jueves. 28.03.2024
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Una de las vías más importantes para la lucha contra la desigualdad entre los países es el desarrollo de una educación de calidad en todo el planeta. Diferentes organizaciones, entre ellas la UNESCO, abogan por la mejora de la calidad educativa en los países en vías de desarrollo.

Ante un mundo lleno de desigualdades, la democratización de la educación, desde las edades más pequeñas, hasta las formaciones universitarias, permitiría no solo una formación más crítica sobre el entorno, sino también un desarrollo económico que ayudaría directamente a esos países a mejorar su situación.

Romper barreras a través de la educación

A día de hoy, la población analfabeta mundial es de unos 800 millones de personas, de las cuales, dos tercios son mujeres. Una de las primeras barreras que deben romperse es la del desigual acceso de las mujeres desde la educación primaria, hasta la universitaria.

Es evidente que el principal escollo de esta desigualdad es el no acceso de las niñas a la educación primaria. Según cálculos de UNICEF, en 2015 eran más de 100 millones las niñas que ni siquiera accedían a la educación primaria. Esta cifra, se va reduciendo año a año, pero el objetivo marcado de una educación primaria universal, todavía está en camino.

Las causas de que la educación primaria no se haya extendido totalmente son diversas. Ya hemos visto el problema de las niñas, pero también es necesario comprender las dificultades que tienen los niños y jóvenes para acudir a las escuelas. Tener dificultades por la distancia para acceder a la escuela es una de las causas de abandono, pero también la necesidad de las familias de que sus miembros puedan aportar algo a sus economías o ayudar en casa para que otros miembros puedan trabajar.

Un círculo vicioso complicado

La educación es una de las vías para el desarrollo económico de los países más pobres, pero son precisamente estos países quienes más sufren las consecuencias de crisis económica, que provocan flujos migratorios que debilitan aún más a estas economías. Esto repercute directamente en la misma formación del profesorado y esto, unido a los problemas económicos de las familias hace todavía más complicada una educación de calidad, o incluso, que el alumnado supere los ciclos de escuela primaria.

Muchos gobiernos de estos países no inciden en la necesidad de la educación como una vía para el desarrollo económico. Incluso se observa la educación como un riesgo para determinados regímenes políticos. Piensan que la formación crítica del alumnado puede poner en peligro a sus gobiernos y, por ello, no observan la obligatoriedad de asistir a la escuela en sus leyes, o permiten conservar tasas de pago obligatorio para todos los alumnos que impiden con ello que los más pobres puedan acceder a una educación de calidad.

Ejemplos interesantes

Ante todo esto, surgen pequeños rayos de luz. Son muchas las instituciones que se vuelcan en el desarrollo educativo, sobre todo de los más pequeños. Sin embargo, se echan en falta experiencias con estudios de mayor nivel. Por este motivo, la experiencia de la Al Khalifa Business School (AKBS) es muy interesante.

Esta escuela fue fundada en 2019 por el diplomático español Manuel Freire-Garabal y Núñez (Santiago de Compostela, 1995), graduado en Derecho por la Universidad de A Coruña y en Periodismo por la Asociación Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio, entre otras muchas titulaciones.

Su impresionante biografía incluye ser conferenciante y participante en el Foro Económico Mundial de Davos, desde la diplomacia (ejerce de Enviado Especial de la Presidencia de la República de Madagascar) apuesta por el impulso social de varias causas, entre ellas la de la educación, para el progreso en los países en vías de desarrollo.

El papel de la AKBS

La AKBS ofrece una educación superior de postgrado con el objetivo de crear innovación en el aprendizaje empresarial en diferentes áreas de negocio, con programas flexibles que permiten estudiar desde cualquier lugar. Una institución que tambien lleva a cabo donaciones monetarias o de alimentos y que, actualmente, cuenta con 8.600 estudiantes y ha concedido 300.000 becas.

La escuela colabora con diferentes gobiernos mediante la educación, con un modelo basado en la “Democratización de la Educación”, en países como Madagascar, en donde ha concedido becas en emprendimiento y economía. La escuela cuenta con 74 localizaciones internacionales en 38 países y entre los miembros de la junta, destacan altos cargos de Naciones Unidas, ministros, filántropos y presidentes de empresas multinacionales.

Entre su profesorado cuenta con profesionales de las universidades más prestigiosas, como Harvard, Yale o el MIT, incluso con un nominado Premio Nobel de Ciencias Económicas 2021, el doctor Milan Krajnc.

Indudablemente, este tipo de experiencias son importantísimas para romper barreras en el ámbito de la educación. La AKBS, de la mano del Profesor Manuel Freire-Garabajal y Núñez es una de las experiencias más importantes en el ámbito de la democratización de la educación en los estudios más avanzados.

La experiencia ejemplar del Profesor Manuel Freire-Garabal y Núñez en la AKBS