viernes. 19.04.2024
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Falta menos de un mes para el comienzo de la primavera. Esta época del año trae consigo un aumento de las horas de luz y las temperaturas. Unos días de sol y calor que nos permitirán realizar más actividades al aire libre, por lo que es fundamental aumentar la protección tanto de nuestra piel como de nuestros ojos. Las gafas de sol con cristales homologados, como las que se pueden encontrar en la óptica Afflelou, se convierten en un elemento imprescindible para proteger nuestra vista de los rayos ultravioletas del sol. A pesar de ello, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas señala que el 30% de las gafas de sol compradas en España no cuentan con ningún tipo de control sanitario, un porcentaje que se incrementa aún más durante el verano.

La mayoría de las personas consideran que las gafas de sol son un simple complemento, pero su principal función es proteger los ojos, órganos muy sensibles a las radiaciones solares, frente a la exposición solar. De esta forma, el uso de gafas de sol con cristales no homologados representa un factor de riesgo para la salud visual. Esto se debe principalmente a que no tienen una garantía de filtro ultravioleta, por lo que las consecuencias para los ojos pueden llegar a ser muy negativas.  Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid señala que los cristales de mala calidad pueden presentar una potencia de graduación superior a la admitida (neutra), ocasionando borrosidad en la imagen retiniana y dando origen a síntomas asociados a ese esfuerzo de acomodación que debe realizar el sistema visual, como el cansancio visual o la fatiga.

El principal problema a la hora de usar gafas de sol con cristales no homologados reside en que la lente, que tiene un tinte que la oscurece, provoca que la pupila se dilate para dejar pasar más cantidad de luz. Sin embargo, al no disponer de un filtro de luz ultravioleta, los rayos de sol penetran en mayor medida hasta la retina. Además, este tipo de lentes pueden presentar burbujas, rugosidades o aberraciones prismáticas que ocasionan una deformación de la visión en los laterales, algo que afecta principalmente durante la conducción. Por este motivo, sólo usando gafas de sol debidamente homologadas, compradas siempre en establecimientos especializados para asegurarnos que cumplen con la normativa europea, podremos prevenir el desarrollo de problemáticas como lesiones de córnea o retina, así como cataras, entre otras muchas patologías.

Las gafas de sol no tienen edad

La protección contra la radiación ultravioleta es necesaria para todas las edades, especialmente para las personas más sensibles, como es el caso de los niños y las personas mayores. Los niños tienen un cristalino (estructura del ojo cuya función es enfocar los objetos a distintas distancias) más inmaduro y, por consiguiente, más transparente, que deja pasar una mayor cantidad de rayos solares. Por este motivo, necesitan una protección mayor, principalmente gafas de sol con categoría de filtro 3 (capacidad de absorción de luz entre el 82% y el 90%) o filtro 4 (capacidad de absorción de luz entre el 91% y el 98%), polarizadas o con melanina.

Usar cristales no homologados puede pasarnos factura