miércoles. 24.04.2024

Gracias, señor Aznar

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Aznar trasladó a sus interlocutores -y ojalá lo percibiera toda la ciudadanía-, la viva imagen de una época pletórica de corrupción, de amiguismo y de privatizaciones

El expresidente Aznar regresó ayer al congreso arropado por la guardia pretoriana del PP de Pablo Casado. Vaya entrada, vaya morro y vaya paresia facial la suya, sobre todo en los músculos que intervienen en los movimientos de la boca cuando hablaba sin apenas mover unos labios pegados e inmóviles, como si Jose Luis Moreno lo estuviera manejando.

La impasible ausencia de gestualidad en el rostro de este singular Monchito, dejaba patente lo artificiosa que puede ser una persona que no trasluce sentimientos, y sólo deja entrever la ególatra soberbia que su narcisismo destila desde la distancia que impone la hierática máscara de sus facciones. 

La hipnótica voz susurrada con acento sureño texano, y una descarga artillera de frases ora falaces, ora ofensivas, proferidas como escupitajos, dejaban constancia de la endiosada arrogancia de un esperpento que tal vez experimente orgasmos al mirarse en el espejo. 

Aznar trasladó a sus interlocutores -y ojalá lo percibiera toda la ciudadanía-, la viva imagen de una época pletórica de corrupción, de amiguismo, de privatizaciones y de la más descarada antítesis de lo que debe ser una política social que beneficie a los sectores más desfavorecidos y vulnerables.

El bajito del ‘Trío La La La de las Azores’ mintió con despótica arrogancia, negando hechos más que demostrados, y no asumiendo la responsabilidad que le correspondía como el presidente de Gobierno que era cuando se produjeron. 

Negó la caja B de su partido, negó que España interviniera en Irak, negó conocer a Correa... pero exhibió con claridad la imagen del personaje nefasto que es, un adorador de sí mismo a quien ayer puso contra las cuerdas Pablo Iglesias con golpes veraces y certeros mientras el acharlotado franquito del siglo XXI recibía loas del nuevo (aunque ya rancio) PP de Pablo Casado, ese delfín mentirosillo a quien Aznar ungió a su llegada con un efusivo abrazo y unas palmaditas de afecto en el cogote.

Gracias señor Aznar.

Gracias por dejar tan claro lo que el PP representa, y a que esperpento admira como referente. 

Gracias por poner los puntos sobre las íes de su nefasta personalidad y hacérnosla ver, sin necesidad de un perfil psicopatológico que no descarto escribir en breve.

Gracias porque ayer hizo usted una buena interpretación, porque no actuó artificiosamente y porque se mostró como el singular perdonavidas de traje caro y peluco de marca que usted es.

Confío que su mensaje de ayer le llegue a la gente sana y decente que aún vota al PP, y les ayude a conocer la catadura del nefasto mentiroso que es usted y al que venera el partido al que, les rogaría, se abstuvieran de votar sin reflexionar antes en beneficio del bien de todos.

Gracias, señor Aznar