viernes. 04.10.2024
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Amortizar anticipadamente una hipoteca es siempre una buena decisión. Supone reducir nuestra deuda antes de lo previsto, y eso va a tener un impacto directo en nuestra calidad de vida de una forma u otra.

Ahora bien, a la hora de llevar a cabo dicha amortización anticipada, es necesario elegir entre reducir la cuota a pagar todos los meses, o bien reducir el plazo que queda para liquidar la totalidad del préstamo.

Cada opción tiene sus propias ventajas y se trata de una decisión importante, que debe ser meditada con cautela.

Evidentemente, nos estamos refiriendo al caso de que la amortización que vamos a llevar a cabo tiene un carácter parcial. Si llevásemos a cabo una amortización total, la hipoteca quedaría cancelada y ya no restarían cuotas ni plazo alguno.

Cómo funciona la amortización parcial por reducción del plazo del préstamo

En aquellos casos en los que optamos por amortizar la hipoteca con reducción del plazo, estamos eliminando parte de las mensualidades a pagar.

El importe de la cuota mensual seguirá siendo el mismo; sin embargo, terminaremos de pagar nuestra hipoteca antes de plazo previsto originalmente.

Cómo funciona la amortización parcial con reducción de la cuota mensual

En el caso de que prefiramos amortizar nuestra hipoteca con reducción de la cuota mensual, el número de cuotas que queden por pagar seguirá siendo el mismo y, por tanto, el plazo que medie hasta la liquidación final también.

Sin embargo, el importe de cada una de esas cuotas se verá reducido en la parte proporcional que corresponda por la cantidad amortizada.

Cómo decidir entre la amortización con reducción de plazo o de cuota mensual

La decisión entre un tipo u otro de amortización tiene que ver, sobre todo, con cuál es nuestra situación económica, así como las perspectivas futuras que tenemos de ésta.

Cuándo elegir la reducción del plazo

La reducción del plazo es siempre la opción más convenientemente desde el punto de vista económico.

Cuando más largo sea el plazo de amortización, más intereses a pagar se acumularán año tras año, por lo que el préstamo nos resultará más caro. En ese sentido, reducir el plazo y, por tanto, el número de cuotas a pagar, nos permitirá ahorrar intereses.

Si tu situación económica es similar a cuando contrataste la hipoteca o bien ha mejorado, lo más recomendable es que optes por la amortización con reducción de plazo. No tiene sentido asumir los costes de una financiación que ya no necesitas.

Sólo hay una excepción a esta regla, y tiene sentido debido a la coyuntura económica actual. La explicaremos al final de este artículo. Por ahora, permítenos avanzar a la siguiente modalidad de amortización.

Cuándo elegir la reducción de la cuota mensual

La reducción de la cuota mensual, evidentemente, te permite aligerar la carga financiera a la que debes hacer frente mes tras mes mediante el pago de tu hipoteca.

En aquellos casos en los que la situación económica se haya deteriorado desde el momento de contratación de la hipoteca, o bien se prevea un empeoramiento inminente, lo más recomendable es optar por la reducción de la cuota mensual.

De esa forma, estamos garantizando que podremos hacer frente al pago de la hipoteca en los plazos pactados, evitando un posible impago y las correspondientes penalizaciones que éste acarrearía.

Bajo ningún concepto recomendamos optar por la reducción de la cuota mensual, por el sólo hecho de desahogar una carga financiera que puedes sostener cómodamente. Eso podría llevarte a malgastar tu excedente de capital disponible, en lugar de destinarlo –como has hecho hasta ahora- en liquidar el préstamo más importante que has adquirido, que no es otro que tu hipoteca.

Quizá no te valga le pena amortizar

Por último, queremos invitarte a una sencilla reflexión que, a veces se pasa por alto.

Muchas antiguas hipotecas a interés variable estaban referenciadas el Euribor y tenían un diferencial fijo muy reducido, debido a que el Euribor hace una década estaba en niveles muy elevados.

Debido a la caída de dicho índice, el tipo de interés que se está pagando por muchas de esas antiguas hipotecas ha quedado reducido a importes insignificantes, incluso ya hay hipotecas en las que no se pagan intereses.

En esos casos, es posible que la amortización anticipada no sea la alternativa más rentable.

Si eres capaz de encontrar un producto financiero seguro -como un depósito a plazo fijo o bien una cuenta bancaria remunerada- que te garantice un tipo de interés superior al que estás pagando con tu hipoteca, lo más conveniente es que destines el excedente de capital que tengas disponible para contratar dicho producto, en lugar de amortizar la hipoteca.

El beneficio económico que obtendrás con los intereses generados será mayor que los intereses que ahorrarías con la amortización anticipada, a lo que se suman las posibles deducciones fiscales por tu hipoteca.

En resumidas cuentas, la amortización anticipada con reducción de plazo es una opción más económica que aquella con la reducción de cuota mensual. Esta última sólo deberá ser utilizada cuando la situación económica personal se haya deteriorado y sea necesario aligerar la carga financiera de la deuda.

Finalmente, y antes de proceder a la amortización, deberemos comprobar si tenemos productos financieros disponibles cuyo tipo de interés resulte más atractivo que el ahorro que la amortización podría proporcionarnos. En esos casos, lo recomendable es no proceder a la amortización y destinar el capital a una operación más rentable.

Reducir cuota o plazo al amortizar tu hipoteca