jueves. 28.03.2024
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Todos deberíamos sentirnos identificados con el personaje mitológico de David cuando se trata de luchar contra un Goliat como este. ¿Es aceptable que se experimente con nuevas técnicas de extracción de petróleo en un área que acoge la mayor reserva de biomasa marina del Hemisferio Sur, y en donde el 85% de sus especies no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra?

La costa Sur de Australia es escarpada, árida, agreste, pero muy hermosa. El clima es caluroso y seco. Sin embargo, el agua es fría y está llena de vida. Las olas en esta zona pueden ser excepcionales, con tramos de costa que brindan innumerables rompientes que explorar y en las que reina la soledad. Un entorno hostil en el que los australianos han aprendido a vivir. Pero está zona de Australia está ahora en peligro.

La antigua multinacional noruega Statoil, ahora bajo el nombre de Equinor, ha presentado una solicitud al gobierno de Australia para realizar prospecciones en las aguas de la Gran Bahía Australiana con el objetivo de extraer petróleo. Equinor, propiedad en un 70% del gobierno de Noruega, es una de las compañías petroleras más grandes del mundo. Opera en 30 países y emplea a 20.000 personas. 

En 2017, Equinor se convirtió en la propietaria de los permisos de exploración que cubren una superficie de 12.000 kilómetros cuadrados en el Océano Austral. Si el Gobierno otorga a Equinor el permiso para iniciar los trabajos, los daños en los frágiles ecosistemas marinos locales comenzarán y los riesgos de futuros derrames de petróleo aumentarán. 

Las gentes de la zona se han unido en contra del proyecto en el colectivo ‘Fight for the Bight’. Su esperanza es que la creciente valoración de los espacios naturales y la mayor preocupación de la sociedad por la contaminación y el calentamiento global, ayuden a que su causa llegue a la sociedad del país en el que Equinor tiene su sede: Noruega.

En Noruega, ensayos sísmicos similares que se iban a realizar cerca de las islas Lofoten se han suspendido. Las razones: las mismas por las que los australianos están luchando para que no tengan lugar en sus aguas. Este tipo de ensayos aumentan muy considerablemente el riesgo de daño sobre el fitoplancton, que es la base de todo el ecosistema, y que de verse dañado, tendría efectos inmediatos sobre las ballenas, las focas, los delfines y todas las especies de peces. 

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Hace unas semanas, Equinor anunció su intención de seguir adelante con el proyecto e hizo público un borrador de su plan ambiental. Sus 1.500 páginas evidencian que en caso de derrame se producirá la destrucción total de los ecosistemas.

En apoyo a Patagonia Australia y Fight for the Bight, en Libros del Océano y desdelacroa queremos difundir su mensaje en Europa, con el objetivo de que la voz de los australianos llegue al gobierno de Noruega y a su sociedad.


 

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