jueves. 28.03.2024

¿Quiénes son los buenos y quienes los malos en el golpe de estado de Turquía?

turquia

Ante ciertas noticias de gran repercusión suele ocurrir que, tras ofrecer el titular y hacer un relato de los acontecimientos, los medios informativos se dedican a analizar a fondo lo sucedido dando por sentado que todo el mundo conoce los antecedentes y los intríngulis previos, así como la situación sociopolítica del país donde se desarrollan los hechos. Un ejemplo reciente lo tenemos en el golpe de estado del pasado viernes en Turquía tras el cual, la prensa y otros medios se han lanzado a realizar unas sesudas conjeturas sobre los desencadenantes y las hipotéticas consecuencias, obviando ofrecer una información introductoria sobre los detalles previos, los antecedentes históricos o simplemente la situación social y política del la zona para que el lector medio esté en condiciones de asimilar la información que se le suministra y extraer sus propias conclusiones.

Como tengo la impresión de que un elevado porcentaje de la opinión pública quizás desconozca por ejemplo, si Turquía es una monarquía o una república, el nombre del rey o del presidente de gobierno, tampoco si se trata de un estado laico o depende del cumplimiento de los preceptos del Corán, si pertenece o no a la OTAN, si pertenece o no a Europa ­­—por poner sólo unos ejemplos de algunas de las preguntas reales que hace unas horas me ha hecho un interlocutor cuando ha surgido el tema—, he pensado que tal vez fuera didáctico hacer unas matizaciones que ayuden a los desinformados a entender el conflicto turco. Pido disculpas a quienes consideren innecesarios o pueriles los datos que expongo a continuación.

Turquía es un país que siempre ha vivido a caballo entre Oriente y Occidente. Tanto es así que su principal ciudad, Estambul, se encuentra dividida en dos, una parte europea y una asiática, separadas por el estrecho del Bósforo.

Según su Constitución, Turquía es un estado democrático y laico cuyo sistema político es una república semipresidencialista en la que el poder ejecutivo reside en su presidente y el legislativo radica en los escaños de la Gran Asamblea Nacional. En cualquier caso, y aunque el Estado no reconozca una religión oficial, durante los últimos años se viene observando un giro institucional hacia el Islam muy a pesar de que la constitución turca garantice la libertad de culto, prohíba que cualquier religión intervenga en política e incluso que se propaguen credos en las escuelas. En lo que respecta al ejército, las Fuerzas Armadas turcas, con más de un millón de efectivos, son las segundas más grandes de la OTAN —organización a la que pertenece desde 1952— y los militares son los garantes de la secularidad de la república.

El actual presidente turco es Recep Tayyip Erdogan, del partido islamista AKP —Partido de la Justicia y el Desarrollo— que gobierna con mayoría absoluta frente a la oposición de la izquierda prokurda del PDP —Partido Democrático de los Pueblos.

El pueblo kurdo es la minoría étnica más grande del Medio Oriente y está compuesto por casi 60 millones de personas de las que casi la mitad viven en Turquía, en cuyo sureste el gobierno mantiene un enfrentamiento armado contra con la guerrilla kurda desde 1984. Cerca de un 30% de la población turca es kurda, lo que ofrece una idea de la magnitud del conflicto.

Cada vez más, Erdogan deja entrever su tendencia islamista así como la ambición de que Turquía cambie a un sistema presidencialista similar al francés o al ruso, algo que no ha podido conseguir por falta de apoyo de la izquierda prokurda que ha impedido obtener la mayoría de tres quintas partes necesarias para ese cambio. Como respuesta, Erdogan y su gobierno han promovido la aprobación de unas leyes que permitan expulsar del parlamento —sin que nadie les sustituya en su escaño— a los diputados que sean investigados por causas judiciales, una medida diseñada para que disminuya el número de diputados del HDP a quien Erdogan acusa de ser la rama política del Partido de los Trabajadores de Kurdistán.

Más allá del parlamento, la principal oposición a la que tiene que enfrentarse Erdogan está liderada por Fethullah Gülen, un intelectual y multimillonario turco, teólogo, erudito del Islam y defensor de la convivencia entre las tres religiones monoteístas, motivo por el cual está muy bien considerado tanto por Israel como por el Vaticano. En el pasado reciente, Gülen mantuvo buenas relaciones con Erdogan hasta que en 2013 se convirtieron en enemigos al acusar Erdogan a Gülen de promover investigaciones en su contra por asuntos de corrupción. Desde entonces, el teólogo vive autoexiliado en los EEUU.

Tras el fallido golpe de estado del pasado día 15, el presidente turco ha acusado a Gülen de haberlo orquestado desde Pensilvania, algo que el teólogo islamista niega además de sugerir que sea un tinglado puesto en escena por el Gobierno turco como coartada que le permita adoptar medidas represivas.

Mientras el presidente Erdogan asegura haber pedido a los EEUU la extradición de Gülen, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, niega haber recibido la solicitud y dice no tener constancia de alguna prueba «legítima» que haga pensar en la participación de Gülen en el golpe.

Tras la intentona golpista, el presidente turco ha declarado que el fallido golpe ha sido «un regalo de Dios» que les ayudará a limpiar el ejército de «miembros de esa banda» —en alusión a quienes él considera como un grupo terrorista gulenista armado— que «pagarán un alto precio por su traición».

Sea como fuere, todo apunta a que el frustrado golpe militar será muy beneficioso para el gobierno turco, facilitará las purgas necesarias y allanará el terreno para que Erdogan satisfaga todas sus ambiciones.

Como pincelada final, destaquemos que las instituciones turcas llevan ya mucho tiempo sometiendo a la prensa a una férrea censura, habiéndose llegado a encarcelar a varios periodistas por publicar crónicas críticas con el Gobierno.

A partir de estos datos y en función de cómo evolucionen los acontecimientos, tal vez a algunos les sea más fácil extraer sus propias conclusiones.

¿Quiénes son los buenos y quienes los malos en el golpe de estado de Turquía?