viernes. 29.03.2024
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Cada vez es más frecuente el alquiler de una segunda vivienda con fines turísticos cuando no va a ser usada por sus propietarios. Ahora que llega el verano, la tentación de poner a disposición de turistas ese apartamento en la costa que no vas a utilizar este año es cada vez más fuerte. De este modo, le das uso a una vivienda vacía y tienes unos ingresos extra para las vacaciones que te quieras tomar más adelante. Pero no todo son ganancias, ya que el alquiler turístico conlleva una serie de normas y legalidades con las que debes cumplir.

Cada comunidad autónoma ha legislado sobre los alquileres turísticos de un modo determinado, por lo que tendrás que revisar la regulación al respecto en el territorio en el que se encuentre tu segunda vivienda. Esto se debe al incremento de la llamada economía colaborativa, que se ha visto apoyada por las plataformas que favorecen el intercambio de viviendas entre personas que viajan. Cuando este intercambio comenzó a implicar una ganancia económica, las administraciones intervinieron para regular el mercado del alquiler turístico.

Por norma general, únicamente es obligatorio contar con un seguro de responsabilidad civil para el hogar. Este cubrirá cualquier daño que pueda sufrir el inquilino durante el periodo que resida en la vivienda, desde el desprendimiento de una pared hasta la caída de una viga, por poner dos ejemplos de accidentes que pueden ocasionar daños personales.

Pero este seguro no cubre ningún daño que sufra la vivienda, por lo que la incertidumbre de cómo tratarán los inquilinos tu propiedad seguirá presente en tu cabeza. Los destrozos o desperfectos que puedan ocasionar en muebles, electrodomésticos o la propia estructura de la vivienda correrán de tu bolsillo. Sin embargo, si contratas una póliza específica para viviendas alquiladas te asegurarás de que los daños que se puedan derivar de la estancia quedan cubiertos. Estos no tienen por qué ser intencionados, si no que puede tratarse de un accidente que también cubrirá el seguro.

Además de la protección de los inquilinos y de la vivienda por daños derivados del uso de la misma, es importante contar con garantías ante daños ajenos. Estos pueden ser causados por un fuerte temporal, un incendio originado en un cuadro eléctrico o cualquier fenómeno natural que deje su marca en la estructura de la casa. Estas coberturas suelen incluirse en un seguro de hogar básico y también pueden ampliarse a las viviendas alquiladas. Un comparador de seguros de hogar es una buena herramienta para elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.

Las viviendas destinadas a alquiler turístico pueden contar también con servicios extra dentro de su seguro que faciliten las cosas tanto al arrendador como al huésped. El ejemplo más práctico es el del servicio de bricolaje a domicilio, con el que el arrendador puede solventar cualquier problema doméstico (arreglo de un enchufe, reparación de una persiana, problema en el cuadro eléctrico de la vivienda...) simplemente haciendo una llamada telefónica. Y es que, al fin y al cabo, los seguros están pensados para hacernos la vida más sencilla y con menos complicaciones.

¿Qué seguro necesito para alquilar mi vivienda turística?