viernes. 29.03.2024

Todos los días escuchamos ante cualquier conflicto político, económico o jurisdiccional, la expresión común:

“Todos debemos respetar las leyes y las sentencias de los tribunales”.

Frases como el imperativo de la ley y la necesidad de su acatamiento forman parte de nuestra vida cotidiana, más últimamente que la vida política y la vida judicial se confunden permanentemente. Por ello, el conocimiento de la legislación, su estudio e interpretación por parte de abogados, fiscales y jueces, es fundamental para nuestra convivencia en paz y libertad. 

Los estudios legislativos, su especialización y cursar un Grado en Derecho requieren de un esfuerzo notable y exigen un profesorado capaz, amante de su profesión docente, e involucrado con los resultados de sus alumnos. Universidades como la Isabel I garantizan tanto la calidad de su enseñanza, como la experiencia y el conocimiento para conseguir salidas profesionales a sus egresados.

La tradición en la ciencia jurídica es clave para entender el elevado nivel de los juristas castellanos.

Remontándonos a la propia reina Isabel I, conocida por todos como Isabel la Católica, podemos comprobar cómo en su testamento plantea la necesidad de compilar y dar a conocer las leyes castellanas. Para el desarrollo de ese mandato póstumo, se creó una comisión formada entre otros por Díaz de Montalvo, natural de Arévalo y autor del “Ordenamiento de Montalvo” de 1484, Lorenzo Galíndez de Carvajal, castellano de Plasencia, y Juan López de Palacios Rubios en Salamanca que recopilaron la amplia actividad legislativa de los Reyes Católicos en las Leyes de Toro, promulgadas en 1505 por las Cortes reunidas en dicha localidad.

Se componen de 83 preceptos o leyes, sobre diversas cuestiones, especialmente de derecho civil, derecho sucesorio, matrimonial, procesal, penal y derechos reales y de obligación.

Dichas Leyes tienen como base fundamental las Ordenanzas Reales de Castilla y Ordenamiento de 1484, que recopilaban las normas vigentes hasta esas fechas en el reino de Castilla, y suponen el primer compendio de Derecho vigente en la monarquía hispánica de la edad moderna.

Por ello es un acierto que la Universidad online Isabel I haya elegido dicho nombre de una de las mujeres españolas más significativas de nuestra historia vinculando tradición con modernidad

En la actualidad, la enseñanza online que ofrece dicha Universidad sitúa al alumno en el centro de su propio aprendizaje, con una metodología innovadora basada en un contacto constante y directo con el profesorado. Actualizar los contenidos formativos a los nuevos tiempos y fundamentalmente a la legislación europea e internacional es una práctica que gracias a las oportunidades que hoy ofrece Internet como nuevo escenario educativo, contribuyendo a generar conocimiento de forma compartida y enriqueciendo los itinerarios formativos de los alumnos. 

Como indica su rector Alberto Gómez Barahona, la Universidad online Isabel I:

“Ha optado por una enseñanza profesionalizadora, que procure a sus alumnos una vinculación efectiva con el mundo laboral y contamos para ello con un equipo docente cualificado y especializado, situado en la vanguardia de los nuevos espacios virtuales de la educación superior”.

Por ello, si buscas emprender tus estudios de Derecho en sus diferentes especialidades, no dudes en valorar esta opción que te posibilita obtener la graduación aprovechando las grandes ventajas de la enseñanza online.

El estudio de las leyes como parte fundamental de la historia