jueves. 28.03.2024

Ecologistas en Acción publica la versión en castellano de ‘¿Es la soja el nuevo aceite de palma?’, un estudio de Transport & Environment elaborado por Cerulogy en el que se analizan los datos más recientes sobre la expansión de la producción de soja, con especial atención a los países de América Latina. De acuerdo al estudio, el consumo europeo de aceite de soja podría aumentar de dos a cuatro veces de aquí a 2030 en comparación con el que se usa actualmente. Una extensión del área deforestada de bosques tropicales y humedales mayor que la ciudad de Londres.

Hasta 38 millones de toneladas de CO2 adicionales podrían ser emitidas en 2030 si no se toman medidas reguladoras en Europa para catalogar el aceite de soja como materia prima insostenible.

La demanda del aceite de soja podría cuadruplicarse en Europa debido a la política de biocombustibles de la Unión Europea (UE), según un nuevo estudio publicado por Transport & Environment (T&E). El monocultivo de la soja es una de las principales causas de la deforestación de biomas de gran importancia como la Amazonía, la sábana El Cerrado y El Chaco ubicados en América Latina.

El biodiésel de soja es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero después del biodiésel de aceite de palma. Ahora que en Europa se prevé una disminución gradual del uso de biodiésel de palma como consecuencia de la normativa aplicada por la UE, existe el riesgo de que la soja ocupe ese espacio.
Según el estudio, el consumo europeo de aceite de soja podría aumentar de dos a cuatro veces de aquí a 2030, provocando la extensión del área deforestada de los bosques tropicales y humedales, mayor que la ciudad de Londres. Esto se debe a que la legislación de la UE exige a las empresas petroleras mezclar biocombustibles supuestamente "sostenibles" con combustibles fósiles para hacer los coches más limpios y, por ende, reducir las emisiones del sector transporte. 

La promoción y el uso de biocombustibles basados en cultivos provoca la expansión de la frontera agrícola, ya que se necesita más suelo de cultivo para satisfacer los dos mercados principales: el alimentario y el de los combustibles. Además de las consecuencias en el precio de los alimentos, se puede producir una expansión de las tierras agrícolas a costa de zonas naturales ricas en reservas de carbono. 

Rosalía Soley, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado: “La normativa de la UE no tiene en cuenta la expansión indirecta y los efectos de esta. Al tener en cuenta estos efectos, la mayoría de los biocombustibles que se usan en Europa presentan emisiones de gases de efecto invernadero muy elevadas, principalmente los casos de los aceites de palma, soja y colza”.

Más de una décima parte de la reciente expansión de la soja puede estar relacionada con la destrucción de bosques y otros sumideros de carbono. Esta cifra es más alta de lo que se pensaba y supera el umbral más allá del cual la Comisión Europea considera que un cultivo de biocombustibles es insostenible.

En palabras de Cristina Mestre, coordinadora de biocombustibles de Tranport & Environment: "Las importaciones de soja causarán una deforestación a escala épica si no modifica la normativa de combustibles verdes de la UE. Sin embargo, hay una solución muy simple. La Comisión Europea debe catalogar como insostenible el biodiésel de soja igual que pasó con el de palma. De lo contrario, la soja corre el riesgo de quebrar los planes climáticos de Europa".

Hasta 38 millones de toneladas de CO2 adicionales podrían ser emitidas para el 2030 si no se toman medidas reguladoras en Europa para catalogar el aceite de soja como materia prima insostenible, según el estudio. Si bien la Comisión Europea ha decidido eliminar gradualmente el uso de biodiésel de palma solo entre 2023 y 2030. Francia e Italia han señalado que pondrán fin al apoyo al biodiésel de palma y de soja antes.

La demanda europea por el aceite de soja podría cuadriplicarse