viernes. 29.03.2024

Carlos Herrera debuta en la Cope con padrinos de lujo

A lo largo del verano hemos asistido a una campaña de gran expectación creada ante el inminente aterrizaje en la COPE de Carlos Herrera como estrella radiofónica.

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A lo largo del verano hemos asistido a una campaña de gran expectación creada ante el inminente aterrizaje en la COPE de Carlos Herrera, estrella radiofónica que tras once años de presencia diaria en las mañanas de Onda Cero, ha decidido volver a la emisora de los obispos donde ya dirigió –entre 1992 y 1995– el segundo tramo de La Mañana que entonces presentaba Antonio Herrero. 

En relación a esta noticia es oportuno recordar que a mediados del pasado mes de julio, en el informativo Los desayunos deTVE, Carlos Herrera fue invitado para promocionar su nuevo programa en la cadena COPE a través de una entrevista de media hora de duración, otro despropósito de una televisión pública que desde que gobierna el PP, es proclive a beneficiar a sus propios intereses y a los de sus amigos (consideremos que la COPE va dirigida a una audiencia que coincide con el perfil de los votantes del partido de la gaviota).

Este 1 de septiembre de 2015, a las seis de la mañana, tuvo lugar el reencuentro de Herrera con su audiencia desde que el pasado marzo anunciara su despedida de la emisora del Grupo Planeta donde, al parecer, por su talante conservador, se debería sentir incómodo cada vez que otro medio del grupo –La Sexta– criticaba la política conservadora neoliberal de los populares y, lo que es peor, se erigía como abanderada del PSOE, Podemos y sus partidos afines. Tampoco debe haber ayudado mucho al bienestar de Herrera que en las tardes de Onda CeroJulia Otero y sus colaboradores cosechen un gran éxito de audiencia con una postura progresista que contrasta con el conservadurismo de las mañanas. 

Aun era de noche cuando escuché la entrada triunfal de Herrera en Cope y he comprobado cómo el evento era vivido a todo lo grande –sorpresas incluidas– no ya por los invitados de lujo que se han sumado a los parabienes sino por la vocación más política que nunca que Herrera ha puesto de manifiesto en su declaración de intenciones plasmadas en un incisivo editorial de más de diez minutos de duración.

El ambiente triunfal que se percibía y el hecho de que Carlos Herrera se haya incorporado a la emisora de la Conferencia Episcopal a sólo tres meses de las próximas elecciones generales, es algo que me ha hecho reflexionar acerca de unas motivaciones que intuyo y que tal vez el tiempo se encargue de poner en claro. 

Pero vayamos con la primera sorpresa. Pasadas las ocho de la mañana, un exultante Carlos Herrera ha anunciado que estaba a punto de entrar en directo un importante oyente que se quería sumar al estreno del nuevo programa. Ha sido entonces cuando el Rey Juan Carlos I ha intervenido telefónicamente para ser entrevistado y agradecer a Herrera que le hubiera llamado en lo que era «un día tan importante para él». Afectuosamente, el Rey emérito le ha manifestado al periodista «Te deseo lo mejor junto a todo tu equipo en la nueva etapa que hoy empiezas en la COPE» y ha asegurado ser un «fiel seguidor de la radio» que «no podía faltar aquí, porque has estado a mi lado en circunstancias difíciles que yo nunca olvidaré y siempre tendrás mi eterno agradecimiento». Si tenemos en cuenta que Don Juan Carlos llevaba más de un año sin aparecer en los medios, su participación en el estreno de Herrera en la Cope adquiere una significativa trascendencia que podría contemplarse más allá de una simple manifestación de afecto hacia un periodista amigo. Si bien Juan Carlos I, para que nadie se sintiera discriminado por su deferencia hacia Carlos Herrera, ha hecho extensiva su felicitación a «todos los profesionales de la radio que muchos de ellos empiezan hoy sus programas», también es cierto que sólo ha acudido al de Herrera.

Vayamos con la segunda sorpresa. Aun no repuesta la audiencia tras la intervención de Juan Carlos I, Carlos Herrera se ha marcado un nuevo puntazo al tener como invitado a alguien que quería estar a su lado en tan importante día; nada más y nada menos que el mismo José María Aznar que llevaba varios meses sin conceder entrevistas. En contraste con la participación del Rey emérito que ha sido fundamentalmente entrañable, la del expresidente de Gobierno ha sido de un marcado contenido político. Llegado a este punto, no está de más reseñar que hace ya muchos años, José María Aznar estuvo también al lado de Herrera cuando éste inició su andadura en la COPE siendo Aznar líder de la oposición.

Tras estas dos intervenciones, que podríamos considerar de lujo y hasta insólita una de ellas, Carlos Herrera ha querido incorporar al líder de la oposición, Pedro Sánchez quien ha intervenido en directo desde Perú para desear éxito al periodista. Carlos Herrera ha dado muestras de su habilidad ya que, en cierto modo, la presencia de este tercer invitado ha contribuido a aportar cierto equilibrio de pluralidad que no ha pasado desapercibido.

Colofón

Una percepción subliminal ha hecho que quien esto escribe tras asistir al arranque de Herrera en Cope, haya tenido la sensación de que Carlos Herrera, con su invitación a Juan Carlos I quería dejar bien claro su talante monárquico; con la intervención de José María Aznar, Herrera ha querido contar con la presencia del partido que gobierna, pero no a través de la corriente marianista sino con un notable representante del sector más crítico frente la actual cúpula del PP; y ya por último, con Pedro Sánchez, Herrera no sólo ha querido que estuviera presente en su debut el líder del principal partido de la oposición sino, en cierto modo, ha reforzado el bipartidismo que desde hace años se ha instalado en nuestra democracia en forma de una monarquía parlamentaria con dos grandes partidos que cíclicamente se alternan en el poder.

Es por ello que, en mi modesta opinión, Carlos Herrera ha dado el pistoletazo de salida a una personal campaña electoral –la suya– que desde la emisora de los obispos, piensa llevar a cabo durante tres meses que prometen ser intensos en contenido. También, a su manera, Herrera ha perfilado el sesgo ideológico que desde la COPE piensa difundir para incentivar el voto conservador de su audiencia y afianzar un bipartidismo sin injerencias de sucedáneos ni emergentes.

Carlos Herrera debuta en la Cope con padrinos de lujo