martes. 16.04.2024

Crisis en el PSOE

La decisión de echar a Tomás Gómez y disolver todos los órganos del PSM ha causado sorpresa en propios y extraños...

En el PSOE se ha venido desarrollando una crisis de liderazgo, larvada hasta ahora, pero que podría abrirse tras las municipales y autonómicas de mayo

La decisión de echar a Tomás Gómez y disolver todos los órganos del PSM ha causado sorpresa en propios y extraños. A cien días de las elecciones municipales y autonómicas y a mes y medio de las andaluzas se abre una crisis de amplia repercusión nacional que traslada la imagen de un PSOE fracturado. Si el electorado castiga las divisiones en los partidos el PSOE se ha dado un tiro en el pie  y, en todo caso, da bazas a sus competidores que, sin duda, señalarán la división y el desconcierto que traslada esta decisión.

Hay que recordar que Tomás Gómez fue elegido candidato con el apoyo expreso de Pedro Sánchez hace poco más de tres meses. Entonces ya estaba en marcha la investigación sobre el tranvía de Parla y, seguramente, ya habría encuestas. Nada de eso puso en cuestión la idoneidad del futuro candidato a los ojos de la dirección federal ¿Qué ha pasado, entonces?

No creo desvelar ningún secreto si digo que el liderazgo de Pedro Sánchez al frente del PSOE estaba empezando a ser cuestionado por gentes muy influyentes en el partido con el argumento de que, con Sánchez al frente, el PSOE “no tira”. Una idea apoyada por sondeos recientes que colocaban al PSOE como tercer partido y bajando. Con todas las alarmas encendidas, Sánchez ha ido adoptando posiciones que han sumado críticas a su gestión.

Dicho de otra manera, en el PSOE se ha venido desarrollando una crisis de liderazgo, larvada hasta ahora, pero que podría abrirse tras las municipales y autonómicas de Mayo. Hay que tener en cuenta que Pedro Sánchez fue elegido Secretario General con los votos prestados por algunos líderes regionales y que, desde su elección, no ha logrado crearse un espacio de apoyos propios.

En ese marco, Pedro Sánchez ha considerado que el momento de abrir la crisis es ahora y no después de las elecciones municipales porque, ahora, todos los líderes regionales y locales están inmersos en campañas electorales decisivas y su capacidad de reacción es nula. La decisión ha sido hacerse con el control del PSM apoyándose en una oposición interna a Gómez, la cual, a pesar de haber perdido en todos los procesos orgánicos desde hace siete años, seguía estando organizada, activa y deseando ocupar un poder interno que reiteradamente le han negado las urnas. De paso Sánchez lanza un aviso a navegantes: lo que ha hecho en Madrid lo puede repetir en otros lugares.

En ese sentido, lo sustancial ha sido crear una gestora que controle el PSM con la vista puesta en los procesos internos que vendrán después. Al frente de la gestora han puesto a un profesional del aparato, un verdadero experto en conspiraciones orgánicas. La gestora decidirá quién es el candidato a Presidente de la Comunidad sin permitir que los afiliados voten. Para asegurarse el control no solo han disuelto la Ejecutiva sino que, además, han suspendido el Comité Regional, el órgano de representación que debería aprobar las candidaturas. En suma, han sustituido las primarias por el dedazo. Todo un avance democrático. Para remate, la gestora ha iniciado su trabajo despidiendo a todo el personal contratado por la dirección anterior. Para que no haya dudas de cual es el propósito que se persigue.

En conclusión, ha sido una mala decisión para el PSOE, especialmente inoportuna, pero conveniente para Pedro Sánchez, que, adelantando la apertura de la crisis, da un primer golpe (nunca mejor dicho) posicionándose mejor en la batalla por el liderazgo.

Una batalla que, aparentemente, no tiene contenido político, pero que pronto aparecerá en cuanto se ponga sobre el tapete las alianzas que va a hacer el PSOE. En ese sentido, apartar a Tomás Gómez es quitar un firme opositor a la “gran coalición”.

La decisión de apartar a Gómez se pretende justificar diciendo que era un pésimo candidato con el que íbamos a la derrota. Se trata de una opinión que no comparte la mayor parte de los afiliados  que hace tres meses avalaron a Tomás Gómez. Una opinión que no se apoya en ninguna  encuesta publicada. Sobre encuestas no publicadas  había toda clase de noticias. Por cierto, lo que sí dicen las encuestas es que el PSOE a escala nacional  se hunde y va camino de la irrelevancia. ¿Se aplicarán el mismo criterio que han aplicado en Madrid?

Por abajo, se dice que la decisión de apartar a Gómez se toma ahora por si acaso en un futuro próximo resulta imputado en el asunto del tranvía de Parla. Lo que supone que la dirección federal da por sentado que esa imputación se producirá antes de Mayo. En un país donde la gente cree que todos los políticos son unos corruptos, eso basta para manchar a cualquiera y liquidarle políticamente. Lo que es peor, sin posibilidad de defensa ya que, a la vez, se proclama, formalmente, la honestidad de Gómez. En conclusión, tanto si, finalmente, resulta imputado como si no, el mal está hecho.

En conclusión, hemos asistido al primer capítulo de la crisis del PSOE. Pero no al último. Continuará.

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