jueves. 28.03.2024
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La contaminación por plástico nos sale muy cara, tanto por la degradación de ecosistemas como por el dinero público invertido en la gestión de residuos. Esto cambiaría si las empresas se hiciesen cargo de los envases que ponen en el mercado, ellas son las verdaderas culpables. El plástico de usar y tirar inunda cada rincón del planeta. ¿Cómo podemos cambiar esta situación?

Parece que ya nos hemos acostumbrado a los paisajes urbanos y naturales salpicados por plásticos y latas. Cada vez que salimos de casa nos encontramos una lata, una botella o un envoltorio de plástico tirado por la calle, pero ya casi ni los vemos, es como si se hubiesen transmutado en mobiliario urbano. Haz la prueba. Mira de manera consciente, no te será difícil percatarte de la cantidad de basura que nos encontramos a cada paso.

Por lo general, las culpas siempre recaen en la ciudadanía, que desde luego parte tenemos, pero no podemos olvidar el origen del problema: el uso indiscriminado de plástico para cualquier producto. Y de esto, la responsabilidad principal es de las empresas.

Cada año se vierten a los océanos 9 millones de toneladas de plástico

Este hecho, el que las empresas decidan utilizar envoltorios plásticos en todos y cada uno de sus productos, incluso de forma totalmente inverosímil e innecesaria, acarrea unos costes para la ciudadanía completamente injustos. Ya es de sobra conocido que cada año se vierten a los océanos 9 millones de toneladas de plástico. El problema solo se solucionará, si las empresas cambian sus conductas y dejan de utilizar plásticos de usar y tirar.

En el momento en el que las empresas ponen un alimento o producto en el mercado deben responsabilizarse de la gestión de los residuos que puedan generar. Sin embargo, con el sistema actual de gestión, las grandes empresas pasan de puntillas a la hora de cumplir con este deber. Por ejemplo, la recogida de los residuos abandonados en nuestras calles corre a cuenta de nuestros bolsillos como contribuyentes, no de esa empresa que ha puesto los plásticos en el mercado, y que se está beneficiando económicamente del consumo de ese producto. A nosotros y nosotras solo nos queda “disfrutar” de esos paisajes y rincones con brochazos de basura, que degrada nuestro medio, y, mientras, nos roban el dinero de nuestros impuestos para limpiar nuestro entorno, cuando ese gasto tendría que estar cubierto por las empresas.

Las marcas que más contaminan con plásticos

A lo largo de estos meses, numerosos colectivos hemos realizado recogidas reivindicativas con el fin de averiguar qué empresas son las que más ensucian nuestros entornos. Desde Break Free From Plastic se publicó un estudio en que quedaba reflejado cuáles eran las multinacionales más contaminantes, Coca-cola, Pepsi-co o Nestlé. En las recogidas en España, nuestr@s activistas encontraron sobre todo residuos de Mahou.

Los sistemas de gestión actuales responden supuestamente al deber de las empresas de hacerse cargo de los residuos que generan. Sin embargo, la aportación de las empresas no se corresponde en su totalidad con los costes, siendo más reseñable el caso del contenedor amarillo. El coste que asume el sistema se corresponde con el material recogido en el contenedor, pero el sistema de contenedores tiene carencias que tienen que asumir (injustamente) las arcas municipales, como los residuos impropios que se depositan en el contenedor amarillo, o los envases que se depositan en otros contenedores o papeleras, así como los envases que se abandonan, en el mejor de los casos recogen los sistemas de limpieza viaria municipales.

Las empresas deben resposabilizarse de sus envases

Por este motivo, se ha empezado a hablar de “extender la responsabilidad ampliada del productor”, para que las medidas que adopten las empresas sean capaces de responder al problema de plásticos en entornos terrestres y marinos y de cubrir todos los costes que la ley exige a los envasadores. Un ejemplo es en la recientemente aprobada Directiva de Plásticos de un Solo Uso, en la que se exige a los envasadores hacerse cargo de la limpieza de zonas naturales en las que se abandonan envases, aunque siempre se deberán priorizar la reducción, así como sistemas que eviten el abandono de residuos como el sistema de retorno de envases.

Desde luego también ayuda que tú también puedas llevar a cabo cambios en tus hábitos, pero es necesario que entre todos y todas presionemos a empresas y administraciones. Gracias a esta presión ya estamos consiguiendo por ley que se reduzcan los plásticos de un solo uso y que las empresas se responsabilicen cada vez más de la gestión de residuos. Si quieres ser agente de cambio con #OperaciónPlasticOff ¡apúntate aquí!

Fuente: Amigos de la Tierra


 

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