viernes. 19.04.2024

¿Qué tienen en común el jamón ibérico y el ketchup? Hasta hace poco tiempo, hubiéramos dicho que nada. Pero desde que el ministerio de Consumo español anunció la implantación del sistema de etiquetado frontal de alimentos, Nutri-Score, ambos productos comparten la misma valoración nutricional. Se trata de una clasificación “D” y una etiqueta color naranja que ubica a ambos productos en la zona de los productos no saludables. 

El sistema francés Nutri-Score funciona como un semáforo nutricional y consiste en una escala de cinco colores que van del verde al rojo y que están asociados a cinco letras que van de la A a la E. En teoría, el sistema le otorga una A y el color verde, a aquellos productos que tienen una mejor calidad nutricional. Todo esto en base a un cálculo realizado por el algoritmo, que según la presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), Ascensión Marcos Sánchez, “no está bien ponderado, ya que la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables”. A esta misma conclusión ha llegado Luis González, director de la empresa de ibéricos Sánchez-Romero Carvajal. 

En declaraciones a la prensa, González ha explicado que el problema detrás del semáforo nutricional es que “no tiene en cuenta las partes positivas que tienen productos como el jamón ibérico”. Es decir, que el Nutri-Score no contempla las propiedades benéficas de este producto como por ejemplo, que reduce el colesterol. Lo que coincide con la advertencia que dio la Red Europea del Corazón (EHN), que pidió revisar el algoritmo del Nutri-Score. "El algoritmo actual de Nutri-Score no contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares de manera óptima”, manifestó la Red meses atrás.

Al pedido de la Red Europea del Corazón, entre cuyos miembros se encuentra la Fundación Española del Corazón (FEC), adhirieron también muchas otras voces. Como por ejemplo la Interprofesional del Aceite de Oliva. Desde la organización le hicieron llegar una petición al ministro de Consumo, Alberto Garzón, para modificar el algoritmo del Nutri-Score. Los representantes del sector, incluido el presidente de la Interprofesional, Pedro Barato, denunciaron que el Nutri-Score enmascara los beneficios del aceite de oliva que sale penalizado con una clasificación C.

Días atrás, Consumo reconoció el fallo del Nutri-Score y le dio la razón a los opositores al admitir que el semáforo no refleja los beneficios del aceite de oliva. Con el fin de acallar las críticas y evitar más polémicas, Consumo determinó que el aceite de oliva no llevará el etiquetado Nutri-Score. Pero si el objetivo de Consumo era calmar las aguas, su anuncio solo ha echado más leña al fuego.

La Sectorial Nacional del Aceite de Oliva Virgen Extra con Denominación de Origen demostró su oposición frente a la decisión de sacar al producto del sistema, ya que esto supone no reconocer su valor, ni sus beneficios. Pero la polémica no termina ahí, ya que el aceite de oliva no es el único producto estrella de la dieta mediterránea que sale perjudicado por el Nutri-Score. El jamón ibérico y los quesos españoles, tampoco quedan bien parados. Es por ello que desde la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Queso (Anfaque), integrada en la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), exigen que Consumo revea la situación de ambos productos. 

La preocupación de ambos sectores, no solo tiene que ver con la repercusión que la adopción del sistema pueda tener a nivel local, sino también con el impacto que tendrá en las exportaciones. “Las exportaciones podrían caer un 50%”, estimó el representante de la empresa de ibéricos Sánchez-Romero Carvajal. Cabe señalar que el sector del jamón ibérico exporta más de un 30% de su producción. Asimismo, en los últimos años se han intensificado los esfuerzos para posicionar este producto a nivel internacional. De hecho, entre 2018 y 2020, se ha destinado un presupuesto de casi 6 millones de euros, para una campaña lanzada por la Asici, con el apoyo de la Unión Europea, para consolidar la presencia del jamón ibérico en mercados estratégicos como Francia, Alemania y el Reino Unido. Esfuerzos que podrían quedar perjudicados, en caso de adoptarse el Nutri-Score.

Para evitar que el Nutri-Score dañe la reputación del jamón ibérico, desde Asici han sacado a relucir toda evidencia que permita excluir a este producto del sistema. Para ello, le han hecho llegar a Consumo, estudios del Hospital Ramón y Cajal y de la Universidad de Extremadura que ponen en manifiesto las propiedades cardiovasculares del jamón ibérico. 

El temor, entre los representantes del sector, es que la implantación del Nutri-Score continúe frenando la expansión internacional de los productos ibéricos que ya han sufrido las consecuencias de la pandemia. Según datos de Asici, las exportaciones de estos productos cayeron un 0,3% el año pasado, lo que contrasta con el ritmo de crecimiento del 25% registrado en 2015. Esto explica la necesidad del sector de defender el jamón ibérico y exigir que Consumo reconsidere la decisión de implementar el Nutri-Score, un sistema imperfecto y que no se adecua a la dieta española. 

Mientras en España el debate con respecto al Nutri-Score está enfocado en las excepciones al sistema, otros países europeos han decidido que la evidencia contra el sistema y sus fallos, es suficiente como para dejar de considerarlo como una alternativa válida. Entre ellos se encuentran, Chipre, Grecia, República Checa, Hungría, Lituania, Rumanía e Italia. Este último, ha decidido crear su propio sistema de etiquetado de “baterías”, el NutrInform Battery que busca informar y no castigar. Un sistema que además contaría con el apoyo de la Asociación Española de Denominaciones de Origen y cuya implantación podría resolver las limitaciones actuales del Nutri-Score. 

Es por ello que, tal como lo ha pedido el diputado al Parlamento Europeo, Juan Ignacio Zoido, el Gobierno español no debe “adelantarse e implantar un sistema inadecuado que perjudica a los productos españoles”. En este caso, conviene analizar primero las alternativas disponibles y evitar abogar por un sistema que podría afectar negativamente a sectores clave de la economía española.

El jamón ibérico y el ketchup, al mismo nivel bajo el polémico etiquetado Nutri-Score