martes. 19.03.2024
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Las mujeres víctimas de los crímenes machistas superan con mucho a los asesinados por terroristas en las cuatro últimas décadas

En los últimos días del año, los medios publican resúmenes anuales de agresiones y asesinatos de mujeres junto con promesas de acabar con la violencia machista. Pero año tras año las mujeres son asesinadas por parejas y exparejas masculinas y hasta la fecha nunca son menos de cincuenta asesinadas anuales. En 2017, además, han sido asesinados ocho menores porque los asesinos maltratadores han querido causar así el mayor dolor a las madres, como ha dicho alguno de esos miserables feminicidas.

Mal año. Como casi todos desde que se registran los feminicidios hace casi medio siglo. En los últimos 15 años, 920 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas y últimamente también a los hijos de éstas. Por cierto, las mujeres víctimas de los crímenes machistas superan con mucho a los asesinados por terroristas en las cuatro últimas décadas.

El año 2017 empezó con el propósito de gobierno y oposición de aprobar y desarrollar un pacto de Estado contra la violencia machista. Unidos Podemos se abstuvo de votar, aún estando de acuerdo con el plan y las medidas a tomar, porque no se concretó cuándo se pondría en marcha ni se estableció su calendario de aplicación. Alguna razón tenían cuando pasó 2017 y pasan los meses y ni siquiera hay un proyecto de presupuesto para las medidas acordadas para frenar y hacer desaparecer la violencia machista.  Y, cuando compareció en el Congreso la ministra de Igualdad, Dolors Montserrat, no concretó agenda alguna para desarrollar ese pacto contra la violencia machista, ni dijo qué dinero se invertirá para financiar ese pacto en 2018. La financiación está en el limbo. Y sin financiación no hay acción política ni hay gobierno.

No hay voluntad política

Un hecho incuestionable que demuestra precisamente la innegable falta de voluntad política del gobierno del Partido Popular y de su aliado Ciudadanos para hacer realidad el pacto de Estado. Y el pacto no será realidad hasta que el gobierno Rajoy no tenga la misma voluntad política que hubo en los ochenta para afrontar el terrorismo en España, por ejemplo. Por lo que lamentablemente cabe concluir que hay mujeres asesinadas para rato en este Reino. Pues las cosas, los crímenes en este caso, no ocurren porque sí, ni se dan por generación espontánea. Y tampoco los feminicidios. El horror de los asesinatos incesantes de mujeres por hombres tiene antecedentes y causas previas, actitudes y posturas que relegan a las mujeres, las discriminan y rebajan. Por sistema. Sus asesinatos y las palizas y malos tratos que sufren son la punta del iceberg de la discriminación y la cosificación que soportan hace siglos.

Discriminación severa, sí. ¿Acaso es casual que los hombres consigan el 54% de nuevos empleos frente al 46% de las mujeres y que además el 63% de contratos indefinidos sean para varones? No lo es. Mientras se agranda la brecha salarial entre mujeres y hombres que no cesa. Las mujeres cobran salarios que son un 30% inferiores a los de los hombres. Cerca de 5.000 euros anuales menos según el informe Brecha salarial y techo de cristal de GESTHA (Técnicos de Hacienda).

Esa brecha crece a partir de salarios de 16.000 euros anuales en tanto que las mujeres con ingresos de 50.000 o más son la mitad que hombres con esos sueldos. Luego aumentan las diferencias salariales de 26 a 45 años, cuando las mujeres son madres y cuidan a sus hijos. Y crece la fisura en los salarios en las mujeres de 46 a 65 años que perciben un tercio de salario menos que los hombres de las mismas edades. Las mujeres de más de 65 años cobran la mitad del sueldo de los hombres de la misma edad. Un récord de discriminación y desposesión en estado puro.

Las mujeres no salen en la foto

Tal vez la declaración más definitoria del auténtico espíritu de la derecha fue la de un político de C's que osó decir: "¿El machismo no busca la igualdad y el feminismo sí?"

El remate de la sinrazón de la brecha salarial lo perpetró el jefe del gobierno, Mariano Rajoy, cuando un periodista quiso saber su opinión sobre las diferencias salariales de hombres y mujeres. “No nos metamos en eso” tuvo la desfachatez de decir. Y no dijo nada más.

Por todo lo expuesto y más, tampoco es fortuito que en las fotografías institucionales de todo tipo, en las que aparecen máximos responsables, altos cargos y dirigentes, haya muchas menos mujeres que varones. Da igual que las fotografías sean de política institucional, medicina, mundo jurídico, ciencia, técnica... En sus órganos directivos siempre hay pocas mujeres o muy pocas;lo demuestran las imágenes. Cuanto más, las mujeres son la quinta parte de algún sector dirigente en tanto que los hombres ocupan cuanto menos el 80% de cargos directivos y altas responsabilidades, aunque ellas sean algo más de la mitad de población. Y no es anecdótico ni baladí, sino la prueba incontestable de una discriminación sistemática.

Como tampoco es anecdótico y sí muy esclarecedoras las reacciones y declaraciones de dirigentes de la derecha y, por desgracia, de algunas mujeres del mismo espectro político, ante la convocatoria de huelga de mujeres del 8 de marzo. Tal vez la declaración más definitoria del auténtico espíritu de la derecha frente a la emancipación de la mujer fue la de un político regional de Ciudadanos que osó decir: "¿El machismo no busca la igualdad y el feminismo sí?".

Que santa Lucía le conserve la vista y el santo que sea, la sensatez y el conocimiento.


Xavier Caño Tamayo | ATTAC

La violencia machista, punta del iceberg de la discriminación y desposesión de las mujeres
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