martes. 23.04.2024
sociedad

La educación ha adquirido un papel importante dentro de la formación en las tecnologías de la comunicación

Hasta hace poco parecía imposible estar conectados, comunicados con personas, amigos, familiares que viven al otro lado del mundo; sin embargo, nos hemos dado cuenta que estamos a un solo clic de todo aquello, a un solo clic de conocer información de cualquier parte del mundo en solo segundos. Vivimos en una sociedad totalmente tecnificada.

Y esto es lo positivo del internet que se han acortado comunicaciones, que las distancias poco o nada sirven para establecer relaciones comerciales, familiares y hasta amorosas. Pero hasta qué punto en realidad nos beneficia el internet. Con este progreso tecnológico se ha acercado la ciencia a la sociedad.

La educación ha adquirido entonces un papel importante dentro de la formación en las tecnologías de la comunicación. Se ha convertido en un reto de la sociedad digital, en donde observamos que no hay competencia sino cooperación.

Pero no es mala la comunicación interpersonal es más saludable y posibilita el estrechamiento de lazos, de vínculos entre las personas a partir de las tecnologías existentes, acerca al tanto que mejoramos nuestra relación existente, lo que nunca debemos descuidar es el contacto físico con aquellas personas que nos rodean.

Aunque tanto estamos tecnificados que actualmente es fácil percibir el dominio que la tecnología ha tenido en el ser humando, hasta tal punto que, si se fabrican más cosas, más aparatos tecnológicos más parece que queremos conseguir uno, así no los necesitemos, nos hemos convertido en seres dependientes de la tecnología.

La problemática no está en prohibir el uso del dispositivo, sino equilibrarlo

Esto es lo que conocemos como alienación, cuando queremos obtener algo a costo de la explotación del trabajo, no esmeramos trabajando para obtener cosas materiales, especialmente aquellas que tiene que ver con la tecnología y tanto es así que buscamos los de primera generación, los más avanzados. Entonces deseamos hasta lo que no necesitamos. En este momento la problemática no está en prohibir el uso del dispositivo, sino equilibrarlo, definir su verdadero uso positivo al servicio de la educación y de la sociedad o sea contener.

El uso que le demos a estos aparatos dependerá exclusivamente de la persona que lo posea y de la manera como decida darle el uso respectivo.

Dentro de estas especificaciones el ser humano no necesita saber cómo funciona un aparato tecnológico sino como utilizarlo, no importa la maquina sino el personaje, el hombre puede llegar a perder la técnica, pero las maquinas nos pueden llegar a hacer daño y es por culpa nuestra.

Entonces como podemos observar las tecnologías transforman el entorno en el que vivimos. Hoy en día la tecnología de la comunicación son más de control que de objetivo, es decir, que cualquier aparato tecnológico avanzado lo que intenta hacer es controlar a la persona; así, por ejemplo, un Smartphone su objetivo es controlarnos desde la ubicación hasta mantenernos en las redes sociales activos para no desprendernos del aparato; como ejemplo invertimos tiempo en Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y otras redes que nos absorben, llegando a tomar el nombre de tecnopersona. Este nombre se debe a que funcionamos con internet al día, así como cuando utilizamos tarjetas de crédito, es decir en todo momento necesitamos de internet.

Actualmente se dice que ya no poseemos autoconciencia, si no hay heteroconciencia, y quien nos conoce más como personas es google, ya que nuestra información más relevante está al alcance de todos en las páginas sociales y rede bancarias.

El ser humano vive a dependencia de la tecnología, gracias a la innovación e interacción que esta posee. Desde la ONU en sus cumbres ha fracasado en sus intervenciones, las personas están robotizadas al 100%, lo que llamaríamos una tecnopersona ( persona que funciona con internet) tenemos la certeza de que podemos conseguir lo que queramos siempre y cuando este dentro de lo que nos ofrecen, todo lo que hacemos está gobernado por ella desde al ámbito laboral, familiar y social; aunque algunos autores todavía no utilizan el término de esclavos; pero estamos llegando a tal dependencia q pareciera eso, ya que aceptamos pertenecer a esta grupo desde que consentimos con un clic en las redes sociales, entonces vivimos sumisos a este mito, sin tener personalidad alguna para salir de este ya conocido como círculo vicioso.

La tecnología no debería embrutecer al hombre, mucho menos hacerlos esclavo; pero en el instante en que no tomamos el rumbo de nuestras decisiones y no resolvemos desconectarnos seguiremos dentro del mundo tecnológico. El ser humano podría demostrar sus facultades, creencias, valores, principios éticos, deseos debe estar consiente en el momento en el que sabe cómo manejar las máquinas, saber que fueron creadas para su uso positivo, para ayudarnos en las tareas, mas no para hacerlo parte grande de nuestra vida.

La educación debe proveer un espacio para corregir estas falencias trabajando en programas como alfabetización emergente, corrección del currículo, evidenciando así la resolución de interrogantes trabajando en proyectos y en equipos, participando en nuestro proceso de aprendizaje para desarrollar estrategias metacognitivas, para mejorar las relaciones interpersonales haciéndonos estrictamente humanos y con valores.

Artículo escrito por Vicente Enmanuel Morocho Malla, Colegio Dr. Modesto Chavez Franco, Ecuador.

Fuente: OEI

Sociedad tecnificada o sociedad esclavizada