jueves. 28.03.2024

Rajoy podría repetir como presidente con la ayuda de Ciudadanos

Una interpretación rápida de los sondeos nos lleva a la conclusión de que la llave del próximo gobierno 2015-2019 la tendría el partido de Albert Rivera.

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Según se desprende de la última encuesta de opinión realizada por Sigma Dos para Mediaset, así como de un estudio de JM&A elaborado para el diario Públicoes más que probable que en las próximas elecciones generales, el PP sea  el partido más votado y Ciudadanos el segundo en votos (aunque no en diputados), una circunstancia que daría a Albert Rivera la excusa perfecta para apoyar a Mariano Rajoy en su hipotética investidura como presidente. «Aunque no coincidamos en nuestros planteamientos, damos el sí a la candidatura de Mariano Rajoy por la coherencia democrática de permitir gobernar al partido más votado». Este podría ser el argumento que tras el 20 de diciembre esgrimiera Ciudadanos como coartada de un previsible pacto con los populares en el que Rajoy no mandaría y Rivera le podría exigir desde ser él el presidente o bien acordar una alternancia bianual. Sea cual fuera el acuerdo, lo cierto es que vendría precedido de una dura negociación en la que el PP se vería contra las cuerdas ante la imposibilidad matemática de pactar con ningún otro partido ya que, desde 2011, no sólo ha perdido la mayoría absoluta sino también 65 escaños y cuatro millones de votos.

En la encuesta de Mediaset, al ser preguntados por el pacto que preferirían, los encuestados se muestran mayoritariamente favorables a una coalición PP-Ciudadanos (29,3%), quedando en segundo lugar una alianza entre PSOE-Podemos (24,9%) que no permitiría un gobierno de izquierdas ya que la suma de escaños entre ambas formaciones no alcanza el mínimo necesario, y en tercer lugar la unión PSOE-Ciudadanos (20,9%) que sólo sería viable si entre las dos formaciones consiguieran los cinco escaños que le faltan a la hipotética coalición para poder gobernar.

Una interpretación rápida de estos sondeos nos lleva a la conclusión de que la llave del próximo gobierno 2015-2019 la tendría Ciudadanos si nada cambia en las próximas semanas, un mes corto en el que, probablemente, el partido que lidera Albert Rivera podría captar aun más votos (sobre todo del PP, pero muchos también del PSOE) gracias a su efectivo —y también populista— gancho de presentarse como un partido de centro-centro o bien de centro- izquierda según  lo exija la receptividad del auditorio al que vaya dirigido su mensaje, una estrategia que les ha dado un excelente resultado en su fulgurante ascensión, muy a pesar de la extraña paradoja de que nieguen ser de derechas mientras que en los estudios demoscópicos, la ciudadanía los considera mayoritariamente como un partido conservador.

Aunque todo apunta (tertulias, artículos, opinión en la calle…) a que el bipartidismo ha pasado a mejor vida, a título personal  tengo la sensación de que mas que desaparecer, ha evolucionado hacia una nueva variante de bipartidismo con bisagra, en cierto modo similar al que existía cuando el PNV o CiU decidían quien gobernaría en España, con la salvedad de que en esta nueva situación, el retorno a las mayorías absolutas parece improbable a medio plazo y deja la balanza de la gobernabilidad en manos de un partido ideológicamente indefinido como es Ciudadanos. Otra diferencia con aquella época, cuando Aznar hablaba catalán en la intimidad, es que el poder de los partidos nacionalistas era tan limitado como escaso su número de diputados, mientras que en la actualidad, Ciudadanos es un partido que puede seguir creciendo e incluso superar al PP o al PSOE en un breve plazo de tiempo.

Sea como fuere, es muy probable que todas las cartas estén ya sobre la mesa, que todo esté decidido según vaticinan los sondeos y que en los veintisiete días que quedan para las elecciones, muy poco puedan hacer los partidos que aspiran a gobernar siendo que las campañas electorales son más testimoniales que efectivas y que quienes acuden a los mítines lo hacen con un voto decidido que hace innecesario el esfuerzo de los políticos que durante dos semanas se dedican a besar niños y se dejan la voz lanzando consignas a grito pelado a quienes no tienen necesidad alguna de ser convencidos de nada.

Como sé que muchos lectores habrán notado en falta una mención a Podemos, Izquierda Unida e incluso a la casi extinta UPyD y los partidos nacionalistas, que nadie crea que he tenido un despiste, pues la omisión ha sido intencionada habida cuenta de que, con la calculadora de contar diputados en la mano, he estimado que poco o mas bien nada de lo que suceda tras el recuento electoral de la noche del 20-D dependerá de estas formaciones.

Como colofón, me gustaría matizar que el motivo por el que he escrito este artículo es mi convicción de que Mariano Rajoy ha sido el peor y el más gris presidente de gobierno que hemos tenido en estos casi cuarenta años de democracia, circunstancia por la cual me preocupa que este señor pudiera apoltronarse cuatro años más en la Moncloa.

Desde una perspectiva nada agorera aunque sí realista, ignoro si aun sería posible hacer algo por evitar que vuelva a ser presidente un candidato tan desaborido e inepto cuyo mayor mérito es su triste récord de promesas electorales incumplidas, así como un exasperante retardo en la toma de decisiones y una imagen carente de carisma que en nada ayuda a transmitir tranquilidad a la ciudadanía en los momentos de incertidumbre.

Confío que este artículo ayude a reflexionar a quienes aun no han decidido su voto y, sobre todo, a quienes no piensan votar a pesar de estar descontentos con la situación socio-política que desde hace años atraviesa nuestro país.

Rajoy podría repetir como presidente con la ayuda de Ciudadanos