martes. 19.03.2024
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La figura de los Administradores de fincas en Madrid es muy desconocida por muchos propietarios. Además, y esto es algo positivo, suele pasar desapercibida. Cuando esto ocurre es porque todo está en regla en la comunidad de propietarios y no existe ninguna alteración o problema o subsanar.

¿Qué tareas asume bajo su responsabilidad de fincas?

Este profesional se encarga de la gestión de todos los asuntos legales que son necesarios para mantener y gestionar una comunidad de vecinos de una propiedad horizontal. Sus tareas están determinadas por el Real Decreto 693/1968, de 1 de abril, por el que se crea el Colegio Nacional de Administradores de Fincas y se disponen las principales obligaciones de este profesional. La terminología administrador de fincas solo puede ser utilizada por profesionales colegiados en esta entidad, lo que indica la concreción de este proceso.

Por lo general, los administradores son profesionales del Derecho, pero pueden acceder a esta profesión desde otras ramas del conocimiento. Una de sus obligaciones principales es actuar como órgano de gobierno de los bienes en posesión de la comunidad de propietarios. Además, entre sus tareas está también la de sacar el máximo partido posible a esos bienes en materia de rendimiento.

La ley de Propiedad Horizontal establece literalmente en su artículo 20 lo siguiente:

El administrador de fincas deberá velar porque los servicios que tenga contratados el edificio, como la limpieza, funcionen correctamente, realizará los presupuestos en base a datos reales de gasto que tuvo la finca el año pasado incrementados en el IPC o con la previsión de gastos que corresponda en cada caso y tendrá un papel importante en las reparaciones que necesite el edificio.

Este último punto es importante porque su lectura da lugar a interpretaciones. Es el propio administrador el que puede encargar las reparaciones con motivo de urgencia, pero posteriormente deberá dar parte al presidente de la comunidad o a la Junta de propietarios. Si las reformas no son urgentes, no se puede dar ese paso sin la aprobación de la Junta.

Una figura con respaldo legal y con capacidad de ofrecer consensos

Las comunidades de propietarios tienen su propio órgano de gobierno, la Junta directiva. Sin embargo, la presencia del administrador de fincas actúa como ese agente externo encargado de poner orden, aclarar las dudas y ofrecer recomendaciones a los propietarios

Una de sus funciones es velar por el buen régimen de las instalaciones y los servicios de la finca. Debido a que su nexo de contacto con la comunidad es el presidente de la comunidad, es importante que exista una relación fluida o amable entre ambas figuras.

No debemos olvidar tampoco que otra de sus tareas a realizar es descifrar cada año el plan de gastos anuales de la comunidad. En las reuniones de propietarios actúa ejerciendo la figura de secretario, prepara y se encarga del acta y refleja todos los acuerdos y las decisiones de los órganos de gobierno.

Aunque a priori parece que el administrador de fincas solo se preocupa de los elementos comunes en el edificio, su importancia va más allá de todo eso. El aspecto económico es uno de los más relevantes, pues su gestión determina en gran medida la salud monetaria de la comunidad y la posibilidad de iniciar acciones encaminadas a mejorar la convivencia y la habitabilidad en el edificio.

Solventar los conflictos entre propietarios

La buena gestión de los edificios va unida a la presencia y al buen hacer de los administradores de fincas colegiados. Adoptar medidas adecuadas para conservar los bienes y el funcionamiento de los servicios aportando opinión profesional sobre las tareas de reparación a ejecutar y las obras urgentes es una de sus tareas.

Asimismo, otra de sus funciones es controlar los problemas de morosidad en la vivienda. Cuando un propietario no está al corriente de las obligaciones de pago, el administrador es la figura encargada que presta asesoramiento a la Junta y a los vecinos para poner solución a esa situación. Lo recomendable es que todo se ejecute de manera amistosa entre los propietarios, es decir, se vayan saldando las deudas poco a poco, pero en caso de que no haya voluntad, se puede acudir a la vía judicial.

Estos profesionales son el apoyo en las comunidades para garantizar una convivencia pacífica y rentable, de modo que la habitabilidad sea lo más óptima y económica posible, pero sin renunciar a la calidad de vida.

Conoce las tareas de un administrador de fincas