómo el encabezamiento de la noticia no se corresponde con el cuerpo de la noticia, como si la prensa escrita no confiara en que sus lectores fueran a leer el contenido sino sólo el titular. Más que encabezamientos son “encabezonamientos”. De mentir con cabezonería, con persistencia. Es un sibilino ejercicio de propagada. O demasiado burdo quizá, según la vivacidad de cada lector. Luego, esos titulares se propagan en otros medios de comunicación confiando que su contenido quede opacado por las letras gordas que lo encabezan, lo titulan o lo contradicen.  Son estos algunos ejemplos sin más afán. Creo que debieran ser los propios periodistas honestos, que buscan la noticia y no pretenden sermonear como tertulianos de baratillo, los que debieran denunciar a estos periodistas, falsos como el beso de Judas, que mezclan información con opinión o que, simplemente, sustituyen la información por la opinión, que contradicen el titular y el contenido, que no cumplen con un mínimo de rigor y profesionalidad. Incluso aunque estos periodistas sean –como ocurre– los redactores jefes de secciones o los mismo directores. Ya tenemos bastante con los bajos índice de lectura y que una gran parte de ellos no les interese la verdad sino justificar sus posiciones ideológicas, heredadas, muchas veces, del franquismo, o calmar la indignidad de haber apoyado o justificado durante la dictadura –e incluso después– al régimen asesino de Franco. El ABC es el paradigma de todo esto, sólo que ahora se siente portavoz de ese rescoldo gigantesco del franquismo que es el Partido Popular. Por supuesto que estos son juicios de valor, pero es que este artículo es de opinión.

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