jueves. 25.04.2024
Región amazónica de Ecuador.

Beatriz Felipe Pérez | Los impactos del cambio climático ya se están sintiendo en todo el planeta. Este verano hemos sido testigos de temperaturas que han superado récords históricos. La Organización Meteorológica Mundial alertaba de que en el mes de julio de 2019 se habían igualado las temperaturas globales de julio de 2016, el mes más cálido del que se tenían datos hasta el momento y que, incluso, podían haberse sobrepasado. En este mismo verano hemos sentido las consecuencias de este calentamiento de diversas formas. El huracán Dorian, por ejemplo, dejó consecuencias nefastas a su paso, sobre todo en las Bahamas y en la India se sufrió una de las peores olas de calor de la historia.

Ecuador no es -ni será, a corto y largo plazo- ajeno a los impactos del cambio climático. En este país, las temperaturas podrían llegar a elevarse 2°C hasta finales de siglo y, en la región amazónica, el incremento podría ser superior. Ante esta amenaza, el Gobierno Autónomo Descentralizado Provincial de Orellana, ubicado en una de las provincias amazónicas del país, consideró relevante capacitarse y conocer cuál era el estado de la cuestión para, más adelante, poder incluir consideraciones climáticas en su propuesta de Planificación de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDyOT). Para ello, junto con la Asociación Catalana de Ingeniería Sin Fronteras (ISF Cataluña), se comenzaron a organizar actividades de capacitación e investigación que permitieran entender las dinámicas climáticas en la provincia, así como la percepción que tenía la población al respecto.

Los lamentables incendios en distintos puntos de la cuenca amazónica que han tenido lugar este verano y que aún siguen activos en algún caso indican la crueldad de los impactos de la deforestación y la importancia de contar con políticas públicas que promuevan la protección ambiental

Tras realizar entrevistas y talleres con grupos focales en el verano de 2018, se llegó a la conclusión de que a la población de Orellana le preocupan los impactos del cambio climático. En general, han percibido modificaciones en los patrones de la temperatura y de la precipitación. En relación con las temperaturas medias, la mayoría de las personas considera que han aumentado. Esto se ha visto corroborado por el análisis de los datos de las estaciones meteorológicas a los que se tuvo acceso.

Una de las conclusiones de la investigación está relacionada con los impactos de la deforestación. Los datos de dos de las tres estaciones meteorológicas analizadas indican que las precipitaciones medias están aumentando por encima de lo habitual, lo que guarda consistencia con las tendencias regionales, mientras que en una, están disminuyendo. Esta estación se localiza en un área tremendamente deforestada en la que se ha eliminado la vegetación original para sembrar grandes monocultivos de palma, lo que demuestra la fuerte influencia de las actividades humanas en el clima.

Los lamentables incendios en distintos puntos de la cuenca amazónica que han tenido lugar este verano y que aún siguen activos en algún caso indican, por un lado, la crueldad de los impactos de la deforestación en un ecosistema de tanta importancia para la regulación del clima mundial como es la Amazonía y por otro, la importancia de contar con políticas públicas que promuevan la protección ambiental.

Así, aunque esto concuerda con otro de los resultados de la investigación llevada a cabo en Orellana, en que la mayoría de la población considera que las instituciones gubernamentales deben ser las encargadas de liderar las tareas de adaptación y mitigación al cambio climático, se ha de tener en cuenta la relevancia del papel de las personas, individual y colectivo, a través de organizaciones y movimientos sociales, como agentes de cambio. En esta región ecuatoriana, la degradación ambiental lleva tantos años presente en forma, sobre todo, de contaminación hidrocarburífera, que puede entenderse que las personas sientan cierta impotencia al pensar en hacer frente al cambio climático.

En ISF Cataluña formamos parte de Rebelión por el Clima 2020 y consideramos que si bien no  hemos de olvidar nuestra propia responsabilidad como consumidores y consumidoras, es indispensable seguir presionando a las instituciones, públicas y privadas, y a todos los niveles, para que de una vez por todas se haga frente –seria y eficazmente- a la emergencia climática global que estamos viviendo. La huelga mundial del pasado 27 de septiembre, así como las incontables actividades de acción no violenta que se están desarrollando estos meses a lo largo de todo el planeta, van en este sentido. Creemos que no se trata de una crisis ambiental independiente, sino sistémica, que afecta a todas las esferas de la vida en el planeta. En el Antropoceno –término que determina que vivimos en una era dominada por las acciones humanas- la solidaridad y la rebelión (siempre feminista) ante las injusticias que presenciamos es esencial.

Beatriz Felipe Pérez | Enginyeria Sense Fronteres - Tarragona

El cambio climático en la Amazonía ecuatoriana: efectos locales, retos globales