jueves. 18.04.2024

Francisco Diaz Tendero | Ante la sorprendente noticia que nos ha asaltado estos días, sobre la obligatoriedad de convertir todo, (o, al menos, toda la gama "ligera" del automovilismo), a la tracción eléctrica, se nos agolpan en la mente, toda una serie de ideas, (acumuladas durante casi toda una vida dedicada a la tecnología); que plantean muchas dudas, sobre la viabilidad del asunto. Mucho más, si tiene que ser de una forma drástica, y a fecha fija.

Nos ha sorprendido, que en el alto nivel del que proceden estas normas, no se hayan tenido en cuenta algunas consideraciones, que nos parecen elementales. Aunque, (quizá), sea, que se ha preferido no mencionarlas...Dificultades, que son muy conocidas; al menos desde principios del siglo pasado. Como mencionaremos, al repasar algunos "hitos históricos" del asunto, que nos vienen a la memoria, "a bote pronto"; y sin pretensiones de exhaustividad.

 Aquí, intentaremos "pasar revista", (por encima), a algunas de ellas. Y, al final "divagaremos" un poco sobre las posibles "causas reales" del fenómeno.

Advertimos que lo que sigue tiene "cierto carácter técnico"; lo que puede dar lugar a problemas de comprensión a personas no familiarizadas con la electricidad. Lo sentimos, pero no encontramos otra forma de explicarlo. De todas maneras, intentaremos que estas notas sean comprensibles.

Inconveniente principal: 

No existe hasta el momento, (que sepamos), ningún método de almacenamiento de energía que permita la misma "densidad", (cantidad de energía por unidad de peso, o de volumen); que la que proporcionan los combustibles orgánicos líquidos. Gasolina, gas-oil, queroseno, etc… Esto quiere decir que:

Ninguna batería, almacena tanta energía, (en kW·hora, en Cv·hora, o en calorías), por litro de volumen; o por kilogramo de masa, como si lleváramos este volumen ocupado por uno de los combustibles citados.

Lo que significa que para tener la misma autonomía, el coche tiene que llevar mucho más volumen, (y peso), ocupado por la batería, que si llevara la misma reserva de energía, (y por tanto de kilometraje), en un depósito de combustible líquido.

Por no citar que el depósito, (en sí), es mucho más ligero, como "Tara", y mucho más barato de compra y de sustitución. Además de que esta no suele ser necesaria en toda la vida del coche; salvo accidentes.

Lo que no es tan seguro con la batería, que tiene un número de recargas limitado, a lo largo de su vida útil en la que va perdiendo capacidad con el tiempo hasta llegar a la necesidad de reposición que no es barata alcanza un porcentaje considerable del precio del coche.

Se puede argumentar que las modernas baterías "de Ion-Litio", son mucho mejores. Y, es cierto: si las comparamos con las clásicas "de plomo". Pero de todas maneras "se quedan muy cortas"; comparadas con los combustibles...

Una esperanza para el futuro es que, según hemos leído hace algún tiempo se están haciendo experimentos con nuevos diseños, (de baterías), basados en "grafenos".

Estos "grafenos", son capas finísimas, (de un solo átomo de espesor), de carbono cristalizado en el sistema "regular"; es decir capas ultrafinas de diamante... Lo que "se supone" que permitiría hacer baterías mucho mejores. Pero no sabemos cómo anda esta investigación.

Como quiera que sea: Esto, por ahora, solo es un "futurible"...

Inconvenientes secundarios:

PROBLEMAS de recarga:

El más evidente, (y molesto), es el "tiempo de recarga". Ninguna batería actual tiene un tiempo de recarga, (ni siquiera aproximadamente parecido), a lo que se tarda en rellenar un depósito de combustible.

Además de lo anterior: la recarga no puede hacerse con métodos "de circunstancias". La clásica "petaca" de reserva que puede llevarse en el maletero cuando se va a viajar por un territorio poco habitado donde es probable que no haya muchas estaciones de repostaje normal

PELIGROS en la "recarga rápida":

Menos evidentes para la población en general, (pero preocupantes para los electricistas), son los peligros de accidente en la propia batería...

Se habla de "cargadores rápidos"... Esto significa, mucha más intensidad de corriente. Es decir: entran más "electrones" por unidad de tiempo. Estos, al entrar "rozan", y producen calor, (que hay que disipar); para que no suba mucho la temperatura que es lo que produce averías las cuales, (a su vez), pueden producir más calor; y, tan rápidamente que pueden causar incendios, o explosiones...

Si una batería que "normalmente" debería cargarse en unas OCHO HORAS, (lo que sería gran parte de la noche); la cargamos en VEINTE MINUTOS, (mientras desayunamos en la cafetería de la "Electrolinera") le estamos metiendo una intensidad unas VEINTICUATRO veces superior. Lo que significa mucho aumento en la producción de calor que habrá que ver como lo disipa, si puede... Y, hasta qué grado puede deteriorar la batería, acortando su vida.

Si se llegara a producir un cortocircuito entre los elementos internos, (causado por el sobrecalentamiento de una carga excesivamente rápida); quizá, podría significar incendio, o explosión. Habrá que ver si todas las baterías aguantan este tratamiento; y durante cuantas veces, sin deteriorarse.

Podría darse, algún caso parecido, al de algunos teléfonos móviles, recientemente... Pero en una escala verdaderamente peligrosa.

TIEMPO LLUVIOSO:

Tampoco está claro, como se comportaría un tal sistema en el caso de inundación. La batería suele ir en los bajos del coche, para que su gran volumen no robe espacio útil y su alta masa no desequilibre el vehículo; sobre todo en las curvas.

