jueves. 25.04.2024
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Jaime Lissavetzky a la Plaza de Jacinto Benavente. Foto: PSM
  • El PSOE considera que hay un 12% menos de personal de limpieza en la calle y que los trabajadores viven una situación de precarización.
  • El presupuesto ha bajado entre un 25 y 30% en función del contrato integral.
  • “Ana Botella quiere obrar el milagro del más con menos y su sistema no funciona”, ha señalado Lissavetzky.
  • “Se está dejando en manos de empresas privadas una competencia propia del Ayuntamiento, pagada por todos”, ha denunciado el portavoz.

 “Todos los informes e indicadores parecen apuntar en la misma dirección: este está siendo el verano más sucio que ha vivido Madrid en los últimos años”.  Así lo denuncia el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital, Jaime Lissavetzky, quien achaca esta situación a la política de progresivos recortes en los distintos servicios de limpieza municipal. “Ana Botella ha querido obrar el milagro, pretendiendo que la ciudad esté más limpia con muchos menos recursos. Sin embargo, el eslogan ‘más con menos’ que defiende la regidora no sirve y el resultado es una ciudad más sucia, lo cual va en perjuicio de los vecinos y, por extensión, de quienes nos visitan”, ha señalado el portavoz socialista.

Según ha expuesto, el sistema de contratos integrales diseñado por Ana Botella no sólo dio pie a la primera huelga de limpieza de la capital en 20 años, “con las consecuencias que todos los madrileños recuerdan”, sino que ha derivado finalmente en menos dotación presupuestaria, menos personal y menos maquinaria en la calle, y precarización de los trabajadores, sometidos a medidas como un expediente de regulación temporal de empleo.

En concreto, ha apuntado Lissavetzky, Madrid tiene en estos momentos un 12% de plantilla –unos 2.000 trabajadores-  menos en la calle  y el presupuesto se sitúa en los 201 millones cuando tan solo hace dos años llegaba a 263. “Hay mucho menos dinero, entre un 25% y un 30% menos en función del contrato integral, lo cual se traduce en menos trabajadores y en menos maquinaria. Y ello, solo trae más suciedad a las calles”, ha concluido el portavoz socialista, quien advierte que la situación se puede agravar a medida que lleguen los días de más calor del año en las próximas semanas.

Lissavetzky ha puesto diversos ejemplos de cómo afectan los recortes al día a día de la limpieza en Madrid: el baldeo de las calles principales solo se realiza una vez por semana, la hoja prácticamente no se recoge, los chicles pegados en el suelo sólo se retiran una vez cada dos meses, la recogida de papeleras  ve reducida su frecuencia… “También está afectado al arbolado. Ya llevamos diez accidentes por caída de ramas”, ha apuntado el portavoz.

Todo ello, mientras el sistema de contratos integrales –con duraciones que llegan a los diez años- deja en manos de grandes empresas privadas “una competencia no solo propia del Ayuntamiento, sino principal”, ha señalado Lissavetzky. “La educación de nuestros hijos, el cuidado de nuestros mayores y ahora también la limpieza de nuestras calles están siendo gestionadas por grandes empresas que, en muchos casos, son las mismas. Da la sensación de que son sus consejos de administración los que hacen y deshacen en esta ciudad”, ha indicado Lissavetzky.

Esta situación resulta especialmente evidente en el sistema fijado por el Ayuntamiento para evaluar la calidad del servicio que prestan las empresas concesionarias. Según los pliegos de condiciones, son las propias compañías las que deben realizar este análisis. “Es como si en un partido de fútbol, cada equipo se arbitrara a sí mismo”, ha expuesto Lissavetzky, quien considera que los en torno a 60 evaluadores municipales –muchos menos en fin de semana- son insuficientes para reforzar el control de la prestación del servicio. “El sistema de autoevaluación no funciona. Prueba de ello es que las sanciones por incumplimientos de contratos no llegan al 5%. No es de recibo que un servicio público, pagado por todos, sea evaluado por las concesionarias”, ha añadido.

Acompañado por los concejales Ruth Porta, Marisa Ybarra, Gabriel Calles y Pablo García-Rojo, Lissavetzky ha recordado que el PSOE ha pedido reiteradamente que el Ayuntamiento aporte datos concretos sobre el número de trabajadores de limpieza por distrito sin que, por el momento, se le haya facilitado. “Si no lo saben es que son ineficientes; y si no los quieren decir, es que son opacos. Tenemos la sensación de que, en este caso, son ambas cosas”, ha concluido Lissavetzky.

“Este es el verano más sucio que ha vivido Madrid”