Cada día nos inquietan nuevos contagios, fallecimientos en todo el mundo, alteraciones en nuestro marco social…
Una realidad nueva que nos saca de la rutina habitual para sumirnos en otra mucho más monótona, producto del aislamiento, del alejamiento de la familia y los amigos, del ocio o del deporte. Que tiñe todo de incertidumbre sobre la salud, la situación laboral, las relaciones personales, etc. Es un malestar que nos bloquea y dificulta seguir adelante en las mejores condiciones posibles.
Por un lado, está la crisis sanitaria.
Cada día nos llegan nuevos datos a través de los medios de comunicación, donde observamos que el número de afectados por el COVID-19 no para de crecer de forma exponencial. Se han desplegado todos los recursos sanitarios de los que disponemos y, aun así, las cifras continúan siendo desoladoras.
El personal sanitario dando el 200 por cien de su capacidad, enfrentándose diariamente a una realidad de pérdidas y dolor poco alentadora, y con un agotamiento emocional enorme.
Las personas que pierden seres queridos, enfrentándose a una de las situaciones vitales más dolorosas que existen, que es la muerte, y el duelo forzoso en el que nos vemos inmersos, no pudiéndose elaborar de forma natural debido a las limitaciones en los contactos y en los medios.
El desgaste físico y emocional que supone tener que atender y cuidar a familiares enfermos. Obligándonos a extremar las medidas sanitarias para prevenir que el virus se siga propagando, contando con recursos limitados, etc.
La ansiedad que surge por no poder salir de casa.
Por no poder continuar con la rutina ni con los planes y objetivos que nos habíamos marcado. La cantidad de tiempo libre que tenemos, que muchas veces implica no poder dejar de darle vueltas a lo negativo de la situación, y a tener pensamientos catastrofistas, que contribuyen a alimentar el ciclo de angustia y emociones negativas.
La incertidumbre económica, laboral y social que genera esta situación.
Muchísimas personas se hayan en un contexto de precariedad laboral, donde se pone en riesgo su puesto de trabajo y donde no se conoce la magnitud de las consecuencias que esta situación de crisis global tendrá en el futuro profesional.
Pequeñas empresas que se ven obligadas a cerrar, ya que no pueden hacer frente a los gastos que tienen que asumir, pues toda su actividad económica se ve paralizada.
Trabajadores autónomos que dejan de percibir sus ingresos, y no cuentan con prestaciones que les ayuden a hacer frente a las necesidades económicas que tienen.
Estos y otros problemas personales nos pueden llevar a sentirnos tristes, desesperanzados, cansados física y emocionalmente, irritables… Puede surgir apatía, falta de motivación, ansiedad o ataques de pánico, problemas de insomnio, etc.
Sin embargo, a pesar de esta situación tan complicada, se podría seguir algún aspecto positivo. Cabe encontrar aquí un espacio inédito e infrecuente para centrarnos en nosotros/as mismos/as. El aislamiento, como hemos dicho antes, resulta inevitable, y puede ser una oportunidad para dirigir el foco hacia dentro.
Aprovechar esta crisis como un momento para hacer un buen ejercicio de introspección y tomar conciencia de los asuntos que tal vez tengo sin resolver. Conectar con las heridas emocionales que en el día a día no me permito reparar, pero que en situaciones de crisis se abren y se ponen de manifiesto…
Tanto para gestionar todas esas situaciones de malestar psicológico derivadas del contexto, como para realizar un análisis personal que nos permita mejorar, la Terapia Online puede ser una buena herramienta. Las nuevas tecnologías acercan a las personas, y la distancia física no tiene por qué ser un impedimento para poder trabajar en todos los aspectos que nos preocupan.
A pesar de las dificultades que todos y todas estamos viviendo, el equipo mantiene sus esfuerzos para que ninguna persona que pudiera necesitar apoyo psicológico se quede sin recibir ayuda durante la cuarentena. Cuéntanos tu situación personal, y trataremos de adaptarnos todo lo posible a tus necesidades para ofrecerte el mejor acompañamiento.
