Los Acuerdos con la Santa Sede amparan la confesionalidad universitaria, denuncia UNI Laica
Para que un maestro pueda impartir clases de religión en educación infantil y primaria en la escuela pública española debe cumplir un requisito académico exigido por la Iglesia Católica conocido como la “Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA)”.
Dicho título se obtiene en extensos módulos y grados de enseñanza confesional católica impartidos en las distintas universidades públicas españolas obligadas por los Acuerdos con la Santa Sede, cursos de “adoctrinamiento religioso”, denuncia la asociación UNI Laica.
El adoctrinamiento religioso en la universidad pública está amparado por dos Resoluciones de 17 de diciembre de 2007, de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, por las que se publica el Acuerdo de Consejo de Ministros del 14 de diciembre de 2007, en el que se establecen las condiciones a las que deberán adecuarse los planes de estudios conducentes a la obtención de títulos que habiliten para el ejercicio de la profesión regulada de Maestro en Educación Infantil y de Maestro en Educación Primaria.
Esas Resoluciones dicen en sus Anexos 4.2: “los planes de estudios conducentes a la obtención de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Maestro en Educación Infantil/Primaria, deberán ajustarse a lo dispuesto en el artículo cuarto del Acuerdo de 3 de enero de 1979 entre el Estado Español y la Santa Sede sobre Enseñanzas y Asuntos Culturales”.
Ese artículo obliga a “la enseñanza de la doctrina católica y su pedagogía en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”, si bien “se concede, con magnanimidad -señala UNI Laica-, que tendrá carácter voluntario para los alumnos”.
A ello se añade que, en ocasiones, las autoridades universitarias también ofrecen cursos específicos “propios”, adicionales, de 600 horas, para la obtención de la misma DECA y eso sin estar obligadas por los Acuerdos con la Santa Sede; o se refuerza el adoctrinamiento con la adscripción de centros de magisterio de la Iglesia católica y con la creación de cátedras de teología católica que no existían desde el siglo XIX.
UNI Laica califica estas prácticas de “aberración intelectual”, “perversión ética” y “vileza antidemocrática”, pues las enseñanzas confesionales en los centros universitarios públicos se oponen a la aconfesionalidad del Estado exigida por la Constitución, recuerdan.
La asociación en defensa de la laicidad del Estado exige la “inmediata anulación” del Concordato y de toda la normativa derivada del mismo en defensa de una universidad laica al servicio de la libertad de conciencia y subraya que la universidad pública española “sigue exhibiendo una confesionalidad católica que se manifiesta mediante la existencia de capillas y símbolos religiosos, convocatorias y realización de ceremonias litúrgicas, participación de autoridades académicas en misas u ofrendas a entes sobrenaturales, etc”.