sábado. 20.04.2024

Tercer día de confinamiento

luma

En el tercer día de confinamiento por el Estado de Alerta, en una situación nunca imaginada, intentando entretener el tiempo. He encontrado un estuche que marca 435 de PVP, lo abro y dentro hay cinco cartuchos de tinta. Lo miro sin ver, porque en realidad miro dentro de mí, de mis recuerdos. ¿Por qué conservo esto?, ¿Cuántos años tiene?, ¿cuando deje de utilizar la pluma? ¿por qué la tengo tan cerca, entre rotuladores y bolígrafos que si utilizo? La pluma lleva mi nombre grabado y hace más de 20 años que no utilizo.
Sonrío, el tiempo parece que se ha detenido, acaricio la pluma y recuerdo a mi amiga y compañera, cuando me la dio en la cafetería del centro de trabajo. Me sorprendió, era un regalo caro, me contó que acababa de recibir una herencia y que había llegado el momento. La miro sorprendida, y ella me dice, ”te acuerdas de aquella huelga que yo no podía porque en casa necesitábamos el salario completo y yo estaba angustiada y tú me ayudaste y gracias a esa ayuda yo pude seguir en huelga, desde entonces tengo esto pendiente”. 

Hace muchos años que no veo a mi amiga y compañera, la vida nos ha llevado por caminos diferentes, indirectamente se que está bien, disfrutando de una merecida jubilación, que ha superado una grave enfermedad. Debería intentar hablar con ella para decirle que conservo su pluma y el recuerdo de un tiempo y unas luchas compartidas, porque aquella huelga en la que participábamos era en defensa de la sanidad pública. Una sanidad pública a la que hoy, cada noche aplaudimos desde nuestros balcones los ciudadanos. Una sanidad pública repleta de pequeñas y constantes luchas, de unos profesionales solidarios y generosos, de unas mujeres que son muy especiales, que siempre han luchado, que nunca se han resignado, que han tejido redes de solidaridad, cuidados con la naturalidad y la espontaneidad de su gran generosidad.

Estar recluidos tal vez nos sirva para recuperar recuerdos y afectos, para querernos y cuidarnos un poco más, para vivir más despacio, para disfrutar de la vida y para cuidarnos.

Tercer día de confinamiento