jueves. 28.03.2024

¿Patxi López debería abandonar?

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¿A la vista de los raquíticos resultados en avales obtenidos por Patxi López, debería éste abandonar su candidatura y recomendar a sus partidarios que votaran según su conciencia a la opción que más se ajuste a lo que, al parecer, es la voluntad de las bases?

Tras la masiva recogida de avales para designar a los candidatos a la secretaría general socialista, sorprende que más de dos tercios de los afiliados presentaran sus avales, una cifra récord que pone en evidencia el hartazgo de una militancia con muchas ganas de que vuelva a ser el partido en el que confiaron.

Tras una primera estimación en el recuento de los avales, fue una sorpresa que —no tanta para algunos— que el defenestrado Pedro Sánchez arrancara con una fuerza que nada ni nadie pronosticaba a pesar de no contar con el apoyo del aparato socialista ni del sector histórico del partido con que cuenta Susana Díaz.

La conmoción en las filas susanistas fue de tal calibre que los pocos que hicieron declaraciones, se limitaron a pedir «prudencia» hasta la «verificación» de las firmas, disimulando cada cual su nerviosismo y decepción como mejor podían. A pesar de la normalidad que la comisión gestora intentaba aparentar, en las redes se hizo correr el rumor de una sospecha sobre si los avales de Sánchez eran o no legítimos, argumentando una hipotética  polémica con la que el ex secretario querría  aparecer de nuevo como víctima si se le revocaban.

«De corazón, no esperaba tanto, [refiriéndose a la masiva participación] la respuesta ha sido infinitamente mayor de la que esperaba. Debe ser un acicate para trabajar más», declaró una cariacontecida Susana Díaz desde su caseta de la Feria de Abril sevillana apenas conocerse los primeros resultados. 

Dos cosas quedaron bien claras tras la recogida de avales: se disparaban la posibilidades de Pedro Sánchez y el PSOE se confirmaba como partido dividido en dos mitades, y lo que es peor, una la del aparato y la otra la de militancia.

Quedan por delante dos duras semanas de campaña en las que las posturas se radicalizarán y se irá perfilando tanto el modelo susanista (el de la gestora) como ‘los modelos’ de Pedro Sánchez. Y si digo modelos en plural, lo hago por ser consciente de que para sus detractores, el ex secretario ha incurrido en una sucesión de incongruencias y de bandazos laterales: el Sánchez que coqueteó con Podemos, el que pactó con Ciudadanos, el de antes y el de después de la entrevista con Jordi Évole..). Sin embargo, los pedristas interpretan estas discordancias como una estrategia de adaptación en la que el ex secretario, en una situación límite (para el país, para su partido y también para él) lo intentó casi todo sin miedo a incurrir en contradicciones en lo que, según sus partidarios, no había más objetivo que echar a Rajoy de la Moncloa y que el PSOE no apoyara (ni siquiera pasivamente) al partido político más corrupto de Europa.

De la actitud de Pedro Sánchez y de Susana Díaz, y de la serenidad con que expongan en la campaña el modelo de PSOE que propugnan —siempre sin fomentar holliganismos—,  dependerá el futuro de un partido en peligro de fractura y extinción.

Señoras y señores, la función ha comenzado. Que esto acabe siendo un drama, una comedia, o una obra de teatro que no defraude al público, dependerá de muchos factores, pero también de una pregunta que dejo en el aire como colofón, y que, pese a haberla elegido como titular de este artículo, aborda una cuestión que considero crucial:

¿A la vista de los raquíticos resultados en avales obtenidos por Patxi López, debería éste abandonar su candidatura y recomendar  a sus partidarios que votaran según su conciencia a la opción que más se ajuste a lo que, al parecer, es la voluntad de las bases?

¿Patxi López debería abandonar?