jueves. 25.04.2024
papal

Aunque no fue hasta el siglo XX cuando se popularizó el consumo de tabaco, en el XIX a un monje español se le ocurrió que sería buena idea fabricar papel de fumar cortado y listo para consumir

Cataluña y Valencia se convirtieron en un referente en la fabricación y comercialización de papel de liar

Fumar es una de las pocas cosas que se hacen en prácticamente todos los rincones del planeta. Las formas de fumar, el tipo de tabaco y sus precios han ido evolucionando a lo largo del tiempo y varían en función de los lugares: en algunos predomina el tabaco industrial, en otros el de liar, y en otros se echa mano de la pipa o de la cachimba. Para gustos, colores, pero de todas las modalidades hay una que esconde una interesante historia: la del papel de liar.

Hoy en día en los estancos abunda el papel de liar de todos los colores y tamaños, pero ¿cuándo empezó a usarse? Se cree que la fabricación de este suministro en Europa comenzó en Valencia en el siglo XII, después de que los musulmanes lo aprendiesen de los chinos y lo trajeran aquí. En aquel momento el papel se hacía principalmente con cáñamo, pero también podía usarse tela reciclada de la ropa, algodón o cualquier cosa con fibra. Este papel fue perfecto para fumar, varios siglos más tarde, el papel que llegaba de América y que era inviable fumar en las propias hojas de la planta tabaquera.

Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando comenzó a fabricarse un papel blanco que estaba exclusivamente pensado para fumar. En ese momento el papel era grande y cada fumador/a podía cortarlo a su gusto. Algunas de las marcas que comerciaban papel en España por aquel entonces eran Bambú, Pay-Pay, Carabela o Marfil, cuyos envoltorios se han convertido en auténticos objetos de coleccionista y pueden adquirirse hoy en día a través de subastas. Finalmente, en el siglo XIX, a un monje se le ocurrió estandarizarlo y venderlo ya cortado, una fórmula que perdura hasta el día de hoy.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que el hábito de fumar es algo relativamente reciente en Europa, aunque nos parezca algo que lleve haciéndose desde el inicio de los tiempos. En España a principios del siglo XX la demanda de tabaco creció exponencialmente y también las empresas que lo fabricaban, ubicadas principalmente en Valencia y Cataluña. Pero no fue hasta después de la I Guerra Mundial cuando se convirtió en un producto de uso masivo.

Ahora muchas marcas apuestan por realizar papel de liar ecológico y 100% natural, mucho más respetuoso con el medioambiente que los cigarrillos industriales. Además, el bajo coste económico de fumar tabaco liado en lugar de comprar cajetillas industriales ha hecho que cada vez se popularice más esta fórmula. Actualmente algunos de los más populares son sin duda los papelillos de OCB; el ZigZag, compuesto de una mezcla de cáñamo y lino; el Rizla Azul, que destaca por su gran tamaño, y el Raw, uno de los más respetuosos con el medioambiente.

La curiosa historia del papel de liar