martes. 23.04.2024
11S

José María Gil de Arana | 

En muchas ocasiones hemos oído que la venganza no nos lleva a ningún sitio, que es una pérdida de tiempo y también un desgaste de nuestras fuerzas, amén de que la religión católica afirma que es pecado. Sin embargo, no tienen razón. La venganza es un estímulo de una persona a quien se le ha hecho un daño que puede ser directamente, o a un familiar, o incluso por la voluntad manifiesta de causar un daño colateral (arruinar una Empresa intencionadamente, causando daños y ruinas). Es decir, hay un sinfín de motivos de venganzas. No estoy aquí para analizarlas, pero sí, para que no se utilice, según convengan aquellos que no quieren verse afectados por ella, de ahí que se minimice ejecutarla.

Hay un sentido de la venganza que muchas personas la justifican y que además no se la toman como venganza, sino, un ojo por ojo –y lo es-.

Este año nos trae a la memoria el aniversario de los 20 años de aquel maldito 11 de Septiembre y las Torres Gemelas -¿Quién no lo recuerda?- Aquel día, estaba viendo las noticias del mediodía, (como siempre suelo hacer), mi esposa me comentó que se sentía cansada y que se iba a echar un rato, cuando yo le comenté –no te vayas, esto es historia-, Después de ver el segundo avión estrellarse contra las Torres no solo no pudo echarse sino que no pudo dormir. No era una película de acción, era una película que haría cambiar el curso de la “Historia”. Las consecuencias derivadas de este acto, para nosotros, las personas de a pie, quizás no repercutiría tanto como si lo haría, por ejemplo, en otros países como Pakistán, o Afganistán y otros países limítrofes. Mucho cambió, pero lo que más se modificó fue el concepto de “Venganza” ese golpe asestado a un país con ánimo de hacerle daño, hizo que se creara una persecución a los culpables como antes nunca se había visto, llegando incluso la invasión a un país como Afganistán y sufriendo sus habitantes sin culpa, -  la sin razón, de otra sinrazón -. Huelga decir que, en todo esto, como siempre, los mayores perjudicados son siempre los mismos “los más débiles”, mujeres y niños.

Escuchando al líder del país invasor estos días, declarando la retirada del País invadido, toda vez que la justificación venia dada por atrapar y dar caza al líder de la organización terrorista que infringió el mayor daño posible a su nación. “La misión estaba cumplida, por lo tanto, se retiraban”. La venganza había durado 20 años y se había cumplido, por ende, no había más motivos que justificaran continuar por más tiempo en Afganistán. Yo no sé ustedes, pero a mí se me quedó una cara de tonto inexplicable, no entendía nada… ¿Dónde habían quedado los deseos de convertir este país en una nación más moderna, más democrática, más multicultural? ¿De qué ha servido todo esto?, eso es lo que se preguntan muchas personas incluidas las de su propio Estado y tienen razón.

El golpe ejecutado a las Torres Gemelas era impensable, sobre todo en un mundo civilizado y contra personas inocentes. Nadie era capaz de ver una salvajada en pleno siglo XX como esa. De todos modos, no quiero tocar heridas tan sangrantes como estas y espero que nunca más vuelvan a ocurrir, porque no hay Dios que lo perdone, ni civilización que lo soporte, pero algo hay que hacer y algo hay que cambiar y yo diría que lo primero que se debería ejecutar es una renovación total de la “ONU”, porque no está dando los resultados que todos quisiéramos. Si queremos una paz y un orden Mundial, no puede hacerse unilateralmente, o esto será un caos. 

En recuerdo de todas las personas fallecidas ese 11 de septiembre de 2001 y de todas las personas que han sufrido inocentemente “errores” (mal llamados daños colaterales) en la venganza, que, desde hoy, se empiece a elaborar un sistema conjunto de convivencia en este mundo que nos ha tocado vivir, porque si hay algo preciado en este Planeta…- ES LA VIDA.            

La venganza como respuesta