Pero si el coche se ve inundado en los bajos, (como suele ocurrir en las épocas de lluvias torrenciales), el agua podría causar un cortocircuito externo, "en bornes". Lo que puede ser gravísimo; hasta la explosión...

Otros problemas, ECONOMÍA:

 Hasta el momento, y desde el punto de vista del usuario: un "coche eléctrico", viene a costar el doble de su equivalente "clásico". Sin que se le vea ninguna ventaja practica evidente. Y, sí bastantes motivos de preocupación cuando no la imposibilidad practica de su uso. Simplemente, (como en el caso del que escribe), porque su vivienda no tiene un garaje, (ni siquiera colectivo). Donde poner una estación de recarga, aunque sea lenta, para dejarlo cargando toda la noche...

Y, esto, no es un caso raro en este país. Prácticamente todas las viviendas "de bloque", construidas antes de los años 80's no tienen garaje en el sótano... Como mucho: una zona ajardinada alrededor, que sirve de aparcamiento. Hasta donde cabe...

Eran viviendas "sociales", construidas para absorber la población rural que estaba huyendo de la miseria de los pueblos; y, no se pensó que iba a tener coche algún día...

El que escribe se dio cuenta, (a finales de los 50's; cuando el estado, (de entonces), se llenaba la boca de satisfacción con su "Plan Nacional de la Vivienda"); de que esto iba a causar problemas gravísimos más adelante cuando se hiciera algún "Plan Nacional del Automóvil".

Este "Plan", nunca se hizo oficialmente; pero el resultado fue el mismo. Desde finales de los 60's, o principio del decenio siguiente, (la "clase baja"), empezó a poder tener coche. Y, surgió el problema, que algunos habían supuesto que nunca llegaría.

El problema sigue y agravado. Hay urbanizaciones enteras que tienen que dejar el coche en la calle... ¿Como se puede convencer a esa gente de las ventajas de "lo eléctrico"?

Lo anterior genera un problema TÉCNICO relacionado:

¿Qué pasa si el coche lleva mucho tiempo aparcado y pierde la carga de la batería?... Al menos en el nivel suficiente como para no poder ser conducido hasta el próximo punto de recarga suponiendo que esté cerca. No queda el recurso de "la petaca", y el "empujón"... Habrá que pedir ayuda exterior. Y, para hacer una recarga mínima se necesitará, probablemente un generador con motor térmico...

Otro problema ECONÓMICO:

¿Cuánto durará la batería?... Lógicamente dependerá del tiempo, del uso y del trato que reciba. En algunos casos, se garantiza por unos cuatro años... Y, el recambio cuesta entre 4, y 6.000 euros. Esto viene a ser la mitad, (o más), de un coche pequeño "clásico"... ¿Se habrá amortizado con el ahorro del combustible?... ¿Habrá suficiente "normalización", para que cuando la necesitemos, todavía se siga fabricando el mismo modelo, o uno compatible...? O... ¿Se pretenderá que compremos un coche nuevo, cada poco tiempo...?

Se puede seguir el análisis por este camino... Pero lo dejaremos aquí...

Para efectos prácticos: El coche eléctrico sirve, principalmente, para el trayecto fijo, "de casa al trabajo, y vuelta", en el día.

Para tener seguridad de un transporte seguro e independiente, sigue siendo necesario tener, además, otro coche "clásico". Y, esto, seguirá siendo así durante mucho tiempo.

Otro, problema, de mayor cuantía aun, MANTENIMIENTO y APOYO:

Este es, un problema, para las EMPRESAS de suministro de energía. Se ven en la necesidad de hacer una inversión enorme en "Puntos de Abastecimiento". Calculan por encima de 60.000 Euros cada uno...

Esto implica reforzar la instalación eléctrica de toda la Estación de Suministro. Lo que significa: línea de abastecimiento, y transformadores más potentes.

Amén de los "Puntos de Conexión"; aunque no se dice cuántos. Pero, tendrán que ser bastantes, teniendo en cuenta que cada coche que llegue a hacer una carga, "casi-completa", necesitará, al menos unos 20 minutos. Así que no podrá atender a mucho más de tres o cuatro coches por hora; media docena, suponiendo que la mayoría no haga más que cargas parciales...

Todo lo anterior necesitará mucho espacio de aparcamiento en el recinto interior de la "Electrolinera;, para poder mantener los coches conectados tanto tiempo. Si ya, con la carga de gasolina, (que tarda mucho menos), hay colas algunas veces. ¿Qué nivel de atasco puede esperarse...?

Tampoco nos han hablado, de la sobrecarga de la red eléctrica. Aunque se dice que la red actual "va sobrada"; habrá que presentar cálculos. Suponemos que ya se habrán hecho porque no son muy difíciles para una estimación aproximada.

Basta con acudir al "Principio de Conservación de la Energía", sabiendo lo que se consume, actualmente, de combustibles y aplicando coeficientes...

Ni tampoco sabemos si se han evaluado las consecuencias de un corte generalizado por accidentes graves, como el derribo de torres por tormentas...  Esto podría paralizar los transportes de toda una comarca... Incluso los de urgencias...

Lógicamente las empresas se niegan a estas inversiones que, de momento, no van a ser rentables... Y, en el fondo, nadie puede tener la seguridad de que lo sean alguna vez...

Continuamos en una segunda entrega…

Consideraciones sobre el coche eléctrico