sábado. 20.04.2024

La crisis en Podemos

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El retroceso electoral de Podemos choca con las expectativas creadas y eso minusvalora el brillante resultado electoral que Podemos cosechó hace cuatro años

Errejón pone el dedo en la llaga cuando señala que las cosas van mal en Podemos. El signo más evidente es el retroceso electoral, aunque no es el único síntoma.

En Andalucía se ha confirmado la tendencia a la baja que ya se manifestó en las pasadas legislativas y apuntaban las encuestas. En Andalucía, la coalición de Podemos e IU ha obtenido casi 280.000 votos menos que los que obtuvieron Podemos e IU por separado. El voto de Adelante Andalucía está por debajo de lo que cosechó IU-CA en la década de los 90 del siglo pasado. En plena bajada del voto al PSOE, Podemos no solo ha sido incapaz de captar algo de ese voto sino que pierde nada menos que un tercio del suyo.

Algunos piensan que Podemos baja porque estaba muy alto y, por tanto, se trata de algo natural en un partido que empieza. Al fin y al cabo, Podemos acaba de cumplir cinco años. No pasa nada, parece ser la idea que muchos sostienen. Pero hay que recordar las expectativas con que Podemos inició su andadura hace cinco años. Primero, pensaron que había una oportunidad de ganar las elecciones y, por ende, de llegar al Gobierno. Después, se marcaron el objetivo de dar el “sorpasso” al PSOE y convertirse en primer partido de la izquierda. Nada de eso ha ocurrido ni tiene pinta de ocurrir en el futuro inmediato. Antes al revés. Santiago Carrillo tiene dicho que la crisis del PCE comenzó en la noche de las primeras elecciones generales, cuando el resultado chocó frontalmente contra las expectativas que tenían muchos miembros del PCE. El retroceso electoral de Podemos choca con las expectativas creadas y eso minusvalora el brillante resultado electoral que Podemos cosechó hace cuatro años, cuando, siendo, un partido recién nacido, obtuvo, de primeras dadas, las alcaldías de las principales ciudades del país.

El caso es que el resultado electoral de Andalucía como síntoma de algo más profundo no ha merecido un debate que analice las causas y proponga iniciativas encaminadas a enderezar el rumbo. La iniciativa de Errejón ha abierto ese debate, forzando a la dirección a entrar en él. Su primera reacción, sin embargo, no ha sido debatir qué pasa en Podemos, sino atacar a Errejón por las formas en que ha presentado su iniciativa y descalificándole por ello. En Podemos se ha abierto una crisis que no tiene solo que ver con la forma en que se va a las elecciones sino que es mucho más profunda. Opino que las formas en política son importantes, pero más importante aún es el fondo.

Y el fondo de la cuestión es nada menos que la naturaleza de Podemos. Da la impresión de que Iglesias y los suyos conciben un Podemos con muchas de las ideas de la extrema izquierda que fracasó en la transición y reapareció de la mano de Anguita, haciendo bueno el dicho de que nada es más duradero que las malas ideas. Quiero insistir en el discurso porque en cuanto Podemos ha accedido a las instituciones, su práctica ha sido muy diferente a su discurso. Como muestra un botón: Podemos ha pasado de plantear que la deuda del Ayuntamiento de Madrid era ilegítima y, por ende, había que repudiarla al menos en parte a presumir del pago de esa misma deuda y el equilibrio de las cuentas públicas sobre esa base.

Entre el Podemos que se planteaba la destrucción del bipartidismo y el Podemos que quiere la alianza de todos contra los “trillizos reaccionarios” solo han pasado tres años. Los mismos que han pasado desde que Podemos votó contra la investidura de Sánchez hasta que votó a favor de la moción de censura del mismo Sánchez. No creo equivocarme si digo que las discrepancias entre Errejón e Iglesias empezaron el día en que Podemos votó en contra de aquella investidura. Me parece que lo que Errejón cuestiona es el discurso de extrema izquierda de Iglesias y achaca a eso el declive electoral de Podemos.

En consecuencia propone acudir a las elecciones municipales con una marca distinta de Podemos y con otro discurso y la he encontrado en “Más Madrid” de Carmena. Hay que recordar que Carmena se ha hartado de decir que ella no es de Podemos y que Podemos no le va a imponer ninguna lista. “Más Madrid” no es otro partido político (aunque no es descartable que acabe siéndolo) sino una plataforma electoral cuya imagen de marca es, precisamente, Carmena. A eso se agarra Errejón para ir a las elecciones con una marca distinta de Podemos y con una imagen distinta, aunque Podemos se pueda incorporar a esa Plataforma.

La reacción de la dirección de Podemos ha sido la de considerar que Errejón se ha ido de Podemos y presentar a las elecciones una lista en competencia con Más Madrid en la Comunidad pero no en el Ayuntamiento de Madrid, lo cual no parece una buena idea desde el punto de vista electoral. Sin embargo, los barones de Podemos han apostado por no competir, sino ir juntos, lo cual no parece fácil dada la posición de la dirección de Podemos. Mi opinión es que lo más racional que puede hacer Podemos es integrarse en Más Madrid tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento, aunque eso no sirva más que para aplazar la solución de la crisis que se ha abierto en Podemos.

Hace cuatro años Podemos concurrió a las elecciones municipales formando parte de diversos y variopintos aparatos electorales. Desde el punto de vista de consolidar un partido recién nacido, lo suyo hubiese sido concurrir con sus siglas. Prefirieron promover plataformas en las que Podemos se diluyó y, con el tiempo, se debilitó, como se ha demostrado en Madrid y en Barcelona. Es paradójico pero cierto: el éxito electoral ha debilitado al partido porque el partido no ha sido polo de atracción de los independientes y otros grupos que conformaron las plataformas sino, al revés, han sido las personalidades que encabezaron esas candidaturas las que han atraído a miembros de Podemos.

Como dice Felipe, la crisis de Podemos es mala para los intereses de la izquierda. Iglesias tiene razón cuando critica las formas con que ha actuado Podemos. Pero Errejón tiene razón en el fondo de la cuestión. Por ahora, puede que el problema se aplace si, como parece, Podemos decide integrarse en las listas de Más Madrid. Pero el problema seguirá en pie. Veremos.

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