viernes. 29.03.2024

¿Sigue siendo Grecia un ejemplo a seguir como lo fue para Podemos?

unnamedSe palpa en el ambiente de nuestra piel de toro la preocupación por unas terceras elecciones generales a celebrar en poco más de un año, algo que no beneficiaría a nada ni a nadie más que a los intereses puntuales de unas minorías muy concretas y por unos motivos que en nada beneficiarían al bienestar de la ciudadanía.

Es obvio que nadie sensato desea una tercera convocatoria a urnas, cuando lo normal en los países democráticos cuando no se alcanza un pacto de gobernabilidad tras celebrar elecciones, es que la situación se resuelva con una segunda convocatoria sin necesidad de recurrir nunca a una tercera.

Hasta ahora, Grecia ostentaba el nada honroso récord mundial de haber celebrado tres comicios en un contexto pacífico en el periodo de un año (concretamente entre 1989 y 1990), un acontecimiento que en ningún otro país se ha llegado a producir desde la 2ª Guerra Mundial.

Pero lo más lamentable -al menos para nosotros- es que España va por el triste camino de empatar con los helenos a quienes, recordemos, los políticos emergentes de izquierdas tomaron como un referente a imitar antes de acabar ignorándolos como ahora hacen tras comprobar cómo en la depauperada Grecia han fracasado las medidas de recuperación económica que los herederos del 15-M tanto alabaron que quisieron aplicarlas en España a través de una unificación de la izquierda que, al final, ha resultado ser un cisma y una absorción, quien sabe si el único y verdadero objetivo de los coqueteos de Podemos con los socialistas y comunistas. Que lejos queda aquél reciente septiembre de 2015 cuando Pablo Iglesias decía de su «amigo Alexis Tsipras» -el mismo al que ahora ni saluda- que era «un león que ha defendido a su gente, un león que ha dado la cara por Grecia y Podemos está con él».

En fin, como este escrito vacacional que ahora tecleo con cierta dificultad en la pantalla de mi teléfono móvil, no pretende ser un artículo, no entraré en análisis y procederé a finalizarlo con la exposición de la reflexión que me ha impelido a escribirlo.  Tomen pues nota. En cualquier empresa seria, tras dos intentos infructuosos por llegar a un consenso, los líderes encargados de negociar fracasaran y no llegaran a ningún acuerdo en sus negociaciones, lo lógico es que estos se vayan de patitas a la calle y el consejo de administración los sustituya por otros negociadores potencialmente más competentes. Es por ello que no entiendo por qué los distintos partidos políticos se mantienen enrocados con sus mismos representantes y sus inamovibles planteamientos, negándose cerrilmente a ceder un ápice en sus concesiones al repetir los mismos y estériles argumentos que en dos intentos previos han decepcionado a la misma ciudadanía a la que, faltándole el merecido respeto, pretenden enviar a votar de nuevo.

Sin duda, España es diferente.

¿Sigue siendo Grecia un ejemplo a seguir como lo fue para Podemos?