jueves. 28.03.2024
turismo medio ambiente

Junto a la interdependencia entre el turismo y los servicios ecosistémicos del medio, las ciencias sociales, cada vez más, tienden a interpretar el turismo como un fenómeno que atraviesa las esferas socioculturales más básicas

Pablo Díaz Rodríguez | La relación entre turismo y medio ambiente es extremadamente controvertida. Además de los aportes básicos del medio (agua, alimentos, energía,…), propios de cualquier actividad productiva, la importancia otorgada a playas, ríos, paisajes o espacios protegidos en la oferta turística global, muestran la dependencia directa del sector turístico con el ambiente.

Junto a la interdependencia entre el turismo y los servicios ecosistémicos del medio (culturales, de regulación o de abastecimiento), las ciencias sociales, cada vez más, tienden a interpretar el turismo como un fenómeno que atraviesa las esferas socioculturales más básicas (económicas, ecológicas, simbólicas, etc.). Un hecho social total, estructurado y estructurador de significado, producto y productor de modos de vida, que incide, entre otras cosas, en la orientación de la mirada y la representación del medio, afectando a las relaciones con el entorno.

La segunda edición del Congreso de Sociología y Antropología del Turismo celebrada en Alicante el 1 y 2 de marzo ha constituido un foro de encuentro fundamental en el que las personas expertas o conectadas de algún modo a la sociología y la antropología del turismo pudieron compartir sus experiencias, reflexiones y hallazgos acerca de los fenómenos sociales y culturales que envuelven al hecho turístico.

Entre los diferentes grupos de trabajo, el Dr. Antonio Aledo (Universidad de Alicante) y el Dr. Pablo Díaz (Ostelea School of Tourism & Hospitality), coordinaron la mesa de ‘Turismo y medio ambiente’, en la que se reflexionó acerca de las relaciones turístico-ambientales. Con una estructura novedosa en la que se primó el debate frente a las exposiciones individuales, la mesa dio pie a un diálogo productivo donde se enlazaron múltiples enfoques: evaluación de los impactos bidireccionales entre turismo/ambiente, presentación de fórmulas de gestión, o la indagación sobre los significados culturales que legitiman y sustentan las diferentes propuestas de interrelación de ese binomio.

Este tipo de estudios se muestran esenciales en la gestión y potenciación de un turismo de corte más cultural que garantice el mantenimiento de las actividades productivas históricas conformadoras del paisaje

Entre las ponencias, se hizo hincapié en la ineficaz gestión socioambiental de muchos de los Espacios Naturales Protegidos del Estado español donde, abanderando un discurso obsoleto de sostenibilidad, se acaban primando determinados aspectos biofísicos icónicos frente a la conectividad socioecológica del territorio.

El trabajo presentado por miembros de los equipos ADAPTA (Universidad Complutense de Madrid) e IDITUR (Ostelea) fue buena muestra de estas críticas al modelo hegemónico de conservación ambiental. Centrado en el Valle del Lozoya (parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en Madrid, además de otras figuras de protección), el estudio analiza su evolución socioeconómica y territorial entre 2007 y 2017, dando a conocer el marcado desacoplamiento socioecológico ocurrido por la pérdida de usos históricos y de la ruralidad de la sociedad local. Estos procesos implican una afección a la morfología del paisaje, así como impactos negativos para la conservación de sus valores ecológicos (matorralización por pérdida de prácticas ganaderas, peligro de incendios estivales, etc.).  Además, detecta que actualmente los visitantes valoran el paisaje rural peor que hace una década, frente al aumento de sus preferencias por un entorno aparentemente menos marcado por la presencia humana. Los resultados indican cierta ineficacia en el manejo de un paisaje cultural patrimonializado incluido en categorías de protección institucionalmente reconocidas como ‘de alto valor ecológico, natural y cultural’.

Este tipo de estudios se muestran esenciales en la gestión y potenciación de un turismo de corte más cultural que garantice el mantenimiento de las actividades productivas históricas conformadoras del paisaje, compatibilizando la conservación responsable y el desarrollo económico de las poblaciones locales.


Pablo Díaz Rodríguez | Profesor e Investigador en Escuela Universitaria de Turismo Ostelea

Nuevas herramientas para la gestión de espacios naturales protegidos
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