martes. 19.03.2024
derma

La dermatitis atópica, también conocida como piel atópica, es una enfermedad inflamatoria y no contagiosa de la piel que afecta sobre todo a la población infantil (afecta a dos de cada diez niños, sobre todo durante los primeros meses de vida), aunque también puede extenderse hasta la adolescencia y la edad adulta.

Es una afección de carácter crónico que se caracteriza por zonas de piel muy seca, enrojecida y con comezón en cualquier parte del cuerpo (en los bebés se da sobre todo en el área de las mejillas) que puede derivar en problemas de salud más graves si no se trata o si se cede al rascado, como infecciones bacterianas, virales y micóticas de la piel.

Debido a su baja gravedad e incidencia, nunca se ha considerado una enfermedad visible o de gran importancia; sin embargo, a menudo las personas que tienen este trastorno disfrutan de una calidad de vida reducida, con molestias permanentes.

En los periodos de fases agudas (cuando la piel tiene excesiva comezón e hinchazón) también puede causar problemas sociales, inseguridades para la persona afectada y una actitud controvertida del resto de la sociedad. Además, el desconocimiento de la población puede llevar a una estigmatización de los pacientes.

Es por eso que cada vez más instituciones y organismos públicos están dando más visibilidad a esta condición de la piel, este es el caso del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, en cuya Unidad de Dermatología se tratan, entre otras patologías de la piel, la dermatitis atópica.

Este próximo miércoles 11 de diciembre, esta Unidad de Dermatología dirigida por el Dr. José Bernabeu acoge la escuela de Atopía para padres y pacientes, en la que los profesionales del propio hospital hablarán sobre la mejor forma de lidiar con este trastorno. Y nada mejor para cuidar a los pacientes con piel atópica que conocer más a fondo esta patología.

Parece que varios factores genéticos y ambientales están involucrados en el desarrollo de la dermatitis atópica. La afección a menudo está asociada con otras enfermedades alérgicas como el asma, la fiebre del heno y las alergias alimentarias. Y parece que si los padres tienen algunas de estas enfermedades, el niño tiene más probabilidades a desarrollarla.

Aproximadamente el 30 por ciento de los niños con dermatitis atópica tienen alergias alimentarias y muchos desarrollan asma o alergias respiratorias. Y es más probable que se produzca una fase aguda o de brote cuando la piel se expone a ciertos factores desencadenantes, tales como productos químicos irritantes; perfumes, fragancias, o colorantes presentes en cosméticos o productos para la piel; polen, moho, ácaros, caspa animal y ciertos alimentos; aire frío y seco; materiales ásperos como la lana; o el estrés.

Aunque la patología no tiene una cura definitiva, se pueden observar resultados positivos al evitar los anteriores desencadenantes, y al mantener la piel regularmente hidratada, pues los expertos concuerdan en que la piel de todos los pacientes muestra una barrera epidérmica dañada.

Aquí tienes más información sobre cómo poder tratar y prevenir los síntomas, aunque hay unanimidad en ello: restaurar la función de barrera epidérmica, algo que se logra mediante el uso de emolientes. Los corticoides tópicos siguen siendo el tratamiento de primera línea para frenar los síntomas de los brotes agudos, pero también se utilizan junto con los inhibidores tópicos de calcineurina para mantener la remisión.

Los medicamentos inmunosupresores no específicos se utilizan en casos graves, pero se están desarrollando medicamentos específicos para modificar la enfermedad. Todavía es necesario mejorar la comprensión de la heterogeneidad de la enfermedad y sus subtipos, el papel de la atopia y la autoinmunidad, los mecanismos detrás de la comezón asociada a la enfermedad, y la efectividad y seguridad comparativa de las terapias, pero con iniciativas como la del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, vamos por buen camino.

Un hospital de Sevilla ayuda a visibilizar la dermatitis atópica