jueves. 28.03.2024
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Firmar el acta matrimonial o dar el sí quiero en el altar está cada vez menos demandado en el estado español. A lo largo de los últimos diez años el número de matrimonios contraídos ha descendido progresivamente, la diversidad de uniones y la flexibilización en los procesos burocráticos para la pareja de hecho está poco a poco haciendo que el matrimonio no sea la primera opción.

La evolución sociocultural de un país y el cambio en el modo tradicional de formar familias influyen en la forma en que sus parejas deciden formalizar o no la relación. La inestabilidad económica provocada por una situación de crisis constante y el desempleo entre las generaciones más jóvenes contribuyen a un aumento de la edad en la que se contrae matrimonio, en España la media se encuentra alrededor de los 35 años. Este dato supone una diferencia de diez años respecto a las décadas de final de siglo XX, donde se encontraba en la primera mitad de la veintena.

Esta información no determina que exista un número menor de parejas en el país, ya que han aumentado en gran medida la formalización de parejas de hecho así como la cantidad de hijos extramatrimoniales, es decir, en parejas no casadas. La normalización de este último tipo de pareja cada vez es más común, en Europa empezó a ser frecuente en los países escandinavos para posteriormente extenderse hacia el Mediterráneo. La tardía popularización en esta zona sur del continente está determinada por la gran influencia de la religión sobre la idea que se tiene del matrimonio. Idea que al parecer se encuentra cada día más difuminada entre la población, ya que el 75 % de los acuerdos matrimoniales se contraen únicamente a través de lo civil. En cuanto a los hijos, cuatro de cada diez en España son de parejas no casadas, cifra situada por encima de la media europea. 

Como ya se ha nombrado antes, mientras el número de uniones de derecho desciende gradualmente, el de uniones de hecho crece considerablemente. Si se comparan las cifras actuales con las del principio del siglo XXI, el número de parejas que no han pasado por una iglesia, juzgado o ayuntamiento ha aumentado más del 200 %. Y es que cada día más parejas deciden dar este primer paso para formalizar su unión, sin embargo, a la larga la mayoría de ellas acaba contrayendo matrimonio. Aún más, cuando existe un hijo entre los comprometidos, ya que la unión de derecho reporta unas facilidades administrativas y fiscales, así como seguridades legales, que no comprende la pareja de hecho. Esto explica también los datos aportados antes sobre la edad tardía de contracción matrimonial en España. 

También ha crecido el número de matrimonios en segundas nupcias, algo que hace treinta años era poco común, está cada vez más normalizado, así como el divorcio, siendo España el noveno país en el que más divorcios se producen de Europa. Esto tiene que ver con un cambio de paradigma en las relaciones familiares en los últimos tiempos, donde los afectos han cobrado un papel mucho más significativo que en décadas anteriores. Haciendo que los matrimonios sean más sensibles y frágiles, pero también más sanos y recíprocos. 

De la misma manera que varían los tipos de relaciones de pareja, también lo hace la forma en la que estas se conocen. Debido a la hiperpresencia de la tecnología en el día a día, Internet ejerce de enclave para ligar a modo de fiesta patronal en los años ochenta. En la actualidad casi el 40 % por ciento de las parejas se han conocido a través de alguna red social, aplicación, chat o foro, así como una de cada cinco de las que se ha casado en España.

3Fuente: Unsplash.com

Se podría decir entonces, que está cerca de ser, si no lo es ya, la forma más común de encontrar pareja. Las aplicaciones online para ligar cada vez tienen más usuarios y ofrecen una gran variedad de filtros que hacen la función del amigo o amiga que te da consejos para citas. Estos encuentros virtuales poco a poco van ocupando el lugar de los antiguos encuentros fortuitos en bares, discotecas o eventos sociales a los que antes se acudía con la intención de conocer a alguien, siendo ahora los espacios donde se acude habiendo quedando previamente con la cita correspondiente.

Bien es cierto que Internet ha cambiado el modo de encontrar pareja para siempre, aunque no todos se entreguen a las nuevas tecnologías. Lo que puede sacarse en claro de todo esto es que el interés por conocer a gente nueva, sea de forma virtual o física, siempre está in crescendo, poniendo en jaque cada vez más las formas tradicionales de relacionarse afectivamente, de la misma manera que la pareja matrimonial clásica va perdiendo fuerza dejando paso a uniones más diversas.

La uniones cambian, las formas de conocerse también