Emulando a los presientes de los grandes clubs de fútbol, Albert Rivera ha optado por fichar a figuras internacionales
El Messi francófono
El primero de los dos personajes a los que va dedicado este artículo, es un barcelonés de pura cepa. Un hombre que conoce el día a día de la Ciudad Condal desde hace años. ¡Qué digo años… desde toda la vida! Que ha pateado sus calles miles de veces, para conocer y hacer propios los problemas que acucian al largo millón y medio de habitantes de la segunda ciudad más grande de España.
Nuestro hombre conoce cada una de las preocupaciones de los barceloneses. Está sensibilizado con los problemas que ha generado el turismo en la ciudad. Se sabe al dedillo los contratiempos que afectan al tráfico y a los transportes públicos. Las repercusiones negativas de los ruidos y la falta de limpieza que denuncian muchos ciudadanos. Pero, sobre todo, como buen catalán y aspirante a la alcaldía de Barcelona, es consciente de la fractura social que hoy afecta a la convivencia en Cataluña desde la DUI y la aplicación del Artículo 155, y sabe bien que hacer para que la normalidad y la concordia vuelvan de nuevo.
El Ronaldo peruano
Vayamos con el segundo personaje, y que nadie se deje engañar por la bandera que ondea al lado de ese atractivo maduro de pelo cano. Es un madrileño de pura cepa, un intelectual hasta la médula que ha vendido millones de libros y que cuenta en su currículum con el más alto galardón concedido a quienes dedican su vida al oficio de escribir, el premio Nobel de Literatura.
Sin embargo, había en la vida de este hombre una pasión oculta que en su senectud ha decidido hacer pública. Después de una activa militancia política que simultaneó con su trabajo de escritor (llegó a presentarse como candidato a la presidencia del hermoso país latinoamericano donde nació), lo que siempre bulló en su mente fue la ilusión de presidir la Comunidad de Madrid.
¡Ah, Madrid! Una autonomía uniprovincial aunque inmensa en todo, que el literato y político conoce y siente como propia porque ha pateado milímetro a milímetro no sólo la capital sino también, todos los municipios limítrofes (Fuencarral, Hortaleza, Canillas, Vallecas, Carabanchel...) y los más alejados de la gran urbe, desde la Sierra Norte a la Comarca de las Vegas y desde la Cuenca del Henares a la Sierra Oeste. Todo ello para conocer a sus gentes y sus necesidades tan bien como las domina, entiende y percibe como propias.
Es por ello que esta celebridad de acento castizo y entrañable querencia por el chotis, los desayunos con churros en san Ginés y los bocatas de calamares en la Plaza Mayor, se identifica con la preocupación de los madrileños por el paro, la vivienda, la boina de contaminación que cubre la capital, el tráfico, la seguridad ciudadana o la carestía de la vida
Colofón
A quienes se pregunte el porqué de este breve artículo, les diré que sentí la necesidad de escribirlo cuando el líder de un partido político recién fundado, llegó a la conclusión de que Barcelona y Madrid carecen de políticos formados, o al menos bien preparados para acceder a la alcaldía de la Ciudad Condal o a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, y emulando a los presientes de los grandes clubs de fútbol, optó por fichar a figuras internacionales. Confío que ese jovencito con quien comparto nombre y pocas cosas más, sepa por qué ha elegido a un Messi francófono y a un Ronaldo peruano. De entrada, estoy convencido de que tan estrambótica estrategia va dirigida a acabar con el Partido Popular al que intenta suceder en el liderazgo de la derecha española, pero lo que ignoro es quien saldría beneficiado si mi homónimo llegara algún día a presidir el Gobierno de España.